De sábado a sábado 491
Remberto Cárdenas Morales*
Como en otras ocasiones, el caído Evo Morales y sus seguidores, caminan por dos vías con la pretensión de retornar al poder, de inmediato.
Los parlamentarios del MAS, que son dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), dicen que esa mayoría “viabiliza” el nuevo proceso electoral, para lo que han aprobado la ley que anula los comicios del 20 de octubre, que convoca a nuevas elecciones y, además, han sancionado, con sus otros colegas y por unanimidad, el reglamento para la nominación de vocales de tribunales electorales.
Esa es la vía constitucional por la que transitan aquellos asambleístas del MAS, como una de las consecuencias de acuerdos entre ellos para mostrarse como servidores públicos eficientes y eficaces, a pesar de la derrota política en la que no creían y que no la esperaban. Algún arrogante de ese bloque diría: hechos y no palabras y, además, lo que hacen es para creerles.
Es que los asambleístas citados necesitan electores para la próxima consulta, en la que sueñan con ganar…
Se sabe que sostienen discusiones entre ellos e incluso que superan algunas de sus contradicciones. Además, muy pocos de aquéllos que ejercen la política se autocritican, aunque sea a medias, los que deben entender que 13 años de un desempeño despótico del poder agota, como sí se constató, sobre todo los días de la rebelión popular que tumbó a Morales y sus corifeos.
Ese camino constitucional que siguen aquellos masistas tiene otro tramo, acaso más largo y lleno de obstáculos: el que recorren las organizaciones sociales: cerco a las ciudades; bloqueos de caminos; vigilia a centros de producción de carburantes (Senkata en El Alto); destrucción parcial del gasoducto en la provincia Carrasco (cerca del Chapare). Y sin olvidar la quema de viviendas: del Rector de la UMSA, Alcaldes de El Alto, de una periodista, de buses Puma Katari paceños, de puestos policiales, destrozos de bienes públicos, entre otros.. Tampoco se debe omitir la quema de oficinas electorales (Potosí y Sucre) y viviendas de funcionarios del anterior gobierno.
Esas acciones, ejecutadas por masistas, simpatizantes y aliados, propagan un discurso diferente y opuesto incluso al de los asambleistas del mismo MAS: defensa de la votación campesina e indígena, emitida el 20 de octubre; reclamo por la quema de wiphalas por policías que así protestaron contra el régimen derrotado; rechazo a un supuesto “racismo” de citadinos; lucha contra un inexistente golpe de estado; reclamo de respeto a la población (masistas, en realidad) de El Alto; gritos de “ahora guerra civil”; demanda de garantías para el exPresidente y sus secuaces: indemnización a los familiares de los muertos en Senkata entre las consignas más notorias.
Conviene recapitular que los bloqueos, anteriores y posteriores, a la renuncia de Morales, que respaldaron al gobierno derrotado, fueron organizados e impuestos por los masistas, en las que: se cobraron multas a los que no participaban de la ejecución de las medidas; a varios de los movilizados se les pagó; incontables de esos marchistas se vestían de trabajadores mineros, petroleros o campesinos. Y portaron cascos de asalariados del subsuelo (COMIBOL), de YPFB o ropa de trabajadores del agro. Empleados públicos y otros masistas fueron los que más utilizaron aquella ropa de mineros, petroleros, campesinos y otros, para disfrazarse.
Con seguridad de que entre los que protagonizaron aquellas acciones, en apoyo a Morales y los otros gobernantes, hubo convencidos y fanáticos, pero muchos de ellos asistieron obligados a participar; factor que con seguridad, acortó el tiempo y la efectividad de ese accionar pro Morales.
Ahora, el presidente Maduro de Venezuela, afirma que miembros de la Central Obrera Boliviana (COB) traicionaron al exPresidente exiliado en México. Si es verdad ese dicho debe registrarse como otro elemento que ayudó a la caída del régimen autoritario.
Al desempeño político de los asambleístas del MAS, cabe sumar también lo que llaman “acercamiento” del coreano y candidato a la Presidencia por el PDC en las elecciones del 20 de octubre. Ese raro personaje ha dicho que está dispuesto a trabajar por los cocaleros del Chapare, con lo que avisa, además, que está dispuesto a un acuerdo político con el masismo. El PDC, según información de medios, le retiró su apoyo al coreano-boliviano. Se sabe que éste es un predicador desembozado, tanto que quizá por eso la mayoría de los evangelistas de nuestro país votaron por él, el 20 de octubre.
Acerca de esa probable alianza del masismo con aquel coreano-boliviano es aconsejable recordar lo que Wálter Guevara Arze, exPresidente de Bolivia, dijo en una entrevista con Carlos Mesa, el tiempo en el que éste ejerció el periodismo: Cuando el MNR está en el llano, se alía con Dios o con el diablo para volver al poder. Algo semejante haría el MAS, sin duda.
Los movimientos sociales masistas o influidos por Morales, muestran que están con disposición para continuar con acciones en caminos y calles, básicamente, con la conocida plataforma: renuncia de la presidenta constitucional interina, Jeanine Añez y, cuando menos, garantías para que Evo Morales retorne a nuestro país.
Ante ese comportamiento de aquellos agrupamientos sociales, es necesario que los alzados, que determinaron la caída de Morales, sigan resueltos a defender aquella victoria, de un pueblo sabio: tener a la vista que los masistas “combinan” las formas de la lucha: batallas parlamentarias y acción de su gente en los caminos y las calles. De ese batallar fuera de la ALP, al parecer, los masistas sólo están en cuarto intermedio.
Sin embargo, ni siquiera se sugiere que les irá bien a los exoficialistas en caminos y calles. Al revés, el enfrentamiento con el masismo y la población que recibe su influencia, habrá que librarlo en caminos y calles; en el nuevo proceso electoral iniciado ya, y más allá de las elecciones.
En estas páginas, asimismo, se ha sugerido un conjunto de medidas para desmostar el aparato de Evo Morales y el masismo.
Es urgente tener claro que el Presidente depuesto, sus compañeros y amigos, de dentro de Bolivia y de afuera, transitan por dos sendas, tras de un objetivo primordial: retomar el poder en Bolivia, con desempeño legal e ilegal. Por ello, el exiliado y los suyos siguen la difusión de mentiras, como el supuesto robo de la victoria del dirigente cocalero, el 20 de octubre, a pesar de que esos comicios se anularon y no obstante de que estamos inmersos en un nuevo proceso electoral.
*Periodista