De sábado a sábado 315
Remberto Cárdenas Morales*
Los fraudes[1] cometidos desde el Estado llamado plurinacional, con el propósito de prolongar el poder político ejercido, casi exclusivamente, por Juan Evo Morales Ayma, arrancan desde que a éste y a su compañero de fórmula, Álvaro Marcelo García Linera, los habilitaron para su tercera elección, en contra de la segunda disposición transitoria de la Constitución Política del Estado (CPE), cuya resolución punible fue asumida por la mayoría de los miembros del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), es decir, por los encargados de vigilar el imperio y la aplicación correcta de la legalidad constitucional.
Abogados de mayor confianza del Presidente, entre ellos Héctor Arce Zaconeta, cuando se aprobó la segunda disposición transitoria de la CPE[2] que prohíbe la tercera elección sucesiva del Presidente y Vicepresidente de Bolivia, respondieron que cuando sea necesario ellos difundirían argumentos políticos para que los bolivianos admitan la habilitación de los candidatos “triunfantes” el 12 de este mes; argumentos políticos en vez de argumentos constitucionales y jurídicos porque éstos son imposibles para justificar esa vulneración de la Ley Fundamental, que muchos bolivianos ayudamos a redactar y que en un referendo, aprobamos, también mayoritariamente. Un “argumento”, que buscó justificar aquella fraudulenta habilitación del binomio ganador de las últimas elecciones, fue que se había recortado el segundo mandato de Morales que, por tanto, dejó de existir ese segundo mandato.
La propaganda electoral de Evo Morales la realizó él y sus operadores durante nueve años que corren de sus dos mandatos, con una marcada dosis de mentiras —como toda propaganda política— realidad que la Comisión de Observadores de la OEA la señala como un exceso de los gobernantes.
Para nosotros la propaganda política afianza convicciones, pero en ningún caso define por si sola preferencias electorales de la gente. Influye en ésta, pero no es determinante por si misma.
Sin embargo, informar, comunicar, opinar e interpretar (cuatro derechos individuales y colectivos establecidos por la CPE), adecuadamente desarrollados influyen, creemos, más que la “propaganda política”.
Los regalos entregados por los gobernantes a electores, como a los afiliados a las cooperativas mineras, entre aquéllos, 8 millones de dólares (obsequiados), así como 36 millones de dólares concedidos en créditos a ese sector económico, influyeron en la conducta electoral de los bolivianos, aunque esos regalos hayan sido comprados con dinero de los habitantes de esta tierra. En esa línea se inscriben las 45 mil cocinas a gas licuado que los gobernantes entregaron, en le Beni, a damnificados por las inundaciones; enseres de suma utilidad que fueron presentados como una generosidad presidencial los que, al parecer, no ayudaron a conseguir una victoria electoral de Evo Morales en Beni. Los “regalos” de las computadoras portátiles a los futuros bachilleres —que no fueron tales— tuvieron las mismas miras electoralistas. En verdad todas las obras (muchas de las cuales son también fraudulentas) del programa “Bolivia cambia, Evo cumple”, financiadas con dinero del pueblo venezolano en una primera etapa y con plata de los bolivianos en el último tiempo, son realizaciones por las que el Presidente esperó y recogió respaldo electoral.
Incluso las promesas incumplidas revelan una conducta fraudulenta de los gobernantes y de Juan Evo Morales Ayma, sobre todo. Entre las últimas está el ofrecimiento de Bs3.000 como bono a los jubilados (en vez del segundo aguinaldo), pedido que ha sido rechazado por los gobernantes, después de las elecciones, en tanto que, dos días antes de la consulta, el Presidente les dijo a los jubilados que estudiarían la concesión de ese beneficio. Evo Morales, a los masistas de Santa Cruz, les hizo creer que en este tercer período de gobierno se atenderán los servicios de salud, educación, justicia, y que serán depurados los corruptos de las filas del MAS; aunque se tendría que aguardar algún tiempo para que esa promesa se efectivice, a riesgo de equivocarnos, anotamos que no ocurrirá jamás la exclusión de los corruptos de las filas del partido en el gobierno.
Hemos sido informados por diversas fuentes, además, que han sido extendidos carnet de identidad en crecidas cantidades, documentos que también fueron enviados a Estados Unidos. Y testimonios recogidos las últimas horas nos convencen de que esas cédulas de identidad han servido para consumar votos falsos, es decir, para cometer otras formas de fraude electoral.
También las últimas horas, en Sucre, una papeleta electoral fue marcada antes de ser usada por los electores (muestra que quizá han sido muchas las firmadas así); allí, los vocales del Tribunal Departamental Electoral se negaban a corregir errores de suma de la votación: de acuerdo a la denuncia la misma cifra ha sido sumada varias veces para el Presidente reelegido. Se denunció que en Tarija, 4.000 votos fueron atribuidos a una mesa electoral los que fueron agregados para los candidatos oficialistas. En la zona sur de La Paz, tres ciudadanos, que portaban más de un carnet de identidad, no pudieron votar sólo porque una vigilante profesional denunció a tiempo el intento de una votación fraudulenta. Sin embargo, llevar consigo más de una cédula de identidad es un “delito electoral”[3] por el que, proceso mediante, el infractor debe pagar su delito con 3 años de apresamiento.
Las más diversas instancias del Estado han sido utilizadas, sin tasa ni medida, para asegurar la victoria electoral de Morales. Ocurrió lo que éste instruyó a sus incondicionales: hay que hacer todo y dejar de hacer todo lo que ayude a la tercera elección del binomio Evo-Álvaro.
Por medios de difusión, como la red Erbol, se denunció que en Santa Cruz pagaron Bs100 por votos en favor de Juan Evo. También han sido consumadas compras indirectas de votos.
El voto de la comunidad, respetable por cierto, ha sido ensuciado porque los comunarios, en incontables casos dijeron que no han resuelto libremente por quién votar, porque un ayudante o ujier político instruyó o dictó que el voto comunitario debe ser (y debió ser) por el binomio vencedor el último domingo.
Las amenazas, especialmente con la pérdida de trabajo, han condicionado el voto de tantos compatriotas los que, seguro tienen claro, no sufragaron con libertad. Aquéllos, tengan o no cargos de conciencia, después de las elecciones, debieran convencerse si no lo están de que al emitir sus votos no pudieron hacerlo con libertad.
Se estimó que una parte del electorado (al menos el 30%) votaría por el binomio Evo-Álvaro y que algunos de ellos lo harían en forma cruzada. Sin embargo, esos electores creen (o les hicieron creer) que al votar por la tercera elección del Presidente lo harían contra el capitalismo, contra el imperialismo, contra la derecha y, por tanto, para que gane el pueblo con el Presidente en funciones. Que así votarían por la revolución democrática y cultural, por los cambios, por el pueblo.
Compartimos el criterio de los que dicen que los masistas no necesitaban del fraude para conseguir la tercera elección de Evo y Álvaro (incluida la manipulación) y que las acciones fraudulentas han degradado a la democracia y a una de sus expresiones: la democracia, todavía limitada, aunque para algunos es una democracia incluyente, por tanto, participativa.
Esa democracia se desacredita más porque hay masistas que, ante la constatación de los fraudes señalados en esta nota, buscan explicaciones, muchas de las cuales son chambonas, como esa de que son los mandos medios los responsables de los excesos de la propaganda en los medios de difusión para favorecer a Evo y Álvaro o que todo lo que éstos hacen es para servir al pueblo y a los movimientos sociales o que si reconocen alguna metida de pata del Presidente, la culpa no es suya sino de sus asesores. Dicho de otra forma: muchos deben responder por los errores, menos el principal, menos el Jefazo.
Los masistas encargados de las acciones sucias saben que hubo fraudes lectorales, algunos descubiertos, pero que tienen asegurada la impunidad. Los fraudes que permanecen ocultos deben ser investigados, especialmente en homenaje al pueblo que todavía cree en el anticapitalismo y en el antiimperialista de Juan Evo Morales Ayma.
En suma: dos factores concurrieron en los electores del Presidente reelegido por tercera vez: amenazas y plata.
Será otra unidad del pueblo la que frenará futuros fraudes electorales de los gobernantes y esa otra unidad del pueblo será la que acabe con los fraudes ejecutados por los operadores de un proceso que, hacia delante, será cada vez más burgués-dependiente, es decir, ayudará a la “actualización” del capitalismo dependiente y atrasado en Bolivia. Realidad que muestra que la segunda y definitiva independencia de nuestra patria una vez más se posterga.
La Paz, 14 de octubre de 2014.
*Periodista
[1]Fraude (Dellat.fraus, fraudis).
1.m.Acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete.
2.m.Acto tendente a eludir una disposición legal en perjuicio del Estado o de terceros.
3.m.Der.Delito que comete el encargado de vigilar la ejecución de contratos públicos, o de algunos privados, confabulándose con la representación de los intereses opuestos.
en~de acreedores.
1.loc. adj.Der.Se dice del acto del deudor, generalmente simulado y rescindible, que deja al acreedor sin medio de cobrar lo que se le debe.U. t. c. loc. adv.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados
[2] “II. Los mandatos (presidencial y vicepresidencial) anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos períodos de funciones”, (Segundo punto de la primera disposición transitoria de la CPE.
[3]Los delitos electorales, según el artículo 238 del Código Electoral de 2010, son:
a) Ilegal convocatoria o ilegal ejecución de procesos electorales, b) Doble o múltiple Inscripción, c) Coacción electoral, d) Injerencia en la Democracia Comunitaria, e) Falsificación de documentos o uso de documento falsificado, f) Instalación ilegal de mesas, g) Asalto o Destrucción de ánforas, h) Obstaculización de procesos electorales, i) Traslado fraudulento de personas, j) Manipulación Informática, k) Inducción del voto por difusión ilegal de propaganda y encuestas, l) Alteración y Ocultación de resultados, m) Alteración o Modificación del Padrón Electoral, n) Beneficios en función del Cargo, o) Acta Electoral (firma fraudulenta de ese documento), p) Acoso Político.
Los procesos a los sindicados, por delitos electorales, se deben tramitar ante tribunales ordinarios, en materia penal (artículo 239 del Código Electoral citado), y las sanciones: entre 1 y 3 años de prisión y de 1 y 5 años de prisión, así como la suspensión de labores de funcionarios públicos y/o la prohibición del trabajo de los servidores públicos.