De sábado a sábado (258)
Remberto Cárdenas Morales*
Los gobernantes y en especial el Presidente tienen como aliados a ganaderos tipo Walter Guiteras (adenista) y a un conocido depredador de bosques como Miguel Majluc. Éstos representan a otros empresarios benianos, una fracción social allí dominante. Asimismo, en Beni, otros sectores de esa clase social están enfrentados al gobierno, como el ex gobernador, Ernesto Suárez o el ex dirigente cívico Melgar. Éste convocó a sus parciales a empuñar las armas en contra de los gobernantes, los días en los que la derecha, desde la llamada media luna, intentó lo que se denominó un golpe civil contra el actual régimen.
La ex ministra Rivero, cuya familia es de ganaderos, tanto que se comprometió a vender carne vacuna los días fatídicos en los que los derechistas y profascistas del oriente boliviano se alzaban contra las reforma que en ese momento se impulsaban en el país.
Para los que desconocen esa alianza de los gobernantes con empresarios benianos y para el Vicepresidente que trata de ocultar ese acuerdo que sí existe y le depara beneficios políticos a unos y a otros, rememoramos otra vez lo que informó la ex candidata del MAS a la Gobernación de aquel departamento, Jéssica Jordan. Ésta dijo que sin la ayuda de empresarios que le “prestaron” sus avionetas para que ella viaje, por la extensa geografía de Beni, durante su campaña, sus dificultades electorales hubieran sido mayores. Asimismo, avisó que esa candidatura recibió aportes económicos de empresarios.
Los ganaderos de San Ignacio de Moxos y de San Borja, los que agradecen a Evo Morales por su decisión de construir el camino “quieran o no quieran los indígenas”, los que no le permiten vivir en su natal San Ignacio a la dirigenta indígena Bertha Bejarano, tienen acuerdos políticos explícitos con el presidente Morales y, los réditos políticos, por ahora se muestran en momentos en los que les tocó votar por J. Jordan, la que también es de una familia de ganaderos e inmigrantes en esa región.
Sabemos que ese acuerdo ocasionó roces entre gente de base que apoya al gobierno, pero esas contradicciones son de alcance limitado, se acaban cuando el Jefazo los reprende.
Recordemos, asimismo, que cuando los gobernantes evaluaron los resultados electorales de la consulta para elegir al Gobernador de Beni, aquéllos agitaron palmas porque consiguieron acrecentar apoyo electoral en su favor en una región en la que los gobernantes eran rechazados. Los gobernantes y sus voceros oficiales y oficiosos se frotaban las manos como si ellos hubieran ganado esas elecciones, incluso el resultado adverso lo presentaban como un repunte que implicaba, según ellos, un avance aunque habían perdido los comicios.
Otro antecedente para entender mejor la alianza que analizamos aquí, es lo que señaló el vicepresidente García Linera en una clase magistral suya en un ambiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la que fue estudiante. Allí, en coincidencia con el ex gobernador de España, Ignacio Flores, afirmó que la construcción del camino para unir Villa Tunari con San Ignacio de Moxos serviría para aislar a la oligarquía cruceña. Ignacio Flores, en una carta, le propone al Rey de España construir un camino para unir el valle de Cochabamba con las tierras de Moxos, la que debía pasar por Chapare. Flores, nacido en lo que ahora es Ecuador, añade que los españoles residentes en territorio actualmente boliviano querían las tierras de los yuracarés y los cochabambinos pretendían las tierras del Chapare y de Moxos para plantar coca, azúcar (no dice caña de azúcar), ají y añil. En esa misma misiva, Flores sugiere la necesidad de potenciar la región, que contaría con la vía que aconsejaba abrir, para enfrentar a los cruceños que producían cebo en ese momento.
A pesar de los datos y dichos referidos, el Vicepresidente afirmó, hace días, que los indígenas del TIPNIS tienen alianza con los empresarios, es decir, con los otros que no tenían ningún acuerdo con los gobernantes.
El Presidente de la Subcentral del TIPNIS, Fernando Vargas, ha negado la alianza entre los dirigentes de los pobladores de la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) con empresarios. Sin embargo agregó que los ganaderos del lugar defenderían sus latifundios, a los que sienten amenazados, por lo dicho por el Viceministro de Descolonización quien sugirió que esas tierras deben ser rescatadas por sus dueños de antaño.
Nos preocupa lo que dirigentes indígenas han dicho: ellos no son ni de derecha ni de izquierda. Además, algunos creen que, ante el aislamiento en el que se encuentra la mayoría de los originarios del TIPNIS y ante la represión política con un proceso dentro del que se ordenó la detención de cuatro de ellos, no les quedaría otra salida que las alianzas con la derecha beniana. A esa derecha se le atribuye el paro cívico, ejecutado en Trinidad sobre todo, en apoyo a los dirigentes indígenas enjuiciados y que están en vigilia en esa capital.
Los gobernantes dividen a los originario; los reprimen y propician la suplantación de los dirigentes indígenas nominados según sus usos y costumbres; definen a la mayoría de mojeño-ignacianos, yuracarés y chimanes como enemigos suyos y al servicio de la derecha. Se añade el dicho vicepresidencial: indígenas del TIPNIS y empresarios benianos son aliados, por eso repitió: dime con quién andas y te diré quién eres.
Los empresarios benianos, enfrentados a los gobernantes, no están entre los aliados naturales de los indígenas y estamos seguros de que esos empresarios no renuncian a sus egoístas intereses para servir a los originarios. El apoyo de empresarios a los pueblos del TIPNIS es una salida “oportunista”, es decir, se funda en eso de que hay que apoyar todo lo que el enemigo combate y combatir todo lo que el enemigo apoya.
Si los indígenas del TIPNIS establecen alianzas políticas deben apuntar hacia una nueva unidad de explotados y oprimidos: democrática, popular, plurinacional, antiimperialista y revolucionaria. Y otros indígenas seguirán con Evo Morales y no faltarán los que se junten o continúen con la derecha y al menos faciliten la acción del imperialismo. Todo eso no nos alarma, pero estamos muy lejos de creer que los originarios sólo son revolucionarios.
Las aguas democráticas, populares, plurinacionales, antiimperialistas y revolucionarias, volverán a su cauce, con lo que haga el pueblo: con lucidez y con sabiduría.
Y está cada vez más claro que son los gobernantes los que tienen una alianza inocultable con empresarios criollos, como los benianos, y con empresarios transnacionales. Alianza que la comparten con medianos propietarios bolivianos.
Entre tanto postulamos que los indígenas del TIPNIS y los otros de las tierras bajas bolivianas rechacen alianzas en contra de sus verdaderos intereses y en defensa del territorio, de la autodeterminación y del ejercicio del derecho consuetudinario.
La Paz, 27 de julio de 2013
*Periodista