Reconocimiento
El rector de la UMSA, Waldo Albarracín, entregó un reconocimiento a los familiares de los ocho caídos en la calle Harrington, en La Paz
Tania Salazar Tuco
(AquíCom/16-01-14) Las máximas autoridades de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) entregaron un reconocimiento a los familiares de las ocho personas asesinadas en la calle Harrington de la sede del gobierno boliviano. El acto se realizó ayer en horas de la noche, en el salón de honor del Monoblock central. El acto fue presidido por el rector, Waldo Albarracín y, el vicerrector, Alberto Quevedo.
Los invitados especiales fueron los familiares de los dirigentes del MIR asesinados, quienes recibieron una plaqueta de reconocimiento. “La Universidad Mayor de San Andrés no debe quedar indiferente ante este hecho. Antes ingresó en un periodo de nomeimportismo, eso se ha acabado”, dijo Albarracín.
Beatriz Suárez, esposa de José Luis Suárez Guzmán, uno de los ocho muertos, rememoró la historia que vivió el día que tuvo que buscar a su marido, cuando salió a reunirse con sus compañeros, el 15 de enero de 1981, y nunca más regresó.
“Yo lo viví en carne propia, fue un día terrible para nosotros, fuimos a preguntar dónde estaba el cuerpo de mi marido. Luego lo recogimos del Hospital General, (previamente) torturado; a mi marido lo mataron torturado, el no murió en la (calle) Harrington, directamente. Luego la angustia, el temor de mi familia, de mis hijos, cómo ocultarnos en algún lado; después, lo del entierro, … (allí) había un montón de paramilitares”, aseveró Suárez.
Ella también se refirió a la democracia, como un logro alcanzado por los bolivianos. “Ha sido un gran logro meter (a la cárcel) a García Meza y Luis Arce Gómez... Creo que la democracia es el don más preciado que tenemos, que las generaciones que no han vivido (las dictaduras) no la saben apreciar. Vivir ahora en democracia, con todos los defectos que pueda tener, realmente es un regalo que tenemos y por lo que lucharon los caídos el 15 de enero”.
Suárez terminó su intervención una frase de los zapatistas mejicanos: “Morir no duele, lo que duele es el olvido”.
Al ver la pintura que decora el Salón de Honor de la UMSA, el Rector recordó las acciones impunes que se enfrentó en Bolivia, como el asesinato de Marcelo Quiroga Santa Cruz. “Se sigue ‘espectando’ un mundo de confrontaciones (…) el autoritarismo hace lo posible por jodernos la vida. Pese a tres décadas transcurridas no es solo mencionarlos, sino descubrir que pretendían destruir (los dictadores), no lo lograron. No se percataron que al disparar les daban la inmortalidad” a los caídos en tantas batallas (AquíCom/16-01-14).