Entrevista a Gustavo Calvinho
Tania Salazar Tuco
(AquíCom/28-10-13) El libro tuvo una primera edición en Lima, Perú en 2008, ahora en su segunda edición es presentado en Bolivia con la finalidad de analizar cuál es el sistema de enjuiciamiento procesal que debe haber en una democracia, como una forma de entrelazar el Derecho Procesal con las Ciencias Políticas en favor de los derechos humanos.
AquíCom.- ¿Cuál es el objetivo de este tema?
G.C.- Lo que se busca es construir un derecho de justicia respetando los derechos humanos.
AquíCom.- ¿Qué son los derechos humanos?
G.C.- Son bienes que tienen las personas, gracias a su dignidad humana, que tienen carácter prepositivo y universal, por eso los derechos humanos son anteriores a las leyes, porque les pertenecen al hombre.
Incluso la Constitución (Política del Estado Plurinacional de Bolivia) del 2009 reconoce en uno de sus artículos, que ninguno de los derechos reconocidos en la Constitución se puede entender como la negación de otros derechos no reconocidos. Es decir que el constituyente boliviano entendió que existe más allá del derecho positivo, una posibilidad de que exista un derecho natural y que en muchos casos se tiene que incorporar en el sistema positivo.
AquíCom.- ¿Quién y cómo garantiza la efectivización de los derechos humanos?
G.C.- Ese es el gran tema de estos días, ya no se puede lograr sólo por el reconocimiento de los derechos humanos sino por la efectivización. En Latinoamérica no estamos en el camino correcto, lo que generalmente se hace es tratar de protegerlos pero a partir del Estado.
Se reconoce a la persona humana, como así lo dicen los pactos internacionales de derechos humanos, los mecanismos que tienen que estar en manos de ellos. Lo que tratamos en el libro es justamente eso: analizar cómo debe ser la herramienta para hacer efectivos los derechos humanos, que no es otra cosa que el proceso, que no es una dádiva que viene desde el gobierno sino es un derecho que le corresponde a la persona para ser efectivos los derechos humanos.
AquíCom.- ¿En qué momento se vulneran los derechos humanos?
G.C.- Los derechos humanos se pueden vulneran de distintas maneras, por otras personas, incluso por el Estado, por el poder. En verdad los mecanismos que hay para tratar de restablecer, defender y efectivizar los derechos humanos en Latinoamérica no funcionan del todo bien.
Inclusive el Sistema Interamericano de Derechos Humanos resuelve muy pocos casos y muy selectivos, entonces en Latinoamérica nos falta avanzar muchísimo al respecto. Lo que sí importa tener como norte es, justamente, el Derecho Internacional de los derechos humanos que pone al hombre como centro y fin del reglamento jurídico, o sea, lo importante es la persona humana, hay que reconocerle de que tenga en sus manos una herramienta para hacer efectivos los derechos humanos, sino al hombre no le queda otra alternativa que esperar que desde el poder se reconozca y defiendan los derechos humanos, y eso en realidad no debiera ser así.
AquíCom.- ¿Cuál es la herramienta para hacer efectivos los derechos humanos?
G.C.- Es el proceso como última instancia, como una garantía humana. Si nosotros redactamos una Constitución donde reconocemos miles de derechos, pero no incluimos la garantía del proceso, todos esos derechos reconocidos de la persona serán difíciles de llevarlos a la realidad, salvo que por voluntad de otro o del poder se hagan efectivos.
El proceso es un método de debate, que permite a dos partes antagónicas debatir frente a un tercero imparcial, por eso el Derecho Internacional de los derechos humanos en sus diferentes pactos y sobre todo en la declaración de derechos humanos nos deja muy claro que hay que tener un proceso como garantía porque, por un lado, reconoce la igualdad de las personas, y, por otro lado, el ser juzgado por un tercero imparcial.
Entonces, es muy importante en Latinoamérica, hoy en día, avanzar en materia de derechos humanos en el ámbito procesal porque todavía seguimos con una gran influencia en los códigos del inquisitivismo español que, en verdad, no sigue esta figura donde se posibilita el debate en pie de igualdad de un tercero imparcial.
En realidad, los códigos de procedimientos en América, sobre todo en materia penal, tienen una fuerte raigambre (raíz, antecedente) inquisitiva, se le dan muchos poderes a los jueces y, por lo tanto, no importa tanto el debate sino otra cosa, entonces los instrumentos que tenemos para la defensa de derechos humanos son instrumentos que permiten que el poder juegue con los derechos humanos.
AquíCom.- ¿Cuál es su punto de vista sobre la defensa de los derechos humanos en nuestro país?
G.C.- Si bien Latinoamérica es un gran país tenemos muchas diferencias entre nosotros y es muy importante la realidad de cada lugar. Me han consultado sobre la reforma procesal acá en Bolivia, que la he seguido con atención, que la he estudiado, siempre digo lo mismo: si se trata de una reforma procesal, ya sea civil o penal, es mejor ayudar desde la orientación sistémica o desde los principios, pero lo que no puede uno es definir desde ciertas reglas que tienen que ver con la idiosincrasia de cada lugar.
Lo que sí me gustaría mucho es estudiar sobre los sistemas de justicia que tienen las diferentes comunidades porque lo poco que he estudiado en algunas comunidades originarias de mi país, del Perú o acá en Bolivia, muchas mantienen sistemas de justicia muy puros que, en realidad, son sistemas que están en sintonía del sistema de justicia que tendría que actuar para los derechos humanos (AquíCom/28-10-13).