Pisando tierra
Marcela Barrios
(AquíCom 22-06-14) Cada mañana, al despertar, me doy cuenta de que sigo respirando y que en realidad no dejé de hacerlo. Así, inspirando y exhalando el aire que me rodea, se inicia mi jornada diaria al igual de la de cientos de personas en las ciudades de Bolivia.
Como seres humanos, para vivir necesitamos también agua potable. La que en las ciudades llega a nuestros domicilios mediante tuberías y que podemos tenerla tan sólo al abrir los grifos. Sin embargo, el hecho de tener esa comodidad (porque en el área rural no la tienen) en muchos casos provoca que también se malgaste ese elemento. Es común ver que se utiliza agua potable para limpiar las aceras o que el vecino de la esquina lava su automóvil con abundante cantidad de agua y que la deja correr en el piso porque no cerró la llave de la manguera.
En La Paz, y en todo el occidente, según los expertos, hoy ya no se distingue las cuatro estaciones —otoño, invierno, primavera y verano— sino época seca y la época de lluvias. Ello a consecuencia del ya conocido calentamiento global provocado, mayormente, por los gases que expulsan las industrias y que a la vez están causando los cambios en el clima.
En los últimos años, principalmente, en época seca se lleva adelante una suerte de “racionalización” de la provisión de agua potable, que no es otra cosa que cortar el suministro de agua a los domicilios durante determinadas horas. Ello a raíz de la disminución del agua en las represas y donde se acumula el agua de la lluvia, principalmente.
Y lo que conocíamos como “nieves eternas”, como nos decían en la escuela, hoy se derriten como un helado en un día caluroso. Ambos hechos son producto del calentamiento global y que afecta a todo el mundo no sólo a los países que más contaminan.
Mientras los países industrializados se niegan a reducir los gases contaminantes o denominados de efecto invernadero, en ciudades como La Paz se planifican acciones para garantizar —a largo plazo— las fuentes de agua, la construcción de una nueva represa y la promoción de la utilización de artefactos domiciliarios para el uso racional del agua.
En cuanto al aire que respiramos, si bien no existe una alta contaminación y se mantiene en los límites permisibles, al caminar por la calles se puede percibir cierta contaminación atmosférica. Según los ambientalistas del Gobierno Municipal de La Paz, esta contaminación es provocada, en un 70 por ciento, por el transporte y el 30 por ciento por las actividades industriales y domésticas.
Además, se prevén otras acciones y la implementación de proyectos para cuidar el suelo y la biodiversidad. En el primer caso se trabaja en el tratamiento de los residuos sólidos y se prevé la implementación de una recolección diferenciada y, en el segundo caso, para incrementar los denominados pulmones de la ciudad se prevé la creación de un nuevo bosquecillo en Challaloma, detrás de Següencoma en la zona sur de La Paz.
¿Y qué nos queda a cada uno de nosotros y nosotras? ¿Podemos colaborar con las campañas y acciones que se realicen?. ¿Se debe cuidar el ambiente sólo el 5 de junio o es cuestión de todos los días?. Al momento de responder estas preguntas, tal vez se debería reflexionar en cómo podría ser el futuro tanto nuestro como en el nuestro hijos e hijas. ¿Tendrán agua potable suficiente? ¿Cómo será el aire, estará contaminado? ¿Habrá árboles? ¿Qué pasará con la basura que se genera por toneladas diariamente?.
Una de las ventajas del aire paceño es que se encuentra en la salida de una cuenca, lo que permite que exista un intercambio de masas de aire. Por ello, tal vez, la atmósfera no esté muy contaminada, pero ello también dependerá de las acciones y políticas públicas que se implementen para reducir la emisión de gases contaminantes, básicamente, del transporte.
Es también importante aprender a reciclar la basura, porque un mayor porcentaje podría ser vendido y/o reutilizado. Según los técnicos de la Alcaldía paceña, el 90 por ciento de los residuos sólidos son orgánicos e inorgánicos y pueden reciclarse, mientras que el restante 10 por ciento, es basura neta.
El cuidado del aire, agua, suelo y biodiversidad, que hace al ambiente que nos rodea y en medio del cual vivimos, no sólo depende de las acciones o campañas que se realizan cada 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, sino también de las acciones diarias que cada persona realice en su hogar, el trabajo, en su zona y en su ciudad.
En resumen, es substancial que cada persona, como integrante de la sociedad, comunidad y familia asuma su corresponsabilidad en el cuidado del ambiente y para que el mismo siga siendo habitable (AquíCom 22-06-14).