Claudia Angélica Villca Ugarte
(AquíCom/30-06-014) El pasado jueves 26 de junio, muchas personas en el aeropuerto internacional de la ciudad de El Alto vivieron el riesgo de resultar heridos o muertos por el ataque de una persona que, con un cuchillo en la mano, atacó a cuanto traunsente se le cruzaba en su camino.
11 personas en total resultaron heridas por los cuchillazos que asestó Virgilio Cusi, diagnosticado como esquizofrénico o enfermo mental. Él llegó al aeropuerto portando un arma blanca y atacó después de que no lo atendieron en la compra de un boleto aéreo.
A juzgar por las imágenes y fotografías de los medios de difusión. Esta persona no aparentaba tener problemas mentales graves e incluso sus movimientos y acciones hasta antes del ataque, según los datos, fueron normales.
Tenía el cabello recortado, camisa y ropa limpia, ningún signo a simple vista que pudiera llevar a imaginar que tiene problemas mentales, mucho menos que es peligroso.
Según el diagnóstico del psicólogo de la policía anticrimen, que lo revisó, Cusi “presenta un trastorno esquizofrénico con rasgos de tipo paranoide”.
“Considera que los demás quieren dañarle, causarle daño a nivel sexual inclusive. También presenta características emocionales de un trastorno explosivo intermitente. Este sujeto presenta un trastorno esquizofrénico con rasgos de tipo paranoide, vale decir, que no está en pleno uso de su juicio, de sus facultades mentales”, señaló el médico especialista.
Ese trastorno, sin embargo, no es total según el psicólogo, quien explicó que durante la entrevista que realizó al agresor, éste no se encontraba alejado de la realidad. “Se ubica en el tiempo y el espacio, adecuadamente, inclusive respondía a las preguntas que se le hizo”, dijo.
El día del hecho, Cusi, expresó ante el viceministro de Gobierno por qué atacó a las personas, pero sus frases fueron incoherentes y sin sentido, aunque nombró claramente al primer mandatario del país, nombre y cargo, entre sus explicaciones. Al final expresó disculpas ante la autoridad: “Discúlpeme señor Ministro, tal vez me he equivocado”.
Este incidente hace reflexionar sobre el peligro que puede existir en situaciones similares o contra personas en el momento menos esperado. La pregunta es qué hacer en este tipo de situaciones ¿Correr lo más rápido posible, gritar, esconderse, sólo resistir al ataque?
Las personas que fueron atacadas reaccionaron de todas esas formas. Pero sólo resistir al ataque parece ser lo menos acertado, a menos que se tenga una buena táctia y estrategia de contraataque, de reacción inmediata, que el común de la gente no tiene.
¿Habrá que dudar, ahora, de todas las personas con las que nos cruzamos en nuestro camino diariamente, debemos sólo estar cerca de personas en las que confiamos? Sabemos que no todas las personas pueden ser peligrosas pero el riesgo puede aparecer cuando menos nos lo imaginamos(AquíCom/30-06-014).