En lugar de construir el futuro, han decidido destruir el pasado

¡Oruro se respeta!

Ingrid Barrientos Rodrigo

Un 7 de febrero del 2013, cómo olvidarlo, asambleístas departamentales, en su mayoría oficialistas, decidieron escribir páginas oscuras en la historia orureña: se olvidaron que la historia se respeta, y decidieron cambiar de nombre al aeropuerto "Aviador Juan Mendoza" por el nombre de Su Excelencia. Dicha resolución la hicieron entre gallos y media noche, sin advertir el repudio que existiría, quizá pensaron que porquie faltaban días para la Entrada del Carnaval los y las orureñas nos beberíamos tragos largos de olvido...

Triste fue su sorpresa cuando al término de todas las celebraciones, los orureños no habíamos olvidado semejante ofensa... entre comunicados y reuniones infructuosas, el 19 de febrero se llamó al primer cabildo que después de años, sino siglos, llenó la Av. Cívica de orureños que exigían el “Respeto a la historia”, encabezados por instituciones que supieron estar a la altura de las circunstancias.

Mantuvimos una resistencia de 32 días, en la que unidad fue la característica principal sin importar fronteras, ni credos, ni posiciones políticas (o sí una: la del partido de gobierno, con su empecinamiento al sí o sí, sentencia a la que nos tienen por demás acostumbrados); así, Oruro pudo doblar el brazo, pudo resistir y hacer respetar su historia... Esa unidad se consiguió por la soberbia de quienes hoy ostentan el poder.

Quienes nos sentimos llamados a defender el nombre del aeropuerto Juan Mendoza hicimos que primara el sentido de justicia, verdad, dignidad; dignidad que no sólo por ese hecho ha sido pisoteada.

A un año de haber logrado resultados de una resistencia contra el autoritarismo y soberbia, ¿cuánto hemos avanzado? Quizá la pregunta debiera ser ¿cuánto Oruro ha avanzado estos ocho años de gobierno, de un gobierno que se denomina de "cambio". Sin esforzar la memoria, pensemos en este último año, después de saborear una victoria, moral y material, los orureños hemos decidido construir el futuro? Defendimos nuestro pasado, pero ¿qué de nuestro presente?

Porque Juan Mendoza pueda recordarnos la hombría, la gallardía, la dignidad que se necesita en nosotros para que dejemos de culpar de nuestros males al centralismo o a gente inoperante. Sí, hay muchas responsabilidades que encierran estos aspectos, pero sí supimos enfrentarnos a un gobierno que pensó que por "un letrerito" hacíamos demasiado alboroto. Se imaginan lo que podemos llegar hacer para que se concluya de una vez la carretera Oruro-Pisiga, por ejemplo ¿Hasta cuándo las autoridades, locales y nacionales, no primarán el orgullo de querer a nuestro Oruro industrial, eficiente, limpio?

¿Cómo estamos construyendo nuestro futuro? Nuestro pasado nos fortalece, hablar de un Juan Mendoza, de los hermanos Rodríguez, de Tomás Barrón, el primer ferrocarril, de la empresa de galletas y fideos ¿Y nuestro futuro? Acaso la unidad no nos ha demostrado que puede ser motor para que Oruro, con los orureños, dé un giro y se convierta nuevamente en el pilar que ha sostenido al país: una minería que no la estamos aprovechando, una producción de quinua que tampoco da muchos beneficios, un puerto seco, que está más seco que su nombre.

Oruro ha demostrado ser más que su Carnaval, ser más que su San José, ha demostrado que es historia, y, en el afán de construir mejores páginas, toca mirar nuestro futuro con mayor responsabilidad; pero, ¿estamos juntos en esta titánica tarea? Sí, estamos juntos, ¡hagámoslo!

Una enseñanza fundamental debemos recoger de aquel conflicto y es que el pueblo orureño tuvo la fuerza, ante violaciones de normas y el recorte de los derechos  legales y legítimos, tuvo la fuerza de rebelarse.

Sigamos resistiendo, obrando y si es necesario en rebeldía para que a ¡Oruro se respete!