José Martí y la solidaridad internacional
Paraninfo de la UMSA, La Paz 28 de enero del 2003.
En la Edad de Oro, incomparable obra de educación e instrucción, escrito con la sinceridad que proporciona el amor, para el entendimiento de los príncipes enanos que saben querer con la grandeza de su pequeña humanidad, le faltaría añadir al relato de los Tres héroes latinoamericanos, la de un cuarto héroe. Al autor de los Versos Sencillos, aquel que luchó infatigablemente para darle una patria a los cubanos, aquel que echó su suerte con los pobres del mundo. La de José Martí Pérez, nacido un 28 de enero de 1853 en la Habana colonial, de padre valenciano y madre isleña.
Siendo joven estudiante aún, a los 17 años ya padeció el presidio político de España en Cuba. De la pluma de su poesía ascendió a la más alta cumbre de la literatura hispanoamericana siendo uno de los iniciadores del romanticismo; habría bastado su creación poética para que fuera célebre. Por las circunstancias que le tocó vivir; preso deportado, exiliado, sin patria pero sin amo, su actuación fue determinante en los diversos caminos que emprendió en su corta vida. En la política, por ser el fundador del Partido Revolucionario Cubano. En la lucha por la independencia al ser el organizador de la última y definitiva independencia de Cuba. En el antiimperialismo porque todo cuanto había hecho era para impedir que los Estados Unidos cayeran con esa fuerza más sobre la América latina. Su pensamiento económico se manifiesta en eventos y artículos como en la conferencia Monetaria Internacional de Washington, donde en juicio premonitorio manifiesta “jamás hubo en América, de la independencia acá, asunto que requiera mayor sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso, que el convite que los Estados Unidos potentes… determinados a extender sus dominios en América… “Si” … de la tiranía de España supo salvarse la América española; y ahora de ver con ojos judiciales los antecedentes, causas y factores, del convite urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para América la hora de declarar su segunda independencia…“. Elegido por su lealtad, ejerce la representación diplomática de varios países latinoamericanos. Es corresponsal de prensa, de importantes periódicos del continente. Docente universitario en la Universidad de Guatemala, país al que agradece por haberlo hecho maestro, que es hacerlo creador. En el internacionalismo por su práctica de la solidaridad con las nuevas repúblicas de América Latina en la lucha por consolidar su independencia, a la que llamó Nuestra América, la que empieza en el Río Grande y termina en la Patagonia, diferenciándola de aquella rapaz y expansionista, simbolizada bien en el águila de su escudo.
En la Edad de Oro, al referirse a los Tres héroes, con el cariño del hijo agradecido por la libertad de cinco repúblicas sudamericanas, reclama ante la estatua de Bolívar, como ante un padre, su obra inconclusa por la libertad de Cuba. Con fé destaca las virtudes patrióticas del cura Hidalgo que sin dejar la cruz abraza la bandera de la independencia de México y del desprendimiento del Libertador del Sur, San Martín del Plata que en Guayaquil deja a Bolívar, continuar su obra. Como corresponsal de prensa, en aquel norte revuelto y brutal, en esa “república del culto desmedido por la riqueza….” Nos entregó conmovedores testimonios, que nos transportan en el tiempo, a la cruenta lucha de clases en Chicago, cuando los trabajadores luchaban por la jornada de las ocho horas. Donde “..El problema del trabajo se ha erguido de súbito, y ha enseñado sus terribles entrañas…” “…Una vez reconocido el mal, el ánimo generoso sale a buscarle remedio: una vez agotado el recurso pacífico, el animo generoso donde labra el dolor ajeno como el gusano en la llaga viva, acude al remedio violento. “En ocasión de la muerte de Marx, dice que al haberse puesto a lado de los débiles merece honor, porque “… quiso asentar el mundo sobre bases nuevas, despertó a los dormidos y les enseñó el modo de echar en tierra los puntales rotos…”. Su anticolonialismo lo expresa en su artículo como la Revuelta de Egipto: “el ancla británica quiere clavarse en los ijares del caballo egipcio: El Corán, va librar batalla al Libro Mayor: fiel espíritu del comercio intenta ahogar el espíritu de la independencia: el hijo generoso del desierto muerde el látigo y quiebra la mano del hijo egoísta del Viejo Continente.
De la lucha del presidente Juárez, el indio zapoteca, que hizo de su carruaje, su silla presidencial en el México ocupado hasta expulsar a las tropas del III Imperio. Por su convicción antirracista, se pone al lado de los pueblos indígenas y aconseja estudiar antes que los arcontes de Grecia a los mayas y los incas de América, En su crítica a la segregación racial sentencia “Dígase hombre y se ha dicho todo, hombre es más que negro, más que blanco” Hace suya la causa de Puerto Rico que junto con Cuba debían remontar el vuelo de la independencia. No se puede escribir con tanta sensibilidad y actuar con tanta consecuencia cuando no se siente la solidaridad en el corazón.
A Martí le tocó vivir en la época de transición del capitalismo al imperialismo, de ahí su empeño en evitar la expansión norteamericana hacia el sur con la independencia de Cuba y Puerto Rico. A comienzos del siglo XXI, asistimos al ocaso del neoliberalismo, pero la situación latinoamericana y mundial se ha agravado en extremo, las contradicciones fundamentales se han globalizado, ahora son entre el mundo desarrollado y el mundo subdesarrollado, Si Bolívar tiene aún las botas puestas y la espada desenfundada, es porque tiene que hacer todavía en Venezuela y en la América Latina. El pensamiento martiano aún sigue vigente en la lucha de los pueblos latinoamericanos. Así la Generación del Centenario, comandada por Fidel lo reivindica como el autor intelectual del Moncada en la “Historia me Absolverá”. Martí aún sostiene con mano firme la pluma del pensamiento latinoamericano frente a los designios de los que nos quiere uncir al yugo imperial
Agradezcamos las enseñanzas del Maestro, del Apóstol de Cuba y nuestro; aprendamos de su práctica de la solidaridad, en esta “hora de los hornos en que no se ha de ver más que la luz”. Que en la trinchera de las ideas este presente su pensamiento, ahora y siempre en la hora de nuestra lucha final contra el imperio. Amen.
Arq. Msc. René Contreras Candia
Presidente de Asociación de Docentes de Arquitectura y Artes.- 2003
Docente de la UMSA