editorial
El Presidente está a tiempo para buscar una reelección (la tercera) que sea constitucional y legal la que, además, podría ser legítima por decisión de la mayoría de los electores bolivianos que votarían por tercera vez para elegir a Evo Morales a la primera magistratura del país.
Saber leer, sin prejuicios la nueva Constitución Política del Estado (CPE), respecto de la reelección del actual Presidente boliviano, quiere decir entender que una disposición transitoria de la Ley Fundamental impide que el ciudadano Juan Evo Morales Ayma, postule constitucional y legalmente para un tercer mandato. Prohibición que fue validada, como dicen los principios del derecho y los entendidos, en una ley de convocatoria a elecciones de los actuales Presidente, Vicepresidente, gobernadores y alcaldes en la que, expresamente, el Presidente en funciones refrenda y promulga la norma aprobada por los legisladores, y en la noma respectiva se afirma que los mandatos anteriores a la CPE en vigencia se tomarán en cuenta para dos elecciones sucesivas de los candidatos habilitados para esa consulta[1]. En esa ley, asimismo, se reproduce la disposición constitucional transitoria en la que se establece que el actual Presidente, en el viejo Estado y cuando regía la anterior CPE, ejerció un mandato por lo que el actual período de Evo Morales es el segundo. Por ello, según esa norma constitucional, el primer mandatario no está habilitado ni constitucional ni legalmente para postular, por tercera vez, a la Presidencia de Bolivia.
Un ejemplo grafica lo que decimos: Un postulante distinto al actual Presidente a la primera magistratura, según la nueva CPE, puede ser elegido primer mandatario de Bolivia y reelegido una vez más. En este último caso de acuerdo al artículo 168 de la CPE.[2]
Sin embargo, Evo Morales, ha sido elegido Presidente dos veces seguidas. Esta afirmación se apoya en la Ley de régimen electoral y en la norma constitucional en vigencia permanente y en la transitoria. (Leer los pies de página).
Cuando el principal inquilino del Palacio Quemado dice que si decidiera postularse a la reelección (la tercera) estaría plenamente habilitado difunde una mentira o lo que es lo mismo interpreta, sin ética alguna, esa disposición de la CPE por la que votó la mayoría de los bolivianos y la que, al menos en parte, ayudaron a redactar los movimientos sociales.
Con ese discurso el Presidente quizá trata de darles mayor confianza a quienes lo apoyan sin reservas, tal vez pretende convencer a otros que dudan sobre la constitucionalidad de la tercera reelección suya, con esa prédica el primer ciudadano del país busca apoyo de la gente más empobrecida, de todos los explotados y oprimidos, y mejor si fuera con marchas, proclamas, propaganda, halagos al Presidente en funciones al que sus parciales (los llunk’us sobre todo) pretenden liberarlo incluso de sus errores que están a la vista de los que ven la realidad contemporánea sin anteojeras.
Los opositores políticos, de ayer y de hoy, entre otros voceros oficiales y oficiosos, se han encargado de decir que el actual Presidente se comprometió a no postularse por tercera vez. A nosotros nos parece un antecedente significativo, negado por los gobernantes, a pesar de que admitieron hace poco que, con ese acuerdo, burlaron a los opositores; hablaron incluso de una maniobra envolvente lo que, gobernantes serios no tienen que hacer, en primer lugar los de naturaleza popular y con ética.
Hubo ese acuerdo gobierno-opositores. Es el que está constitucionalmente expresado en la norma transitoria citada, según la cual Evo Morales no está habilitado para ser reelegido, lo que ocurriría por tercera vez, valga la reiteración.
Desde el bloque gobernante se difunde otra falacia: que las disposiciones transitorias de la CPE, reproducidas aquí, se agotaron por haberse aplicado. Basta decir en respuesta que en la ley electoral, también citada en esta nota, se confirma que el actual Presidente no está constitucional ni legalmente habitado para postular a un tercer mandato.
Los senadores oficialistas, en efecto, mandaron en consulta previa un proyecto de ley, ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, para que éste esclarezca la constitucionalidad o no de una tercera elección del Presidente en ejercicio, es decir, que mediante una sentencia constitucional debe determinar si Evo Morales estaría habitado o no para postular a la Presidencia. En este último caso (si no está habilitado constitucionalmente para un tercer mandato) tendría que tramitarse una reforma constitucional para que al Presidente se le conceda luz verde para buscar otra vez el cargo que ocupa. Reforma que, por disposición de la CPE, debe ser sometida a un referéndum en el que los electores resolverían si se aprueba o no tal modificación de la Ley Fundamental.
Sobre la supuesta inconveniencia de tal reforma de la CPE voceros del oficialismo divulgan explicaciones superficiales como que la norma transitoria sobre los mandatos de Evo Morales se agotó, que el primer mandato de éste ocurrió en la República de Bolivia, que el actual es el primer mandato de Morales en el Estado Plurinacional y durante la vigencia de la nueva CPE, que el Presidente en ejercicio nunca renunció a su segunda elección (en rigor, la tercera), que un eventual referéndum sería ocioso porque lo fundamental es que otros candidatos midan fuerza electoral con el primer mandatario que tiene apoyo de la gente que le pide que postule otra vez.
Una encuesta de Ipsos, que se equivocó al ofrecer datos sobre preferencias electorales en los comicios para la Gobernación de Beni, ha difundido que el 54 por ciento de los bolivianos quieren la tercera elección de Morales. Aunque la consideramos dudosa esa encuesta llama la atención que en Santa Cruz el 51 por ciento de los encuestados quieran esa reelección por lo que no dejamos de pensar que ese resultado quizá expresa el acuerdo del Presidente con empresarios cruceños.
¿Quiénes más quieren la reelección de Evo Morales? Además de los empresarios de la banca que en 2012 ganaron 186 millones de dólares, los propietarios medianos de nuestros país, entre éstos: los cocaleros, que plantan cada vez más coca, especialmente en el Chapare; los colonizadores que, como han confesado, pretenden más tierras en propiedad personal en el TIPNIS; los cooperativistas mineros porque consideran que recibirán más créditos y más parajes mineros para saquearlos en operaciones que generan crecidos ingresos para un grupo de empresarios que sólo tienen el nombre de cooperativistas; los comerciantes de las ferias en las que no pagan impuestos; los industriales alteños, que ya tienen alianza con los gobernantes, entre ellos incluso miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional; los dueños de vehículos que venden servicios de transporte y que están tras de nuevas tarifas; los campesinos que sueñan con agrandar sus predios (también de propiedad personal) y que ya están acrecentando sus tierras; los contrabandistas (”chuteros”) que siguen introduciendo vehículos indocumentados y que esperan otra “legalización” de esos motorizados; en fin, los bolivianos que todavía creen que Evo Morales es un líder que defiende los intereses de explotados y oprimidos de nuestro país. Éstos, estimamos, necesitan de más tiempo para descorazonarse de los cambios de este tiempo que, cada día, se muestran como lo que son: reformas que pierden su contenido avanzado y que están muy lejos de configurar una revolución democrática y cultural de la que parlotean desde el Palacio Quemado, aunque cada vez con menos fervor.
Sobre la materia de la que escribimos el Presidente ha trazado la línea: según él no tiene impedimento para postular al cargo por tercera vez porque sostiene que su actual mandato es el segundo, así abroga la realidad pero únicamente en las palabras.
Esa línea inconstitucional y anticonstitucional podría imponerse. Si así fuera el disfavor de Evo Morales a la transición boliviana sería gigantesco.
Y lo menos probable es que el Presidente decida recorrer un camino constitucional y legítimo para conseguir su tercer reelección a la que aspira.
Nosotros no creemos en milagros, aunque tal vez el “olfato político bárbaro de Evo Morales” lo lleve a rectificar rumbos y a una aplicación correcta de la nueva CPE.
Pero como de lo que se trata es de la reproducción del poder de Evo Morales y de sus llunk’us, los gobernantes emprenderán cualquier accionar que les asegure la tercera elección del ciudadano de Orinoca.
[1] En la Ley 4021 del 14 de abril de 2001, en la que se convoca a Elecciones Generales para elegir Presidente, Vicepresidente, gobernadores y alcaldes, en el artículo 25, dispone:
“II. En aplicación de la disposición transitoria primera, parágrafo segundo, de la Constitución Política del Estado, el cómputo de los mandatos constitucionales se regirá de conformidad a los siguientes:
a) Se computará como primer periodo, el mandato vigente a tiempo de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado.
b) Para el efecto del cómputo se considerarán los mandatos correspondientes al mismo cargo electivo”.
[2] “Artículo 168. El período de mandato de la Presidencia o del Presidente y de la Vicepresidencia o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua” de la CPE boliviano.
El segundo párrafo de la primera medida transitoria de la nueva CPE dispone: “II. Los mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos períodos de funciones”.
Una lectura crítica y analítica aconseja tomar en cuenta estas dos normas constitucionales.