María Galindo
Mujeres Creando
Mujeres Creando ha decidido sacar un quincenario que será distribuido en La Paz, El Alto y Santa Cruz.
Ofreceremos quincenalmente una investigación periodística sobre temas centrales a la vida política del país. Temas que en los medios convencionales, atrapados en la coyuntura, y donde ya no se hace investigación no tienen espacio.
En el primer número y a raíz de la violación en Sucre, ofrecemos una amplia investigación sobre las violaciones y los acosos a las mujeres funcionarias dentro el aparato estatal mostrando la complejidad, la magnitud y lo extendido del problema. La responsable es una comunicadora cruceña Carolina Ottonello.
La barricada, que ganó su espacio dentro el espectro periodístico, pero que fue desalojada por IDEAS de Página Siete, recupera su espacio en la Malhablada. En este primer número con una barricada a la Ministra de Comunicaciones, donde el formato de entrevista ofrece un sabroso duelo de ironías.
La lista —alegal— de padres irresponsables con nombre, apellido, edad y lugar de trabajo que fue por años la piel de identificación de Radio Deseo pasa a ser una lista escrita que conjuga denuncias tanto de La Paz, como de Santa Cruz y que pone sobre la mesa uno de los grandes problemas sociales del país con un mecanismo directo de denuncia.
Hemos tenido que crear un espacio de anti-publicidad, dado el contenido, tóxico, violento y machista de la publicidad. Una diseñadora profesional, Zulema Quispe, va contestando una a una las publicidades que venden a las mujeres como mercancías mutiladas.
Entendemos que en el país tenemos re-buenos caricaturistas en los periódicos, pero no hemos querido dejar de usar ese recurso para plasmar una visión feminista. Por eso Esther Argollo y Danitza Luna tienen la caricatura y la historieta. La primera está dedicada a un relato de la boda del Vicepresidente, relato que lo ofrecimos en las alasitas con un éxito abrumador, pero que no mereció ni una línea de cobertura en los medios convencionales.
La violencia machista contra las mujeres tiene un espacio permanente a cargo de otra comunicadora: Alejandra García. No para relatar espeluznantes dramas dignos del EXTRA, sino para relatar historias alegres de ruptura, de dignidad que no son de crónica roja.
Tenemos también un pequeño espacio para seguir aclarando qué es y qué no es el feminismo a cargo de Julieta Ojeda y Cleofé Ramos que nos ofrecen en esta ocasión la definición de la cunumi.
No falta el chisme político cuya elaboración es anónima.
La dirección y edición general está en manos de una reconocida periodista feminista, Hélen Álvarez, que ha sabido armar un equipo múltiple, creativo y atrevido de trabajo.
No tenemos detrás como soporte económico ni grandes empresas, ni aparatos estatales. Nos regalamos nuestro trabajo para poder cubrir costos. El esfuerzo responde a la necesidad de crear un producto escrito que las mujeres se lo puedan llevar a sus casas, que te ofrezca un lenguaje fresco. Un producto periodístico que te permita descansar de la pulseta de fuerzas entre machos que es la cotidianeidad de la noticia en Bolivia.
Hay una palestra para el arte y la cultura que hoy en los medios está confundida con la farándula y que además responde a una mirada complaciente donde no hay crítica. Acá criticaremos.
Nuestro circuito de venta no son los canillas, porque ese circuito mata toda intención de salir con cosas nuevas, los y las canillas están sujetados por los grandes medios, no exhiben otras publicaciones. Tenemos la fuerza para crear nuestro propio circuito ambulante de venta y distribución, además de que una vez agotado el ejemplar pasará a la red donde también tendrá un ámbito de circulación.
Es un esfuerzo que nos complica la vida pero que quiere responder a algo que está pasando en el país y de lo cual los grandes medios no dan cuenta: en el universo de las mujeres está ocurriendo una gran revuelta masiva, silenciosa e invisible que nosotras entendemos, vemos y sentimos.
No es la revista COSAS lo que necesitamos las mujeres, no es la página de sociales, ni el suplemento de miss chiquitita. Todos esos son fenómenos machistas y decadentes de una clase decadente también.
Los grandes medios están en crisis no sólo porque responden a sus amos respectivos, sino porque su nexo con la sociedad es mínimo y con las mujeres que somos la mitad de la población, ninguno.