Cochabamba, Los Tiempos, Publicado, 30/04/2016
ENDE y la brasileña estatal Eletrobras firmaron ayer, en Brasil, un acuerdo que abre paso a la construcción de una hidroeléctrica binacional en el río Madera y a la optimización de la Central Cachuela Esperanza, ambas cuestionadas por su impacto ambiental.
El documento establece la realización conjunta del estudio de factibilidad. Según expertos, el impacto será mayor debido al cambio climático.
“Este documento va a permitir que ENDE (Empresa Nacional de Electricidad) y Eletrobras trabajen de manera conjunta, con inversión compartida de gastos, en el estudio de factibilidad de la Central Río Madera. Asimismo, se optimizará la Central Cachuela Esperanza. Esto quiere decir aprovechar toda la Cuenca del Río Madera en territorio boliviano y binacional para la exportación de electricidad”, expresó en la firma del acuerdo el ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez citado en un comunicado de prensa.
El presidente de ENDE, Eduardo Paz, informó que actualmente técnicos de ambas empresas estatales eléctricas elaboran los términos de referencia para la licitación del proyecto, tarea que se estima concretar en seis meses.
Paz explicó que el proyecto Río Madera tendrá una potencia de 3.000 megavatios (MW) y Cachuela Esperanza tendrá una potencia estimada de entre 600 y 900 MW. “El acuerdo contempla conseguir maximizar los volúmenes de energía a ser exportada. La inversión compartida ascenderá a los más de 7.000 millones de dólares”, indicó.
Respecto a las consecuencias ambientales de ambos proyectos y su efecto en los bosques de la Amazonia, el técnico especialista del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca) del Norte Amazónico, Vincent Vos, indicó que las consecuencias que conlleva construir centrales hidroeléctricas en esa región se tornan más complicadas por los efectos del cambio climático.
“El cambio climático y la misma deforestación hacen que la cantidad de aguas que vayan a pasar por esos ríos aumente en los próximos años y eso no se está contemplando. Entonces, eso es (objeto de) un debate fuerte”, afirmó.
Por su parte, el investigador del Centro de Información y Documentación de Bolivia (Cedib), Jorge Campanini, indicó que el panorama no cambió desde que, tiempo atrás, esos proyectos fueron cuestionados por especialistas ambientales y que, al contrario, se agravó con el paso del tiempo.
“Pienso que va ser un poco más fatal porque se van a implementar dos centrales hidroeléctricas y paralelamente se va a hacer la central hidroeléctrica de El Bala. Va a ser un impacto muy fuerte en todo lo que es la Amazonia”, indicó Campanini.
En tanto que la investigadora y activista Sarela Paz advirtió sobre la sedimentación en el río Madera e indicó que si no existe un buen mantenimiento de las centrales hidroeléctricas bastará la acumulación de algunos centímetros de altura de sedimento para ocasionar que se inunden las poblaciones aledañas a ambos proyectos.
Este no es el primer intento del actual Gobierno para impulsar las hidroeléctricas. En 2008, ENDE firmó un contrato por 8 millones de dólares con la empresa Tecsult International Limité para el estudio de factibilidad y diseño final del proyecto hidroeléctrico de Cachuela Esperanza. A la fecha no se conoce qué sucedió con ese contrato.
En diciembre de 2012, ENDE firmó un memorándum de entendimiento con la empresa china Sinohydro para “la revisión y optimización del diseño en potencia y costo del Proyecto Hidroeléctrico Cachuela Esperanza” que debía ser entregada en 90 días. Tampoco se conoce en qué quedó el documento.
El Gobierno proyecta convertir al país en el “corazón energético” del continente y la construcción de hidroeléctricas que generen excedentes para la exportación es uno de los pilares de ese proyecto. Brasil y Argentina serían los primeros mercados objetivos.
Especialistas dudan de la rentabilidad
Los especialistas ambientales consultados coincidieron en que el aprovechamiento hidroeléctrico de la Cuenca binacional Río Madera y la optimización de la Central boliviana Cachuela Esperanza son proyectos poco rentables para el país.
Según la investigadora y activista, Sarela Paz se debe dejar de lado el discurso de la exportación de energía a países vecinos porque se carece de información suficiente sobre el déficit energético que afrontan.
“Este tema en realidad necesita de muchísimo mayor balance, no bastan sólo las enunciaciones del Gobierno. (…) Más allá de lo que dice, a mí me parece muy importante que la población vea cifras de mercado”, indicó.
En tanto, el técnico especialista del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca) del Norte Amazónico, Vincent Vos, indicó que a través de un estudio económico que realizó Cipca respecto a Cachuela Esperanza se llegó a la conclusión de que no es rentable.
“Haciendo netamente un análisis económico de los costos de inversión que implica a comparación de las tasas de interés, los precios de energía a nivel internacional que se podrían generar, no es rentable desde ese punto de vista la inversión pública”, añadió.
Río Madera
El Complejo Hidroeléctrico del Río Madera comprende la construcción de cuatro represas hidroeléctricas que aprovechan el desnivel en el tramo de cachuelas de los ríos Madera, Mamoré y Beni, que son Santo Antonio (3.150 MW), Jirau (3.300 MW), Ribeirao (3.000 MW) y Cachuela Esperanza (800 MW según los brasileños), señaló el especialista Jorge Molina en una publicación anterior.
Según el investigador del Cedib, Jorge Campanini, esto significará gran afectación para poblados, bosques y el ecosistema de la Amazonia.
Cachuela Esperanza
La hidroeléctrica de Cachuela Esperanza, por sus características geográficas, contemplará una represa con una superficie de 690 kilómetros cuadrados y generará un tercio de la energía que producen las plantas de Jirau y Santo Antonio (Brasil), es decir 990 Megavatios.
Más de 18 millones de hectáreas, 559 comunidades de cinco departamentos y unas 330 mil personas podrían ser afectadas por la inundación que provocaría la represa, según una investigación del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca).
El Bala
El Proyecto Hidroeléctrico Angosto de El Bala está localizado sobre el río Beni, a 16 Km de San Buenaventura y Rurrenabaque. Se estima una potencia instalada de 1.600 Megavatios (MW).
Su implementación inundará 2 mil kilómetros cuadrados de la parte baja de dos importantes parques nacionales: el Parque Nacional Madidi y la Reserva Pailón Lajas, además de una extensa región del valle central del río Beni, según el informe del Estado Ambiental de Bolivia 2007-2008, de la Liga de Defensa del Medio Ambiente.