Vamos a andar
Rafael Puente*
Viernes, 30 de mayo de 2014
Informan que han capturado por segunda vez al alcalde de Pocoata, culpable de violación y asesinato de una enfermera, y que, probablemente, será sometido a juicio. Ojalá sea verdad, aunque también llegan informes de que había pagado 9.000 dólares para salir libre de su primera detención, lo que pone en duda la idoneidad de ciertas autoridades que se sienten instintivamente solidarias con toda clase de machos violentos y violadores.
Pero lo que amerita un comentario especial es la actitud de la diputada del MAS Emiliana Ayza, que —en un equivocado intento de justificar a su conmilitón— habría afirmado que "así son los hombres, fueron las cervezas, hay que entender”, una declaración por demás lamentable y que provoca un mínimo de análisis.
Y no me voy a centrar en el elemental reclamo de que no todos los hombres somos así -¡por favor!- porque no es lo más importante, además de que nomás son muchos los que sí parecieran justificar el concepto de doña Emiliana.
Lo totalmente inaceptable es echarle la culpa a la cerveza, y que por tanto al macho asesino "hay que entenderlo”. No, señora diputada, en ningún caso hay que "entender” un asesinato ni tampoco una violación (que viene a ser otra forma de asesinato). En primer lugar porque si realmente "las cervezas” fueran las que llevan a semejante deshumanización, el grave delito consistiría ya en el hecho en tomar cerveza (es decir, en someterse a semejante peligro) y por ahí debería venir también la sanción.
En segundo lugar porque eso no es verdad (y aquí disiento de un columnista de este mismo diario que le daba razón a la diputada Ayza y plañía contra el alcoholismo, efectivamente tan difundido en nuestra sociedad).
El alcohol lo que hace es desinhibir, es destapar lo que el bebedor lleva adentro cuando está sano (sólo que lo reprime). Cuando un varón, normalmente pacífico, se emborracha y le pega a su mujer, no es porque el alcohol lo vuelve golpeador, lo que hace es desinhibir a un pegador que sin el alcohol no se atrevería (por eso de las convenciones sociales, o por lo que sea). ¿O no conocen ustedes a un montón de varones de otro tipo que cuando beben más bien sacan a relucir un talante amigable y cariñoso, del estilo del famoso "yo te estimo, hermano”? Es lo mismo, son personas normalmente adustas y poco comunicativas a las que el alcohol desinhibe, permitiendo que expresen su bonhomía.
Por tanto, la maldad, el espíritu machista, violento y despreciador de mujeres está ya adentro del violador y asesino antes de que beba; y no tiene ninguna justificación ni atenuante por el hecho de estar borracho.
Y adicionalmente hay que afirmar —y me dirijo a usted, señora diputada Ayza— que menos todavía se puede admitir que el intento de justificación pueda venir de algún sentimiento de solidaridad político-partidaria. Eso en realidad no es solidaridad sino complicidad, señora. Y me atrevo a suponer que ha quedado usted muy mal ante la opinión pública, ha demostrado que sus electores se equivocaron, y que lo indicado sería que presente su renuncia.
Por lo demás es triste tener que diagnosticar que si sigue habiendo varones que se mueven dentro del peor estilo patriarcal, y encima aspiran a la impunidad, es entre otras cosas porque sigue habiendo mujeres que los "entienden” (viniendo a proponer que se le inicie un proceso judicial a la cerveza, ¿no le parece que además de inaceptable viene a resultar muy poco serio?).
Ya sé que no es usted la única que ha salido en defensa de ese señor —al que incluso hubo instancias estatales que decidieron mantenerlo en su cargo—, pero al ser usted asambleísta y en calidad de tal salir en defensa de ese alcalde (¿quién lo elegiría, no?), y además al ser usted mujer —particularmente llamada a superar todo tipo de patriarcado—, viene a convertirse en la interlocutora inevitable para quienes sentimos creciente repugnancia ante la eterna impunidad de violadores y feminicidas. Lo siento.
*Es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba.
Si sigue habiendo varones que se mueven dentro del peor estilo patriarcal es, entre otras cosas, porque hay mujeres que los "entienden”.