El presidente Morales alienta conflictos

Manuel Gonzales Callaú
Vivimos un cúmulo de conflictos generados premeditadamente o surgidos imprevistamente y las explicaciones oficiales de los gobernantes, son cada vez menos creíbles. La violencia desatada desde órganos represivos del Estado contra el pueblo no puede ser producto de la casualidad porque esos cuerpos han sido creados para defender el estatu quo y son especialmente entrenados para ese fin, además de obedecer a mandos superiores. Sería absurdo creer que los efectivos de graduación inferior encargados de la represión actúen automática o instintivamente, porque de ser así el Estado y el gobierno estarían indemne ante una fuerza incontrolada, potencialmente destructiva del sistema.
La atención de demandas sociales y la resolución de conflictos por el gobierno de Evo Morales, cree éste que pasan por la confrontación según los medios. El uso de la propaganda gubernamental para justificar lo injustificable o para mentir sin vergüenza, no están consiguiendo los resultados esperados; más al contrario, hay públicos que cree menos y cambian el dial o el canal o sonríe al leer los titulares de la prensa.
Si hacemos una comparación del actual proceso con anteriores de contenido popular y progresista, podemos concluir que éste tiene algún parecido con el hegemónico del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) entre 1952 y 1964, aunque aquel le aventaja de lejos al haber dictado medidas sociales y económicas que realmente acabaron con el viejo sistema como eran los latifundios en el valle y altiplano, y las grandes empresas mineras, además de implantar el voto universal y la reforma educativa. Los otros dos procesos truncados, como el gobierno del Gral. Juan José Torres, donde los trabajadores organizados en sindicatos y las organizaciones políticas intentaron avanzar hacia un estado superior con la formación de la Asamblea Popular, y, el segundo, el de la Unidad Democrática Popular (UDP) con la intención de transformar el país pero sin tocar la estructura social y dependencia a organismos del capital internacional, están lejos de parecerse a este proceso, porque aquellos no reprimieron a los trabajadores ni al pueblo como lo que hace, casi permanentemente, el gobierno del MAS.
Resulta incomprensible que los argumentos de los gobernantes y sus encargados de la seguridad interna del Estado nos quieran convencer que todo lo que hacen sus organizamos de represión es por el bien de la patria y para "sigamos" viviendo bien. Y para entender mejor esta afirmación vayamos a analizar el última tramoya salida desde esferas gubernamentales: la represión a la vigilia de los marchistas del TIPNIS que acertadamente una periodista radial la bautizó como "Chaparina II".
No podemos aceptar el cuento del Ministro de Gobierno que dice que los policías que cercan el acceso a la Plaza Murillo para que no ingresen los indígenas que piden que no destrocen más su territorio, hayan sido sorprendidos por algunos manifestantes y que los "pobres" servidores del orden tuvieron que defenderse del ataque "salvaje" de desaforados e inadaptados "infiltrados" en las manifestaciones que les lanzaron mandarinas y algunos palos. No entendemos cómo la "inteligencia" de ese Ministro que puede tener acceso a conversaciones de supuestos golpistas no pudo evitar que 30 mujeres "contaminen" a los marchistas del TIPNIS, evitando cuadras antes, con otros 30 ó más policías, que lleguen al bloqueo que hacen los policías. Y casi sin temor a equivocarnos consideramos que no lo hicieron porque querían tener el ese pretexto (el de la agresión de las mujeres a los "pobres" policías) para escarmentar y amedrentar una vez más a los marchistas, hombres, mujeres y niños, lanzándoles gases lacrimógenos y fuertes chorros de agua, dicen "en defensa propia", situación que se repitió al día siguiente.
La teoría del Vicepresidente de que la conflictividad es la savia de la revolución (1) podría acercarnos a entender el problema y que por ello en lugar de que el gobierno los prevenga, los alientan; aliento que significa dividir a las organizaciones, utilizar prebendas en sectores pequeños y débiles, chantajear a algunos beneficiaros de esas prebendas, amedrentar con uso de la fuerza y de manera selectiva, al mismo tiempo que diseminan propaganda engañosa en forma masiva a través de los medios estatales, propaganda que en parte de la ciudadanía crea dudas y hasta convence a los sectores más atrasados y poco politizados.
Toda esta situación de conflictividad interminable no sería comprensible si no existiera detrás una estrategia de Evo Morales y su gobierno de prorrogarse en la presidente por un período más, "quieran o no quieran", y aunque constiucionalmente no le esté permitido. Detrás de esa meta, todo lo que haga Morales y sus seguidores, debe estar encaminado a resolver a medias los conflictos, de manera que aparentemente todos ganen, y así la cada vez mayor cantidad de ciudadanos desilusionados vaya disminuyendo, expectativa gubernamental cada vez menos probable, por los desaciertos constantes, por la mala fe demostrada por los operadores en varios conflictos y el cansancio ante discursos y declaraciones que en los hechos no se cumplen.
La táctica desarrollada durante el conflicto del magisterio meses atrás: la firma de un convenio con los dirigentes funcionales al gobierno a espaldas de las bases, no resultó con el sector salud, y menos con los policías amotinados, y no resultará con los corregidores cooptados del TIPNIS. Por eso se hace difícil la recuperación del apoyo que tuvo el Presidente en pasadas elecciones; sin embargo, como una de sus líneas de comportamiento es hacer lo que se le ocurre para que luego lo "legalicen" los abogados, es probable que los abogados de su entorno, más los que se "formarán" (o deformarán) en la nueva Escuela de Abogados del Estado "Evo Morales Ayma" (3), inventen alguna argucia "legal" para justificar lo injustificable; no en vano esa "escuela" de abogados lleva el nombre del mentor que no respeta la Constitución Política del Estado y otras normas.
Lo cierto es que mientras los conflictos se multiplican, el Presidente y el gobierno poco o nada hacen para resolverlos, esperando a veces que el cansancio haga rendir a los demandantes o dejando hacer y dejando pasar, haciéndose el quite sin asumir ninguna responsabilidad... pero eso sí, para subir al avión y dirigirse al exterior o interior donde sus operadores hayan montado un escenario de aclamadores, Morales está presto y dispuesto a repetir monólogos y a solo escuchar los aplausos de los asistentes, muchos de ellos obligados.
Si Morales cree que alentar conflictos, desunir al pueblo o victimizarse es gobernar, está totalmente equivocado, aunque sus operadores le hagan creer que con la propaganda gubernamental crece su aceptación.
(1) http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/nacional/20120415/garcia-%E2%80%9Cla-conflictividad-es-la-savia-que-nutre-el-proceso_167970_352500.html
(2) "Cuando algún jurista me dice: 'Evo te estás equivocando jurídicamente, eso que estás haciendo es ilegal', bueno yo le meto por más que sea ilegal. Después les digo a los abogados: 'si es ilegal, legalicen ustedes, para qué han estudiado'"
(3) http://www.procuraduria.gob.bo/index.php/articulos/202-la-escuela-de-abogados-del-estado-evo-morales-ayma-inicio-primer-postgrado-en-sucre