Este mes se engarzan dos aniversarios de acontecimientos de relevancia histórica. Por una parte, el surgimiento del Partido Comunista de Bolivia, en la fecha conmemorativa del 17 de enero de 1950; por otra, el segundo año de la emergencia del Estado Plurinacional, que marca un hito fundamental en la vida de los pueblos, clases, nacionalidades y regiones de la Patria.
Nuestro Partido nació de la necesidad objetiva de la clase obrera y los sectores populares del país para tener una organización pertrechada de la ideología marxista leninista, que responda a la demanda de superar efectivamente el capitalismo dependiente, liquidar la explotación de los trabajadores y construir la nueva sociedad por la vía de la Revolución Democrática, Popular, Antioligárquica y Antiimperialista. Hoy, apreciamos que el recorrido de los comunistas en las luchas sociales de Bolivia no sólo no puede ser ignorado o subestimado, sino que se hace indispensable nuestro concurso por la madurez y confianza que inspiran a las masas y a sus más esclarecidos dirigentes.
Seguiremos y cualificaremos esa línea de conducta con el ejemplo de todos los caídos en el combate por la revolución y el socialismo cuya síntesis se halla en las figuras emblemáticas de Rosendo García Maisman y Roberto Alvarado Daza. Obrero minero el uno e intelectual y maestro el otro, ambos con la ética imbatible de los comunistas que no vacilan, en entregar su vida por la causa de la liberación nacional y social. Honor y gloria por siempre a ellos y a todos los camaradas que quedaron en el camino emancipador.
La recordación de nuestros héroes y mártires nunca será suficiente para consolidar la identidad y cultura comunista boliviana, el rescate de nuestra memoria en la línea revolucionaria con la entrega, firmeza, consecuencia y lealtad, debe ser siempre nuestro norte en lo estratégico y cotidiano. Se trata, pues, del patrimonio surgido de las entrañas del pueblo trabajador, de las angustias y esperanzas del proletariado, del justiciero reclamo de incontables de nuestros cuadros, simpatizantes y aliados a lo largo de los cuatro puntos cardinales de Bolivia. Un legado imperecedero que toca preservar, difundir y emular con la convicción que caracteriza el temple de las nuevas generaciones.
Luego de la promulgación constitucional, el país ha ido transformando sustancialmente la organización estatal y su construcción se halla en los ámbitos institucional, territorial y económico. Ha transcurrido el Encuentro Plurinacional por la Profundización del Cambio y se requiere ahora un sostenido esfuerzo a poner en práctica sus conclusiones con la participación militante de los sectores sociales. La socialización de los lineamientos de consenso resulta un imperativo central, en el contexto de ampliación de la base social, con énfasis a nivel urbano y con especial referencia al sindicalismo. En este sentido, siempre hemos sostenido que el centro y la razón esencial de la existencia y actividad del Estado debe ser la atención adecuada a las necesidades materiales y espirituales de los hombres y mujeres bolivianos y en primer término los trabajadores, desterrando toda forma de injusticia social y discriminación, reconociendo que, la democracia real, incluye el derecho a la dirección de la economía, lo que el sistema capitalista ha mantenido como coto cerrado de las clases dominantes.
Las tareas pendientes a partir de la llamada Cumbre en materia legislativa son múltiples. En el marco del desmontaje del modelo neoliberal, desde la abrogación del DS 21060, debe encararse la discusión a aprobación de las leyes económicas y sociales entre las que se destaca la reforma de la General del Trabajo y la de Control Social. Debe dictarse un código de conducta sobre inversiones, que parta del respeto a la soberanía nacional, que sean mutuamente beneficiosas, sustentable y no depredadoras; que sean pactadas bajo estrictas reglas de ética y transparencia y se de preferencia al desarrollo del aparato productivo preservando el medio ambiente. A propósito, corresponde un par de reflexiones sobre el Congreso de la COB que actualmente se lleva adelante en Tarija. El mismo supone el gran reto de fortalecimiento y reafirmación, de proyección organizativa, tomando en cuenta los cambios estructurales impuestos por la base económica actual y los avances de la tecnología. La entidad matriz de los trabajadores tiene como columna sólida y válvula de seguridad de su desenvolvimiento autónomo, la independencia sindical. En primer plano, frente al Estado, e independencia frente a las organizaciones políticas, confesionales, sectarias y otras ajenas a la naturaleza, fines y objetivos del movimiento obrero y sindical popular. Junto a ella, hay que reiterar que la democracia interna es un principio orgánico fundamental que de perderse o deteriorarse, desnaturalizaría a la COB. En resumen, más allá de los discursos radicales, la clase obrera no puede estar ausente en la transformación estructural del país. Eso lo indica toda la experiencia internacional y la demostración palpable de solidaridad se evidencia a través de las hermanas Repúblicas de Cuba y Venezuela.
Convocamos a la unidad de los trabajadores y redoblar la lucha antioligárquica y antiimperialista, como el mejor homenaje del aniversario del PCB y del Estado Plurinacional.
¡Al rescate de la patria, rumbo al socialismo!
La Paz, enero de 2012
Comision Política del Partido Comunista de Bolivia