Septiembre 28 del 2011
Presidente y Hermano Evo Morales
Desde el 2006 Bolivia ha mostrado liderazgo al mundo en entorno a los desafíos mas cruciales de nuestro tiempo. Hemos logrado la aprobación del Derecho Humano al Agua y el Saneamiento en las Naciones Unidas, e impulsado una visión de sociedad basada en el Vivir Bien en vez del consumismo.
No obstante, debe haber coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. No se puede hablar de defensa de la Madre Tierra y al mismo tiempo promover la construcción de una carretera que hiere a la Madre Tierra, no respeta los derechos indígenas y viola de manera “imperdonable” los derechos humanos.
Cómo país impulsor del Día Internacional de la Madre Tierra tenemos la gran responsabilidad de dar el ejemplo a nivel mundial. Nosotros no podemos repetir las recetas del “desarrollismo” fracasado que ha llevado a la relación de la humanidad con la Madre Tierra a un punto de quiebre.
Es incomprensible que promovamos la realización de una Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre los Pueblos Indígenas para el 2014 si no somos vanguardia en la aplicación de la “consulta previa, libre e informada” a los pueblos indígenas dentro de nuestro propio país.
La Octava Marcha Indígena tiene planteamientos incoherentes e incorrectos en relación a temas como hidrocarburos y la venta de bonos de carbono de los bosques que mercantilizan la Madre Tierra (conocido como REDD). Pero su preocupación por la construcción de la carretera es justa.
Miles de delegados de los cinco continentes que participaron en la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los derechos de la Madre Tierra están profundamente contrariados por la posición del gobierno de Bolivia.
El conflicto del TIPNIS nunca debió haber existido. La integración caminera es necesaria pero no a través del “Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure” (TIPNIS). Es cierto que será mas caro construir una carretera que no va a través del TIPNIS. Pero tratar de ahorrar 200 o 300 millones de dólares sin tomar cuenta los costos socio ambientales es ir en contra de los principios del Vivir Bien.
Para cerrarle el paso a la derecha que quiere instrumentalizar la protesta para retornar al pasado debemos ser más consecuentes que nunca en la defensa de los derechos humanos, los derechos de los pueblos indígenas y los derechos de la Madre Tierra.
Aun es posible resolver esta crisis si se suspende definitivamente la construcción de la carretera a través del TIPNIS, llevamos a la justicia a los responsables de la represión a la marcha indígena, e iniciamos un amplio proceso participativo de debate nacional para definir una nueva agenda de acciones en el marco del Vivir Bien.
Pablo Solón
*Este título es de Aquí.