(A propósito de una fotografía donde están solos en medio de la cancha, sin que nadie se dé cuenta de su presencia)
Llueve en Caranavi, a lo lejos se escuchan fuertes relámpagos de fondo, los marchistas de la VIII Marcha Indígena apresuran arreglar sus carpas, acomodar la ropa que estaba secando, guardar los artículos, llamar a sus niños que alegres juegan en la cancha para protegerlos de una lluvia que al final no fue tan fuerte.
Pasado el chubasco, los dirigentes de la marcha discuten sobre la propuesta que los senadores y diputados del MAS: Gabriela Montaño, Adolfo Mendoza, Rina Aguirre y dos más, trajeron a Caranavi que consistía en que el gobierno retiraría el proyecto de ley corta que indicaba la paralización temporal de la carretera por el TIPNIS y cuarto formas de referéndum; como contraparte, la ley corta que están trabajando los diputados indígenas que quieren la suspensión definitiva de la misma también debía retirarse.
Las intervenciones se dan de manera clara y contundente, es posible que el gobierno retire su propuesta, pero esto no implica que los diputados indígenas retiren la propuesta de ley corta que trabajan, esta posición además la consideran como chantaje. Se sienten fortalecidos en la respuesta que dan, que es no aceptar la propuesta dilatoria del gobierno.
Recalcan que ahora el poder lo tiene la marcha indígena con el apoyo del pueblo y no Evo Morales en el palacio de gobierno. Están decididos a llegar a La Paz, para lo que los indígenas tendrán que recorrer 130 kilómetros si deciden tomar el camino viejo. Saben que el pueblo paceño está preparando una apoteósica bienvenida por la defensa de las áreas protegidas y el respeto a los derechos de los pueblos indígenas.
Las intervenciones de los marchistas se confunden con los gritos y risas de los niños y niñas que ya empezaron a jugar otra vez en la cancha, con pelota, botellas desechables, muñecas sin ropa, o simplemente corren y saltan sobre los charcos de agua.
Se invita a los senadores del MAS al círculo que improvisadamente armaron los marchistas para debatir, entran los cinco representantes del gobierno, tratan de explicar otra vez la propuesta del gobierno, hablan Adolfo y Gabriela, Rina no dice absolutamente nada. La respuesta de los dirigentes de la marcha es clara. Adolfo quiere hacer ver que el retiro de la propuesta del gobierno de la ley corta es una concesión del Ejecutivo, lo que causa que la respuesta de la asamblea indígena sea más contundente: no se la acepta esa propuesta.
La delegación del MAS se retira, como las nubes amenazan con una tormenta, pero que al final es sólo chubasco, se van como vinieron: sin comitiva de recibimiento ni comitiva de despedida, solos y conflictuados con su poder.
Cecilio Condori Calderón
Redactor de Aquí