Un Colaborador eventual de Aquí.
Entre sonrisas y más sonrisas recibimos el anuncio de que el Presidente-Candidato pronto jugará en el plantel de futbol Sport Boys, de Warnes (Santa Cruz).
Ya nos imaginamos entrando al 10 a la cancha con sus 54 años encima, proeza que seguro será registrada en los libros de records mundiales de Guinness o en las sorprendentes noticias de “Aunque usted no lo crea” de Ripley. Pero, pensamos, que como estamos en un proceso descolonizador, una de las primeras condiciones que impondrá el primer mandatario para jugar en ese equipo, será cambiar el nombre de Sport Boys por el de Los llokallas deportistas.
A partir de su incorporación en el plantel warneño, los partidos, cuando el futbolista estrella juegue, serán a las 5 de la mañana, para empezar inmediatamente después la Reunión de Gabinete en los camarines de los estadios y luego recorrer el país en sus inauguraciones de canchas de pasto sintético y de otras obras.
Es casi seguro de que en la indumentaria de los otros equipos se hará común el uso de protectores de genitales, dada la afición a los rodillazos del 10; pero, como siempre hay jugadores confiados que no irán a los partidos con su correspondiente protector, llegará el inevitable rodillazo y ante la evidente falta o foul del Presidente-futbolista, el árbitro (certificado por a FIFA) no tendrá más alternativa que sacar la tarjeta roja de expulsión.
Sin embargo, la historia no acabará ahí, porque semejante despropósito del árbitro no podrá ser tolerada ni por el Primer Mandatario futbolista “profesional” ni por su hinchada de empresarios, cocaleros, barzolinas y cooperativistas que inmediatamente abuchearán al réferi. ¿Y cómo cree usted que seguirá el partido sin que el famoso 10 siga jugando? La lección enseñada por su padre, hace muchos años, para que pase un curso sin haberlo aprobado volverá a repetirse, porque alguno de sus hermanos estará en la banca de suplentes con un corderito que será regalado al árbitro, quien inmediatamente suspenderá la expulsión y hará retornar al 10 a la cancha. Dicen que eso se llama sabiduría y experiencia… porque, de acuerdo a las enseñanzas presidenciales “hay que meterle nomás y si hay problemas que luego lo arreglen los abogados”.
Estamos seguros de que el Presidente-candidato-futbolista-“profesional” jugará, suelto de cuerpo, en el Sport Boys, porque en su equipo no estará ninguno de sus ministros (de quienes no se fía o no le cuentan todo)[1], ya que ellos pueden ocultarle alguna jugada y hacerle meter autogol.
Asimismo, es posible que no vuelva a repetirse otra silbatina como en el partido que jugó en marzo del 2011, integrando el seleccionado del ‘94 contra un combinado de jugadores de clubes paceños, ya que los abucheadores pueden ser identificados y calificados de antipatriotas, porque Morales se cree que es la personificación de la patria. De todas maneras esperamos que no le vuelvan a gritar: “¡Que salga el 10 y que entre el Conejo Ricki! ¡Que salga el 10 y que entre el Conejo Ricki!”
Sea lo que sea, esperamos larga vida al Presidente-futbolista para que nos siga dando espectáculos y muchas sonrisas.
[1] Entrevista al Presidente en la revista Vanity Fair (Vanidad aceptable)