CONAMAQ:
La sede de la nación Qhara Qhara, en la ciudad de Sucre, es invisible para quien nunca haya sido llevado a ella. Subiendo el cerro Sica Sica, por atrás de la Recoleta, está la calle Churuquilla, de polvo y piedra, atravesada por escalinatas y perritos mansos, que están afuera porque viven en casas sin alambrado. Entre las viviendas de esas cuadras hay una igual a las otras, a medio construir. La distingue una wiphala firme y anciana, que flota en el sol del mediodía. Hasta ahí llegaron decenas de comunarios y comunarias de las áreas rurales de Chuquisaca y Potosí. Integran las bases del movimiento indígena de Bolivia, ni más ni menos, que vienen empolvadas y con hambre porque ya es hora del almuerzo. Mientras las ollas y cacerolas hacen su parte, comienzan la reunión que tiene una sola finalidad: lograr que el gobierno nacional respete —lo quiera o no— los derechos de los pueblos indígena originarios consagrados en la Constitución vigente.
Desde la sede de este suyu se tiene una vista panorámica de la ciudad de Sucre, sus techos de tejas anaranjadas y sus cúpulas blancas. Es el trasfondo de un almuerzo humilde pero contundente: fideos con verduras y algunos pedacitos de carne. En ese lapso, tata Walberto Baraona, Jatun Tata Kuraka de la nación Qhara Qhara, detalla los motivos de este Consejo de Consejos.
“Están aquí autoridades del CONAMAQ (Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu), a la cabeza de la Mama Arquiri Nilda Rojas y tata Mario Mamani. Analizamos la situación del país, la coyuntura, que para los pueblos indígenas ha sido muy difícil de resistir. Pero seguimos resistiendo. Vamos a seguir adelante, haciendo respetar nuestros valores”, explica.
Del Consejo de Consejos participan comunarias y comunarios de Marka Valle Quillacas Poroma, Marka Quila Quila, Marka Payaqullo San Lucas, Marka Quillacas Pojpo, Marka Qhara Qhara, Marka Moro Moro y Marka San Juan de Orkas.
“La mayoría de los 16 suyus del CONAMAQ están respetando la estructura orgánica. Sin embargo, rechazamos a la paralela del Gobierno. En esa paralela no hay autoridades, hay solamente políticos que quieren aprovecharse de la coyuntura del país”, comenta tata Baraona.
La oficina del Consejo Nacional, en la ciudad de La Paz, fue tomada violentamente por la Policía y por grupos de choque obedientes al presidente Evo Morales a fines del año pasado. Por ello es fundamental que las autoridades legítimas —y no reconocidas por el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS)— se reúnan con las hermanas y hermanos en sus territorios, en sus casas, para informarse y para evaluar estrategias de resistencia ante los ataques del oficialismo, que no tolera voces disidentes en su plan de seguir vendiendo los recursos del país a empresas transnacionales.
“Hasta mañana saldrán las conclusiones de este Consejo de Consejos. Entonces se verá de qué forma vamos a participar de las elecciones nacionales y también en las elecciones departamentales y municipales. Ya no nos podemos quedar de brazos cruzados: tenemos que dar opciones. Ya basta de quedarnos tantos años sin participar. En este año debemos participar para contrarrestar las imposiciones del gobierno nacional, que tiene dos tercios porque nosotros lo ayudamos. Pero ahora usa los dos tercios para intentar aplastarnos a los pueblos indígenas. En este año nos toca debatir y luchar para que ya no haya esos dos tercios, sino que haya equilibrio, haya respeto a las autoridades originarias, respeto a la democracia en Bolivia. Por eso vamos a luchar todos los suyus”, asegura tata Walberto.
Luego del almuerzo, los hermanos y hermanas siguen llegando. Como ya no hay sillas, usan ladrillos de seis huecos resquebrajados. Allí se sientan a oír, hacerse oír y compartir hojas de coca. Entre los presentes está Mario Mamani, Tata Mallku de la Comisión de Madre Tierra del CONAMAQ.
“Me enorgullece y me fortalece estar en este encuentro de la nación Qhara Qhara. Estamos avanzando orgánica y políticamente, estamos reconstituyendo e informando a la gente. Así vamos a continuar y a avanzar en la toma de decisiones”, comenta la autoridad originaria. El hecho de que el gobierno nacional les hubiera quitado su sede no es impedimento para que cumplan su mandato.
“No nos preocupa tanto estar con sede o sin sede —dice tata Mario—. Con oficina o sin oficina los suyus siguen animándonos. No necesitamos siempre oficinas, aunque desde Sucre y nuestros territorios vamos a ordenar lo que sucede en La Paz”. Así pasan los días las autoridades del Consejo legítimo: viajando en flotas de un suyu a otro, informando, informando, fortaleciéndose.
“Esta noche viajo a Quillacas de Potosí, pasado mañana tengo un Consejo de Autoridades en Uyuni. Tenemos que mensajearnos y animarnos más. Los contactos con las bases son permanentes, ya son cuatro suyus que vamos visitando. Y en los cuatro todo nos ha ido bien, excelente nos reciben y nos fortalecen”, indica el tata mallku, quien se despide con un “Jalllalla”.
(Equipo de Comunicación Indígena Originario)