Presidente Evo Morales
31 de octubre de 2013
Promulgación de la Ley de Ampliación de Saneamiento de Tierras
Palacio de Gobierno, La Paz
(APLAUSOS)
Muchas gracias hermano Álvaro García Linera, Vicepresidente, hermanos dirigentes nacionales, hermanas dirigentas nacionales, departamentales, a todos los movimientos sociales, compañeros del Viceministerio de Desarrollo Rural que nos acompañan.
Hemos escuchado en las distintas reuniones, hasta en las concentraciones, el pedido clamoroso del movimiento campesino, indígena, originario, de ampliar la ley para culminar con el saneamiento de nuestras tierras en Bolivia. Hemos escuchado, y mediante la Ministra de Desarrollo Rural, hemos enviado a la Asamblea y, como siempre, de manera disciplinada, de manera muy consciente, rápidamente aprobó esta ampliación. Un aplauso para la Asamblea Legislativa Plurinacional.
(APLAUSOS)
Por eso hoy estamos promulgando la ley para seguir con el saneamiento.
Compañeras y compañeros, los datos comparativos de las gestiones pasadas con nuestra gestión muestran diferencias enormes; estaba revisando, por ejemplo: del 96 al 95, la hectárea saneada costaba un promedio de 10 dólares, 9.13 dólares. ¿Cuánto sanearon en ese tiempo?: nueve millones de hectáreas. En nuestra gestión, en promedio, un dólar la hectárea saneada; a ellos les costaba 10 dólares la hectárea saneada, a nosotros menos de un dólar. Ahora aumentó un poco, estamos con 1.8 dólares por hectárea saneada. En cuanto a la superficie, del 2006 a 2010, 57 millones de hectáreas saneadas; ellos, en 10 años, apenas nueve, nosotros 57 millones.
Antes, en 10 años, se emitieron 26.147 títulos ejecutoriales, nosotros titulamos 396.681. Beneficiados: antes, 174.963 familias, espero no equivocarme. En nuestra gestión 1.117.804. La diferencia es enorme, y así podemos comentarles las diferentes cifras. En tema de los derechos de las mujeres, ustedes saben que como nunca antes, ahora, a nombre de la mujer se titula (por eso sigo esperando, en algún momento, que el compañero Álvaro tenga su tierra, su terreno, para titular a nombre de la esposa, y no a nombre de Álvaro).
(RISAS)
Aprobado.
(RISAS) (APLAUSOS)
No sé si he entendido mal, he escuchado al compañero Daniel Condori, está bien los títulos sectoriales ¿a mis mujeres, dijo?, ¿o a nuestras mujeres?
(RISAS)
A nuestras mujeres. Está bien escuché a mis mujeres.
(RISAS)
Hermanas y hermanos, el compañero Álvaro me estaba haciendo notar lo siguiente: a ver, del 53, con la mal llamada reforma agraria, yo diría al 92,es cuando justamente comienza con mucha fuerza el modelo neoliberal, de concentrar muchas tierra en pocas manos y muchas familias con pocas tierras. Los datos son impresionantes, el pequeño campesino disponía de tierras comunitarias que eran 17 millones de hectáreas, para el empresariado mediano y grande se destinaba 39 de millones de hectáreas. A veces, algunos compañeros todavía festejan la mal llamada reforma agraria. Los compañeros del campo, del altiplano, me decían: “aquí es surcofundio y en el oriente boliviano latifundio”. En nuestra gestión, hasta ahora, cómo está la distribución de tierras. Para el pequeño productor, las tierras comunitarias de origen, son 38 millones de hectáreas y el empresariado tiene cuatro millones de hectáreas. Esta es la revolución agraria, compañeras y compañeros, ahí están los datos que demuestran.
(APLAUSOS)
En el tema de avasallamientos, así como en el tema de créditos, el pequeño prestatario es el más responsable. Antes, los que se prestaban plata nunca devolvían. Decían:“condonación”, declaraban en quiebra a su empresa, aprobaban una ley llamada “Hospital de Empresas”, todo para condonarse. Lamentablemente hay dirigentes que plantean condonación, pero casi el cien por ciento de los pequeños prestatarios es responsable, pagan sus compromisos. Por eso, ¿cuánto de mora tenemos? Menos de 1% en toda Bolivia. Ahí estamos demostrando que el pequeño productor, no solamente del campo, sino también de las ciudades(ese compañero artesano que se presta para ampliar su pequeña industria familiar, generalmente familiar) sabe pagar. Los pobres somos responsables de nuestra deuda y pagamos, y cuando uno paga, tiene la confianza del banco que presta más plata, va creciendo, ¿no? Está muy bien.
Pero, en tema tierras ¿antes, cómo se distribuía? Ni conocían dónde era su tierra, cómo era su tierra. Las dictaduras militares aprobaban un decreto supremo y un exministro aparecía con miles de hectáreas o millones de hectáreas, sin conocer sus tierras. Les cuento, como dirigente sindical, entre el 92 y 93. El 83,84 era un sindicato llamado “Flor de San Pedro” que era asentamiento para los hermanos chipayas. Desde la década de los años 70 y 80 abandonaron sus tierras y una parte de los chipayas se quedaron allá, es la Central “2 de agosto”, que es mi central. Bueno, un señor de la ciudad de Cochabamba venía a molestar – “esas son mis tierras, tiene que devolverme, usted, como dirigente, tiene que hacerme devolver mis tierras” Yo sabía que en el sindicato ya estaban produciendo naranja. Ustedes saben, la gente del Oriente boliviano, compañera Melba, las llamadas (naranjas) criollas, en 8,9 años están brotando la fruta, con injertos en 3,4 años, es muy diferente con los injertos. Antes no había injertos, era la llamada naranja criolla. Ya estaban produciendo las primeras naranjas, eso significa y demuestra que ya estaban viviendo ocho, nueve, 10 años, y este señor venía a molestar. Finalmente convocamos a una reunión del sindicato. “Vaya a negociar”, me dijeron. Claro, tenía su título ejecutorial firmado por Banzer, le pregunto: ¿de dónde a dónde es? De tal río a tal río, no conocía, pero tenía título ejecutorial firmado por el general Banzer. Hemos ido al sindicato a debatir y los dirigentes qué van a negociar para comprar, para nada, están viviendo ahí.
LA TIERRA ES DE QUIEN LA TRABAJA PERSONALMENTE
Yo aprendí esas veces de la CSUTCB un mensaje que decía: “la tierra es de quien la trabaja personalmente”.Yo aprendí eso que salió de un congreso nacional convocado por Genaro Flores y otros dirigentes sindicales. Yo dije: señor: “la tierra es de quien la trabaja personalmente, usted no vive aquí”. Pido el título, me entrega y digo: este título ejecutorial es ilegal, porque usted no está trabajando aquí, mire los naranjos, ya están produciendo. Se molesta el señor y me dice que cómo va a ser ilegal, la cocaína nomás es ilegal. Hubo una discusión ahí. Entonces, yo digo, es ilegal porque usted no trabaja, como es ilegal, su título, ahora se queda conmigo. Los compañeros estaban contentos. Yo no sé si he hecho abuso de mi michi poder de dirigente de la Central “2 de Agosto”. Se ha quedado el título conmigo. El tipo se ha vuelto y nunca más ha retornado a molestarnos para recuperar la tierra.
Entonces, empezamos a titular, ¿no?, titular, titular, titular ya titularlas tierras en el Instituto Nacional de Colonización. Porque en mi zona, en mi región, por una parte titula el Instituto Nacional de Colonización, por otro lado, también titulaba la reforma agraria. Nosotros titulamos mediante el Consejo Nacional de Reforma Agraria. Entonces, sé, compañeras y compañeros, cómo se titulaba antes, agarraban mapas en La Paz, seguramente en Cochabamba. Aquí, esto es para mí, se distribuían. Así se entraban por encima de tierras comunitarias de origen, sin respetar, sin conocer. Es otra forma de avasallamiento masivo, ¿verdad?
También tuve otra experiencia en la titulación con la reforma agraria. Era con el doctor Iriarte, de Cochabamba, creo que había sido valluno. Cuando tramitamos, costaron demasiado los trámites, pero, por fin sacamos el título; yo quería irme con el título. No, me dice, el juez agrario tiene que darte posesión, hay que esperar al juez agrario. ¿Qué hay que hacer para eso? Hay que esperar una hora, citar a una audiencia en el lugar, el juez agrario va a llevar el título ejecutorial, hay que llevar hasta allá. Estoy hablando para que los del INRA no estén cometiendo ese error, por favor.
Convocamos a un acto en el lugar del sindicato, el juez agrario viene, como no había camino carretero, hay que llevar a pie al doctor, cada 100 metros hay que invitar un vaso de cerveza, además de eso, cerveza fría, ¿no? ¿Cómo llevar cerveza fría? Y a su asistente, refresco, a su otro asistente, otro refresco frío. Teníamos que andar cargando cerveza y refresco detrás del doctor, del juez agrario, creo que era Gerardo Iriarte, pero un tal Iriarte. Llegamos al acto. Nos da posesión, nos entrega, felizmente, los títulos, pero, en el fondo, el esfuerzo es del dirigente, no del doctor. Hay que atender, después hay que pagar viáticos al juez agrario, a su asistente, y a su secretaria. Pasa poco tiempo y me informo que su asistente había sido su hijo mayor, y su secretaria la hija menor, todo en familia, y para todos hemos tenido que aportar sus viáticos: hay que hacer tomar, hay que hacer beber, hay que hacer comer. Espero que los del INRA no estén cometiendo este error, porque así era antes el trámite, y costaba, además de eso, venir acá, esperar, todo un lío.
Pase por esos trámites, como dirigente sindical, en el Instituto de Colonización, pero también en Reforma Agraria. Recuperamos con mucha fuerza las tierras. No solamente esta experiencia que les cuento para la titulación, sino también que banqueros, ganaderos, hasta militares, la zona del Trópico de Cochabamba la tenían loteada, pero no conocían sus tierras. Un banco en Isinuta, un llamado COPAYCO, en la zona del rio Chapare, supuestamente en manos de los militares y los militares no conocían su tierra. Un ganadero, me acuerdo de Sergio Zelada ¿o Zelaya? Debe conocer usted un ganadero beniano, Zelada creo es. Una tarde salí del chaco cansado, sudando, hambriento, estaba preparándome una cenita, atizando, y llega un altote, robusto, con un general Tapia, había sido ex prefecto de Hugo Banzer Suárez en Cochabamba, y otro más, tres macizotes. ¿Qué querrán estos?, yo sigo cocinando mi comida y me hablan. Me dicen que a un tal dirigente de la federación han dado su terreno, porque había un terreno que era de un ganadero Zelada, del puerto San Francisco a Puerto Matamojo, toda esa zona. La gente quería lotear, todavía no estaba loteado, me dice, había sido tierra de Sergio Zelada o Zelaya. Y me dice que el ejecutivo de la federación ya tiene 10 hectáreas, como comisión tiene 10 hectáreas, “tú escógete tierra, déjame vender mi tierra, quiero vender mi tierra, escógete tierra”. Me saca de mi casa y me lleva y luego me dice: “Evo, ¿cuánta plata quieres?, déjame vender mi tierra, voy a vender”. Yo me enojé, me enojé y no sé cómo abandonaron, pero me enojé. Ofreciéndome tierra, ofreciéndome plata, para que yo deje vender esas tierras, porque la gente estaba alistándose para entrarse a esa zona de puerto San Francisco —si algunos conocen— hasta puerto Matamojo.
Después de que me ofrecieron plata y tierra, con más razón, al día siguiente, organicé para lotear. Sentí que era un negocio la tierra, solo decían —“ahí tengo una plantación de mara”. Hasta ahora no hemos visto ninguna mara, decía que tenía plantaciones de mara.
Compañeras y compañeros es importante ser honesto; después fui dirigente de la federación y en Cochabamba me buscó Sergio Zelada. Este ganadero beniano me dice – “Evo te conozco, tú vas a ser algo en la vida”- Nada más, gracias señor Sergio Zelada, acabamos ahí. El 2007 Sergio Zelada me busca aquí, en Palacio. Me dicen, “te está buscando un tal Sergio Zelada, ¿le conoces?” Sí, le conozco, que venga, que entre, y el ganadero llora. Sube ahí, y llora – “Te dije no cierto que ibas a ser algo en la vida, te respeto, porque tú eres honesto, te conozco”-, me dice. Claro, he rechazado su plata, he rechazado sus tierras, y el Sergio Zelada llorando acá, en el Palacio.
(APLAUSOS)
LA TIERRA NO ES PARA HACER NEGOCIO
Compañeras y compañeros, retomando el tema de los loteamientos o avasallamientos, los dirigentes tenemos que ser muy responsables y cuidar eso. Saneamientos sanos, honestos, no como antes, cuando se loteaban tierras, y hacían avasallamientos masivos. Ahora hay tierras fiscales, por supuesto. Pero hay algunos problemas que se presentan. Las tierras comunitarias de origen no pueden ser para alquilar, para sacar madera, ni para negocio, son tierras comunitarias de origen, eso se respeta para los comunitarios. Y algunos compañeros en el oriente están exagerando, quieren 200. 300, 500 hectáreas, no están pensando para cultivarlas, sino después fragmentarlas y venderlas. Nosotros queremos para trabajar, para producir, eso debe ser. No sé qué hay que hacer, una cumbre, debatir entre nosotros. Sabe la compañera Nemesia, creo que también el compañero Damián, a veces, con algunos dirigentes debatimos y hay que aclarar estos temas, porque de eso nuestros opositores, los terratenientes de antes, pueden agarrarse, ¿para qué? Para desprestigiarnos, ¡ah, ellos están acaparando tierras!, quieren tierra ahora para negociar, no para trabajar o para alquilar. Nosotros necesitamos tierras para trabajar, por supuesto, esa es nuestra tarea, hay que definir esto bien para no quedar mal como movimiento campesino indígena originario. Por supuesto es una obligación del Estado, donde sea, como sea, conseguir recursos económicos para continuar con el saneamiento. Saludamos a algunos alcaldes que están cooperando y aportando para el saneamiento, juntarnos entre la alcaldía, la gobernación y el gobierno nacional, para ver cómo garantizar los recursos económicos para aplicar esta nueva ley que está a cargo de la Ministra de Desarrollo Rural, conjuntamente con los INRA departamentales.
A los compañeros del INRA nacional, departamental, a algunos hemos tenido que retirar, no podemos entrar al negocio, ni al chantaje de ningún sector. Lo que legalmente corresponde hay que sanear. Nos han preocupado algunos departamentos, el gran problema es que a veces algunos dirigentes tratan de adueñarse del INRA, solamente para que esté al servicio de la CSUTCB, “Bartolina”, Interculturales o CIDOB, ¿no? Somos autoridades de todos, todas, y en base a la legalidad, en base a la legitimidad, debemos tener para todas y todos, y no porque a mí me ha sugerido la compañera Melba para hacer del INRA nacional un departamental, ahora yo tengo que estar al servicio solamente de Melba. No puede haber eso compañeros de los INRA departamentales y nacionales.
Lo que corresponde, lo que es legal, es nuestra obligación sanearlas para que todos tengamos tierras.
Muchas gracias compañeros, es un reclamo, un pedido, de ustedes, cumplido. Ahora tenemos que ejecutar la ley para seguir saneando nuestras tierras.
Muchas gracias.
(APLAUSOS)
*Con este título fue publicado el discurso que publicamos en el folleto: “Discurso presidencial 77”, adjunto al diario Cambio del 1 de noviembre de este año.