Contra el mal servicio
Redacción de Aquí
Un día sin transporte público en La Paz, por el paro de los empresarios de este sector, casi no es novedad porque en el último tiempo los usuarios hemos ido buscando formas para superar la ausencia de esos vehículos sin que por ello hayamos caído en la resignación.
El desconocimiento al tarifario dispuesto por la Alcaldía es una de las protestas de los transportistas, aunque existen otras demandas que por ahora han quedado en lista de espera, como la resistencia a cumplir las normas nuevas y antiguas, a suprimir las rutas por tramos, a realizar mantenimiento mecánico permanente, a mantener la sobrecarga de pasajeros, etc.
La organización de los conductores públicos para paralizar el tráfico, sobre todo de los afiliados al sindicato Litoral que tiene su base en la zona sur de la ciudad, ha sido efectiva desde las primeras horas del lunes 3 de junio. Como buenos conocedores de sus trayectos, cortaron el paso de las vías por donde circula masivamente el transporte público urbano, dejando paso en otras de menos trayecto que es por donde circularon los vehículos particulares.
Al menos en la zona sur y algunas partes de la periferia, lograron su cometido, con este nuevo atropello reforzaron una vez más el rechazo de la población que confirmó nuevamente que el abuso de este sector son ilimitados.
Sus dirigentes calificaron al Alcalde paceño de dictador, de imponer tarifas rebajadas arbitrariamente; el que a su vez argumentó que el compromiso de congelarlas fue el resultado de acuerdos con los dirigentes transportistas, quienes luego desconocieron su compromiso, argumentando de que lo hacían porque “estaban perdiendo” el apoyo de varios sindicatos. ¿Será que en los “nuevos” tiempos que vivimos quedó desactualizado lo que llamábamos “acuerdo de caballeros”, en el entendido de que ahora ya no se debe hacer lo que hacían los ciudadanos del viejo sistema? ¿O es que los “nuevos” tiempos nos llevan a incumplir acuerdos como lo hacen los jerarcas de las altas esferas del poder?
Es cierto que el pasaje del transporte urbano está congelado desde hace años, también es cierto que si no fuera una buena inversión trabajar en ese sector (aún con esos precios de los pasajes) no habría aumentado enormemente ese parque automotor, lo que nos da por concluir de que el servicio de autotransporte es un buen negocio.
Son pocas las voces ciudadanas que defendieron a los transportistas, con el argumento de que las bajas tarifas son la causa del servicio que prestan (tramaje, sobrecarga de pasajeros, reducción del espacio para los pasajeros, vehículos destartalados y con fallas mecánicas, etc.). Nosotros estamos seguros de que con aumento de las tarifas el servicio seguirá siendo malo, porque las prácticas abusivas de ese sector son de data antigua, desde tiempos (o antes) de que sus dirigentes pedían la medida de los pantalones del dictador García Meza. Desde antes de aquella fecha los taxis en ruta fija (trufis) impusieron el quinto pasajero; desde antes los dueños de micros (donde inicialmente sólo era para pasajeros sentados), atiborraron los pasillos de usuarios y, para colmo, clausuraron la puerta trasera, convirtiendo a ese transporte público en una ratonera peligrosa; desde antes redujeron el espacio original de los asientos de minibuses, incorporando además del voceador (que va paradito) a un pasajero más, también paradito. Entonces, no creemos que con una subida del precio de los pasajes se acaben las arbitrariedades de los transportistas; al contrario, aumentarán, porque se envalentonarán al haber torcido el brazo a las autoridades municipales.
Lamentablemente, en este largo padecimiento que sufre el usuario del autotransporte, no sólo en la Paz, el gobierno central se hace de la vista gorda porque defender al ciudadano de a pie significaría enfrentarse a los transportistas, sector aliado suyo del que necesita votos para la reelección ilegal del próximo año.
Otro de los infundados argumentos de los transportistas es que ahora están siendo atropellados por las autoridades edilicias con nueva normativa; pero, si leemos con atención la normativa en vigencia –Código del Tránsito - Decreto Ley Nº 10135 (16/02/1973), Reglamento del Código del Transito-Resolución Suprema Nº 187444 (08/06/1978), Reglamento de Operación para el Servicio de Transporte Público Automotor —Resolución Ministerial Nº 4773 (02/05/1986)— veremos que la actual no está inventando nada, y más bien varias disposiciones en favor de los usuarios puede que hayan sido suprimidas en la actual.
La prepotencia de los transportistas hacia los usuarios no parará si es que las autoridades hacen cumplir las normas vigentes y sancionan severamente a los infractores, y si el usuario defiende sus derechos. Debemos resistir el abuso de los empresarios transportistas y organizarnos vecinal y solidariamente (quienes tienen vehículos particulares deben cooperar con los que no tiene) para no dejarnos someter por un sector que sólo defiende sus intereses mezquinos y privados.