María Fernanda Rada
Corresponsal del Semanario “Aquí” de Bolivia
El domingo 21 de abril son las elecciones presidenciales en Paraguay, hecho que definirá el nuevo panorama político de Paraguay y América Latina. Medios de prensa nacionales e internacionales, analistas políticos de izquierda y derecha, sostienen que en estas elecciones la disputa por el gobierno se dará entre dos opciones de la derecha paraguaya representada en los Partidos Colorado y Liberal. A dos días de las elecciones y en mi quinta llegada a Paraguay desde el golpe de estado del 22 de junio del año pasado, siento el deber de informar que se ha obviado la presencia de una fracción de la izquierda representada por Mario Ferreiro en la Concertación Avanza País, tendencia que viene creciendo desde agosto del año pasado posicionándose en el tercer puesto según las encuestas.
Pocos han tomado en cuenta la crisis de los partidos tradicionales luego del golpe de estado. La realidad muestra calles llenas de murales y papeletas de elecciones internas de la derecha, acusando a los políticos tradicionales de golpistas.
El Partido Colorado tiene grandes posibilidades de ganar, por el control del sistema electoral y por la gran cantidad de plata invertida. Sin embargo, varios militantes colorados tienen la disyuntiva de apoyar la candidatura de Horacio Cartes. Esto se debe a su relación con el narcotráfico y su detención en Tacumbú el año 1985, por la evasión de divisas al Estado paraguayo.
El Partido Liberal atraviesa una profunda crisis interna por la molestia de sus bases, debido a los siguientes hechos: la complicidad de su cúpula con el retorno de colorados al gobierno, el no reconocimiento a la voluntad de sus afiliados que mayoritariamente apoyaron a Blas Llano en las internas, imponiendo la candidatura de Efraín Alegre, acusado por la Contraloría sobre el faltante de 20 millones de dólares en el Ministerio de Obras Públicas y Comunicación, cuando él era ministro.
El hecho que marcó la mayor decepción fue el reciente pacto entre las cúpulas liberales y oviedistas, a cambio de la compra de tierras en favor del senador Oviedo Matto por el valor de 11, 5 millones de dólares, con plata del Estado. Esto causó la masiva migración de votos a favor de otros sectores políticos.
Sin embargo, la crisis política también alcanzó a la izquierda que se fragmentó presentándose de forma separada a las elecciones en las siguientes coaliciones: Avanza País, Frente Guasú y Kuñapyrenda.
El ex Presidente Fernando Lugo ocupa la primera candidatura al senado por el Frente Guasú. Apoyarlo sólo porque fue el Presidente destituido, es una visión política simplista y poco responsable, sin cuestionar el poco apoyo que muestra en las encuestas. Tal vez esto se debe a que la sociedad está decepcionada de un liderazgo que no pudo manejar la situación del golpe de estado.
Hasta el momento el único candidato de izquierda que presenta condiciones reales de disputar el poder a los partidos tradicionales es Mario Ferreiro, periodista, trabajador reconocido por su firmeza y voluntad política.
Los medios de prensa progresistas no han tomado en cuenta que es la primera vez que la izquierda paraguaya está llegando a empatar en las encuestas a los partidos tradicionales, sin la necesidad de una alianza con sectores de derecha como fue el caso de Lugo el año 2008.
Los analistas políticos no han notado que Mario Ferreiro fue el único candidato presidencial que expresó su deseo de llamar a una asamblea constituyente para romper las estructuras políticas heredadas del stronismo.
A los hechos me remito, a la torpeza de la conservadora prensa paraguaya que cambió los datos de encuestas en favor del partido liberal luego del debate presidencial, en el Mario Ferreiro mostró su amplia capacidad de enfrentar a los candidatos de partidos tradicionales. Ante el crecimiento de posibilidades de elección de un candidato progresista, la prensa decidió favorecer al partido liberal instalando una “polarización entre la derecha colorada y liberal”. Los países vecinos no han tenido la capacidad de reconocer esta manipulación, tal vez esto se deba a la falta de seguimiento y solidaridad política luego de la división de la izquierda.
Existe poca preocupación a nivel latinoamericano porque Horacio Cartes, un hombre de extrema derecha acusado de vínculos con el narcotráfico, ocupe la Presidencia del Paraguay. Y en este caso, los presidentes de la región estarán obligados a reconocerlo dentro del MERCOSUR, ya que su elección será por votación gracias a su poder económico, mientras la izquierda tuvo que enfrentar una dura situación económica.
¿Qué pasaría si Mario Ferreiro ocupara un segundo lugar en los comicios de este domingo? Los partidos de izquierda y la prensa nacional e internacional deberán hacer un mea culpa por haber ignorado un fenómeno político de izquierda, que podría haber ganado las elecciones en Paraguay, si es que no todos le hacían caso a la falacia (disputa partido colorado y liberal) y dejaban de observar al Paraguay desde el pesimismo que les dejó el triunfo del golpe de estado.