Varios de los medios de difusión bolivianos, entre los que han repetido las notas de los “mastodontes” de la noticia, esos mismos que hace tiempo “contaminaron” la información sobre y de Venezuela (Ramonet), han difundido frases de Hugo Chávez, con algunas de las que tratan de mermar la profundidad y la proyección de las ideas del líder venezolano. Otros, que sólo tienen el nombre de intelectuales han dicho, por el líder de la Revolución Bolivariana (Democrática y Popular), que aquél no era marxista, pero que sí fue castrista.
En este editorial de Voz 146, así como se leerán otras entregas, reproducimos fragmentos de esas ideas y de lo que los dirigentes en ejercicio y, específicamente, el presidente encargado, Nicolás Maduro, resumió en uno de sus últimos discursos, el que reproducimos integrante en este boletín.
Aunque con razón sus partidarios afirman que todo lo que dejó el líder venezolano es una herencia irrenunciable, en este editorial empezamos con el testamento político de Chávez, según Maduro:
"Mantener y consolidar la independencia conquistada en estos 14 años de revolución democrática, popular y bolivariana", el primero de ellos.
"Construir nuestro socialismo, diverso, democrático, ‘nuestroamericano’", el segundo.
"Construir a Venezuela como un país potencia, en el marco de la gran potencia de América Latina que se va a construir en los próximos años", el tercero.
“Construir un mundo de equilibrio (Bolívar), de equilibrio, el equilibrio del universo, sin imperios”, el cuarto objetivo.
"Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana. No existirá ni capitalismo, ni socialismo, ni ninguna de nuestras religiones, si no somos capaces desde donde estemos, con nuestras creencias ideológicas, políticas y religiosas, de salvar este planeta, acabar con las bombas nucleares, eliminar toda esa fuerza de destrucción, de contaminación de ríos, de mares, de calentamiento del planeta", el quinto objetivo histórico.
En correspondencia de ese testamento están las ideas de Chávez que, para nosotros, son bolivarianas, martianas, marxistas, leninistas, maoistas, gueravistas, chavistas… Leamos:
“Hemos asumido el compromiso de dirigir la revolución bolivariana hacia el Socialismo del Siglo XXI, que se basa en la solidaridad, la fraternidad, el amor, la libertad y la igualdad” (2006).
Estimamos que una yapa a su testamento es el pedido que Chávez hizo a su pueblo respecto de lo que en ese momento era sólo una posible candidatura de Nicolás Maduro a la Presidencia de su país:
“Mi opinión firme, plena, como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en un escenario que obligaría a convocar de nuevo a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón”.
En otro de sus discursos, Chávez sostuvo:
“Ser rico es malo, es inhumano. Así lo digo y condeno a los ricos”.
“Sólo la unión nos hará libres”, para lo que, añadió, se debe dar una gigantesca “batalla” por la “plena independencia” de Nuestra América. Agregó: “Creo que pudiéramos comenzar a discutir sore lo que pudiera llamarse el ALBA, casi ALCA, pero con B, Alternativa Bolivariana para las Américas. O nos unimos o nos hundimos. Escojamos pues las alternativas” (Diciembre de 2001, isla Margarita, Venezuela).
“Si al imperio británico se le ocurriera agredir militarmente a Argentina, Argentina no estará sola en esa ocasión”, añadió a propósito de la solidaridad entre nuestros pueblos y países en la confrontación antiimperialista que nos imponen y en la que nos alistamos.
Sobre la riqueza petrolera de Venezuela, Chávez señaló:
Es “… para compartirla con los pueblos del mundo”. Esta frase se inscribe en el principio reproducido antes sobre la Revolución Bolivariana, la que debe ser solidaria, por supuesto, con nuestros pueblos y no será solidaria con nuestros enemigos.
Chávez con frecuencia repetía: “¡Alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina”. Se trata de un anuncio destinado a mostrar que las ideas de Bolívar pueden ser retomadas en la lucha por la segunda independencia de esta parte del mundo.
Frases de Chávez denominadas atrevidas pero que sirvieron para la comunicación que él mantuvo con su pueblo y con nuestros pueblos y las que más han reproducido los medios, son afirmaciones que nosotros no debemos ocultar, a pesar de que pueden lastimar. Leamos, por favor:
Ante el porqué no te callas del Rey de España (del que no sabíamos de su afición de matar elefantes), Chávez le respondió: “Si yo me callo gritarían las piedras de los pueblos de América Latina que están dispuestos a ser libres de todo colonialismo después de 500 años” (2007). Las empresas transnacionales de la noticia difundieron “a rabiar” la frase del rey Juan Carlos de España y muy poco la respuesta condigna del líder venezolano.
El antiimperialismo de Chávez fue dicho como para que todos entiendan, sin acento académico: Veamos:
“ALCA, ALCA al carajo”, dijo respecto de una integración mentirosa buscada por los yanquis la que no es, como se demuestra en los países que firmaron ese pacto. (Frase de Chávez dicha en 2005 contra el Área de Libre Comercio de las Américas).
“El neoliberalismo es el camino que conduce al infierno”. Al menos la claridad de Chávez con la que definió a esa fase estatal de dominación que campeó un tiempo en nuestros países y que afectó a nuestros pueblos no es posible negar.
Durante el golpe, que trató de acabar con el gobierno chavista y la Revolución Bolivariana, en abril de 2002, Chávez en un mensaje brevísimo a su pueblo dijo: “Soy un Presidente preso, yo no he renunciado”.
Sobre su última victoria electoral destacó: “Hoy ganó América Latina, el Caribe. Los pueblos de nuestra América ganaron con la victoria del pueblos venezolano” (7 de octubre de 2012).
Incluso adversarios suyos admiten que Chávez fue un católico en ejercicio pleno de sus creencias religiosas. Sin embargo, sobre el Papa emérito Benedicto XVI señaló: “El papa no es ningún embajador de Cristo en la tierra, como ellos dicen. ¡Por el amor de Dios! ¿Qué cosa es ésa? Embajador de Cristo. Cristo no necesita embajador, Cristo está en el pueblo”.
Y su pedido a Cristo: “Dame tu corona Cristo, dámela que yo sangro. Dame tu cruz, 100 cruces que yo las llevo pero dame vida porque todavía me quedan cosas por hacer por este pueblo, por esta patria. No me lleves todavía”.
Sobre los límites del poder del Presidente de EE.UU. anotó: “Lamentablemente Obama no tiene el poder para frenar la máquina imperial”.
Sobre el que en ese momento era presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en la Asamblea de las Naciones Unidas en septiembre de 2006, Chávez dijo:
“Ayer el diablo vino aquí. En este lugar huele a azufre”.
Cuando el líder venezolano tomó posesión, en 1999, expresó:
“Juro delante de mi pueblo que, sobre esta moribunda Constitución, haré cumplir, impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos”.
La Constitución Política de la República Bolivariana de Venezuela, promulgada en diciembre de 1999, consideramos que es la síntesis de la principal reforma jurídica y política inspirada por Chávez. De esa Ley Fundamental copiamos los tres primeros artículos:
“Artículo 1. La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.
Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional”.
“Artículo 2. Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”.
“Artículo 3. El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta Constitución.
La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines”.
Los fragmentos del pensamiento de Hugo Rafael Chávez Frías, transcritos aquí merecen ser comunicados a nuestros pueblos, mejor si son leídos críticamente y asimilados también.