Hace 52 años un golpe militar derrocaba al presidente brasileño Joao Goulart. Hoy, con nuevos métodos, se pretende sacar del poder a un gobierno electo democráticamente. La sombra del golpismo se proyecta una vez más sobre el gigante sudamericano
Autor: Laura Bécquer Paseiro | Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
31 de marzo de 2016 23:03:53
En Sao Paulo se congregaron al menos 50 000 personas en apoyo a la democracia. Foto: Brasil de Fato
Hace 52 años un golpe militar derrocaba al presidente brasileño Joao Goulart. Hoy, con nuevos métodos, se pretende sacar del poder a un gobierno electo democráticamente. La sombra del golpismo se proyecta una vez más sobre el gigante sudamericano.
La actual presidenta Dilma Rousseff se enfrenta a un eventual proceso de juicio político orquestado desde la oposición con la anuencia de las grandes corporaciones mediáticas, la oposición y el poder judicial.
En ese contexto, Cuba, como la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, se ha sumado a la condena contra cualquier intento de desestabilización. Precisamente, este jueves tuvo lugar un acto de solidaridad en la capital cubana en el cual se ratificó el apoyo a la nación sudamericana.
Cuba tiene en su historia un vínculo fuerte con la defensa de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, aseguró a Granma el secretario Ejecutivo de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (Oclae) por la Unión Nacional de Estudiantes de Brasil, Rafael Bogoni.
El líder estudiantil añadió que lo que sucede en su país “es un golpe articulado desde afuera” tal y como hicieron en Honduras, Paraguay y otras naciones.
“Nuestra democracia y valores están siendo atacados por lo que necesitamos en estos momentos sumarnos al espíritu de la Declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz adoptada en la Cumbre de la Celac en La Habana”, dijo.
Esperamos salir de esta situación victoriosos y eso será posible si articulamos una unidad de acción más grande entre nuestros pueblos, acotó el brasileño.
“Si derrotamos al ALCA hace una década tenemos la oportunidad de demostrarle al imperialismo que no vamos a dejar pasar cualquier intento golpista en nuestra región”, expresó.
Por su parte, Kenia Serrano, presidenta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, aseguró a este diario que “Cuba está al lado del pueblo brasileño y de todas las conquistas alcanzadas, apoyando el derecho de ese pueblo de defender su democracia”.
“En este continente no puede volver el nuevo plan Cóndor que quieren poner en marcha”, afirmó Serrano al recordar que la situación en Brasil tiene lugar cuando “se trata de revertir el avance de los movimientos progresistas en la región y enlentecer la integración latinoamericana y caribeña”.
“El mundo entero está apoyando a los movimientos sociales brasileños que tan solidarios han sido con Cuba y las causas progresistas del mundo”, indicó.
Masivas manifestaciones contra el golpe
Medios locales brasileños reportaron que decenas de miles de personas salieron a las calles este jueves para denunciar la tentativa de golpe de Estado contra la presidenta Dilma Rousseff.
El sitio Brasil de Fato informó que los manifestantes colmaron las principales avenidas de al menos 21 estados del país como apoyo también al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
En la capital, unas 50.000 personas salieron desde el estadio Mané Garrincha hacia la plaza de los Tres Poderes, con globos y banderas de la Central Única de Trabajadores (CUT) y de diversos grupos sociales. Las pancartas denunciaban “las mentiras de los medios” y una campaña de odio.
En Río de Janeiro, entre 5.000 y 10.000 personas se concentraron al caer la tarde en la plaza Largo da Carioca, en el centro de negocios de la ciudad.
Mientras tanto, en un encuentro con intelectuales y artistas en defensa de la democracia, Rousseff reiteró que “apartar a un presidente sin base legal es un golpe contra la democracia”.
La jefa de Estado, quien vivió los horrores de la dictadura militar (1964-1985), recordó que “hoy se intenta dar un colorido democrático a un golpe que no tiene base legal para ser aplicado”.
Según la Agencia PT, Rousseff insistió en la necesidad de estabilizar la situación política “para volver a crecer en el plano económico y generar empleo”.
“Precisamos además el fin del odio para que este país no sufra las consecuencias de una ruptura”, aseguró.