Raúl en Francia:
Por: Raúl Castro Ruz
En este artículo: Cuba, Francia, Francois Hollande, Raúl Castro Ruz, Relaciones bilaterales, Relaciones Diplomáticas
1 febrero 2016 | 6
Raúl interviene en la cena ofrecida por el Presidente francés en el Palacio Presidencial. Foto: AP/ Pool
Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, durante la cena oficial ofrecida por François Hollande, presidente de la República Francesa, en el Palacio del Elíseo, el 1 de febrero de 2016, “Año 58 de la Revolución”. (Versiones Taquigráficas -Consejo de Estado)
Estimado Señor Presidente François Hollande;
Ministros, parlamentarios, empresarios y personalidades del mundo de la cultura y las artes;
Estimados compatriotas y amigos de Cuba;
Distinguidos invitados:
Agradezco las gentiles palabras pronunciadas por el presidente François Hollande, y la amable acogida que han reservado a nuestra delegación en esta hermosa ciudad.
De una Francia, un sentimiento especial: en 1953, de regreso de un congreso por los derechos de la juventud, efectuado en Austria, visité esta nación por primera vez. Siendo muy joven, cuando comenzábamos nuestra última lucha por la definitiva independencia, aproveché al máximo el tiempo, e incluso me incorporé al desfile por el Primero de Mayo ese año.
Hace menos de un año le recibimos a usted en La Habana, ocasión en la que sostuvimos conversaciones fructíferas que nos permitieron intercambiar, profundizar y relanzar nuestros vínculos sobre la base del respeto y el entendimiento mutuos. Igualmente útil y cordial fue nuestro encuentro del pasado mes de septiembre en Nueva York, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas.
Hoy, con esta visita de Estado, primera de ese carácter que realizo a un país miembro de la Unión Europea, constatamos el muy positivo nivel de nuestras relaciones bilaterales.
Aprovecho esta ocasión para reafirmar la voluntad de ampliar y diversificar las relaciones con la República Francesa en todas sus dimensiones: política, económico-comercial, financiera, de cooperación, académica y cultural.
Reconocemos su clara posición de denuncia del bloqueo que persiste contra Cuba y constituye el principal obstáculo a nuestras relaciones económicas, comerciales y financiera con el mundo y, en particular, con Francia.
Francia ha sido, es y será un importante socio económico para Cuba. Empresas francesas nos acompañaron en los momentos más difíciles, resistiendo presiones extraterritoriales derivadas del injusto bloqueo norteamericano que se mantiene por más de medio siglo, y han sido partícipes en los planes de desarrollo económico y social de nuestro país.
Importantes compañías francesas han participado en el creciente desarrollo del sector turístico cubano, en la comercialización en el mundo del clásico ron Havana Club y en el desarrollo de vacunas contra enfermedades infecciosas, lo que demuestra el amplio espacio de oportunidades para la colaboración científica y comercial en el campo de la investigación y el desarrollo.
Nuevas perspectivas se abren en esta positiva dinámica de intercambios. La Agenda Económica Bilateral que acabamos de suscribir debe constituirse en efectivo mecanismo para la implementación de proyectos conjuntos a mediano y largo plazos.
El acuerdo firmado hoy sobre la deuda de Cuba con Francia, genera un escenario favorable para el desarrollo de las relaciones financieras, comerciales y de inversión. Dicho acuerdo es también resultado del liderazgo de Francia en la negociación previa entre Cuba y el grupo ad hoc del Club de París, que agradecemos al presidente Hollande, a su gobierno y a los demás acreedores.
Francia ha desempeñado un positivo liderazgo, favoreciendo una mejor relación entre la Unión Europea y Cuba. Por su tradicional relación con América Latina y el Caribe, su país puede continuar desempeñando un papel esencial en la profundización de los vínculos entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Francia y Cuba pueden contribuir en la búsqueda de soluciones a los desafíos que enfrenta la región del Caribe. Debe servirnos de base para ello la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los jefes de Estado y Gobierno de la región en la Cumbre de la CELAC de La Habana en enero de 2014, que reconoce el principio de la unidad en la diversidad y el derecho inalienable de todos los Estados a escoger libremente su propio sistema político, económico, social y cultural.
Señor Presidente,
Los vínculos histórico-culturales y de amistad que nos unen son fruto de la admiración y el respeto recíproco entre nuestros pueblos.
La nación cubana ha forjado su identidad en las aspiraciones de libertad e independencia, y en la perenne búsqueda de la dignidad plena del hombre, tradición que nos une al legado histórico de los revolucionarios franceses de 1789 y a sus universales valores de libertad, igualdad, fraternidad.
Nuestro himno nacional, La Bayamesa, se inspiró en La Marsellesa. Cuba cuenta, al igual que Francia, con una heroína de nombre Mariana, madre de los Maceo, la más heroica cubana de todos los tiempos.
El escudo nacional de Cuba, al igual que la Marianne francesa, está coronado por un gorro frigio, símbolo de la libertad. Ambas enseñas nacionales portan los colores rojo, azul y blanco.
En las obras de nuestro Héroe Nacional José Martí, quedó plasmada su admiración por París. El escritor Alejo Carpentier supo como pocos describir los ecos de la Revolución Francesa en las Antillas. El célebre escritor francés Víctor Hugo alentó desde su exilio a los cubanos que luchaban por desprenderse del yugo colonial.
En Cuba nos son cercanas la cultura, lengua y tradición francesas. Son miles los cubanos que se interesan por ellas, resultado de la colaboración que hemos desarrollado con la Alianza Francesa y de nuestro interés por mantener una interconexión con el vasto universo educativo-cultural francés.
Reiteramos al pueblo y gobierno franceses nuestra solidaridad y firme condena ante los atroces atentados terroristas ocurridos en París el pasado año. El pueblo de Cuba ha sufrido en carne propia el terrorismo, el cual ha provocado la muerte de 3.478 ciudadanos y discapacidad de por vida a 2.099, como dije en la Cumbre de las América de Panamá en abril de 2015, delante de todos los jefes de Estado y de Gobierno de todo el continente.
Señor Presidente,
Le ratifico nuestro compromiso de cumplimentar las nuevas metas de trabajo conjunto que nos hemos propuesto, y que marcan una etapa cualitativamente superior en el amplio ámbito de los vínculos franco-cubanos.
El próximo mes de mayo celebraremos, por primera vez, un mes de la cultura cubana en Francia y de la cultura francesa en Cuba, viva expresión del interés por expandir el conocimiento mutuo.
El mundo de hoy necesita equilibrio, entendimiento y paz. Las relaciones que han establecido nuestros pueblos y que hoy consolidan ambos Estados y gobiernos, son el mejor tributo a ese empeño universal.
Permítame al concluir extender, a través de usted, un especial saludo y la gratitud a todos los franceses y amigos de Cuba que han guardado para nuestro pueblo un especial lugar en este gran país.
Brindemos por la amistad entre Francia y Cuba.
Muchas gracias (Aplausos).