En un ambiente de crisis, este domingo el país centroamericano celebrará elecciones generales
Autor: Laura Bécquer Paseiro | Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
3 de septiembre de 2015
Pérez Molina es el primer presidente de Guatemala al que se le levanta
la inmunidad. Ahora tendrá que enfrentar a la justicia. Foto: AFP
Guatemala irá a las urnas este domingo 6 de septiembre en medio de una crisis provocada por escándalos de corrupción y protestas ciudadanas. El retiro de la inmunidad al presidente Otto Pérez Molina y su posterior renuncia caldearon el panorama político de esa nación centroamericana y es el escenario en el cual la mitad de la población (7,5 millones de los 15 millones), elegirá al próximo equipo de Gobierno. Ese día se elegirán además los 338 alcaldes y concejales; así como a 158 diputados al Congreso y 20 suplentes al Parlamento Centroamericano.
Las normas electorales de Guatemala estipulan que para alcanzar el poder en una primera ronda electoral, el ganador debe obtener más del 50% de los votos válidos. Si no es así, los dos partidos más votados realizarán una segunda ronda prevista para el 25 de octubre. Nadie ha ganado en una primera convocatoria en las siete elecciones que se han celebrado desde el fin de las dictaduras militares, en 1985.
Las encuestas del diario Prensa Libre ubican de primero al millonario Manuel Baldizón, quien representa a un partido de centro derecha fundado por él mismo en el 2010: Libertad Democrática Renovada (Lider). Su aspiración ha sido salpicada por el escándalo de corrupción que sacude el país, ya que su compañero de fórmula, Edgar Barquín, está imputado en delitos como lavado de dinero. Sin embargo, tiene un 24,9 % de intención de voto.
Otro aspirante presidencial es el comediante de televisión Jimmy Morales, una figura “sorpresa” ya que no aparecía en las encuestas anteriores. Morales es Administrador de Empresas y tiene un doctorado en Seguridad Estratégica. Subió en las intenciones de voto de la mano del Frente de Convergencia Nacional porque parte de la población lo considera ajeno a la clase política tradicional. Dicho Frente fue creado en el 2008 por un grupo de exmilitares que se organizaron para demandar su papel como veteranos del conflicto armado interno.
Del otro lado, se inclina la exesposa del presidente Álvaro Colom (2008-2012), Sandra Torres, representando a la Unidad Nacional de la Esperanza. Aunque aparece estancada en las encuestas, con un 14,7 % de intención de voto, los analistas estiman que podría sorprender en el electorado rural. Ello se debe, en gran parte, a las políticas solidarias que ejecutó durante el mandato de su exmarido.
Las otras candidaturas incluyen a Zury Ríos, hija del dictador Efraín Ríos Montt; al economista Lizardo Sosa, expresidente del Banco de Guatemala (Central); y un Frente Amplio de corte izquierdista que integran la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca y el Movimiento Político Winaq. Asimismo, Alejandro Sinibaldi, la propuesta del gobernante Partido Patriota, desapareció del escenario político a raíz de su renuncia a la candidatura.
Escenario electoral “atípico”
Poca legitimidad, descontento social y un proceso contra el actual presidente dibujan el panorama “atípico” en el cual se realizarán las elecciones. El escenario se complicó con el retiro de la inmunidad al presidente Pérez Molina por parte del Congreso. De esta forma, pasó a la historia como el primer jefe de Estado que se enfrenta a esta situación.
A ello se le sumó la medida de arraigo dispuesta por el Ministerio Público para que no salga del país y la posibilidad de una orden de arresto. Otras opciones son solicitar la revisión de sus cuentas bancarias y propiedades. Que el Ministerio Público lo cite a declarar, es otra de las consecuencias del retiro de inmunidad. Según la fiscal general, Thelma Aldana, “el presidente será sometido a los tribunales del país, como un ciudadano ordinario”.
La crisis estalló en abril pasado con multitudinarias manifestaciones en las calles. El 21 de agosto la Fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) acusaron formalmente al estadista de estar vinculado a una trama de corrupción aduanera.
A pesar de las pruebas presentadas en su contra, que llegan también a la exvicepresidenta Roxana Baldetti, quien renunció en mayo y se encuentra en prisión, Pérez Molina, insiste en negar su participación en el caso conocido en la prensa local como La Línea. Su mandato debía terminar el próximo 14 de enero. Las evidencias contienen más de 80.000 escuchas telefónicas y 5.000 mensajes de correo electrónico, descubiertas en el transcurso de la investigación y apuntan a las preferencias a “el uno” y “la dos” que corresponderían a la participación de Pérez Molina y de Baldetti.
En una de sus últimas declaraciones públicas dijo: “Yo tengo dos opciones: una es renunciar y la otra someterme a la justicia, y es lo que voy a hacer”. Y eso, precisamente, fue lo que pasó.