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13 años de reclusión injusta contra los 5

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Minerva Flores Torres

53 años nadando a contracorriente, en un mundo atado de manos y silenciado por Estados Unidos; luchando por el derecho a vivir como ha decidido hacerlo; ése ha sido el gran delito del pueblo cubano desde el triunfo de su Revolución.

Más de cinco décadas resistiendo el embargo económico impuesto por el imperialismo y más de 10 lustros sorteando el terror en todas su formas, y aún están de pie.

Infiltrar al enemigo fue un recurso para evitar más atentados en su contra. “No había alternativa, teníamos que hacerlo. El deber más elemental y sagrado de cualquier Estado es defenderse y defender a su gente. Nosotros no hacemos lo que se hace ahora por todas partes, ir a la guerra preventiva. Ahora, se lucha con inteligencia, con valor, pacíficamente”, afirmó, en entrevista con buzos el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (ANPP), Ricardo Alarcón de Quesada, en defensa de Los cinco intelectuales cubanos presos por luchar contra el terrorismo, acción que los guerreristas norteamericanos deberían premiar, en vez de castigar.

Peligrosa misión

No hay mayor injusticia que purgar una pena por una falta no cometida. Trece años recluidos, 4 mil 766 días presos, 114 mil 384 horas privados de su libertad, 6 millones 863 mil minutos sin recibir, varios de ellos, la visita de algún familiar, 411 millones 782 mil 400 segundos sin la posibilidad de disfrutar los mejores años de su vida, suman, hasta el día de hoy, los 65 años que entre Gerardo Nordelo Hernández (Manuel Viramontes), René González Sehwerert, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort (Rubén Campa) y Ramón Labañino Salazar (Luis Medina), mejor conocidos como Los cinco, han pagado por defender a los pueblos cubano y estadounidense de un nuevo ataque terrorista.

Ricardo Alarcón de Quesada (RAQ): La misión de estos compañeros era tratar de penetrar grupos terroristas para descubrir sus planes a tiempo e informar al gobierno de Cuba. Ellos no fueron acusados de terrorismo, los acusan de haber ido a Miami para luchar contra el terrorismo, que no es lo mismo ni se escribe igual. Eso es algo muy difícil de entender porque a nadie se le ocurriría pensar que en estos años, en que la gran moda es la lucha contra el terrorismo a escala internacional, y se ha convertido, aparentemente, en una religión para Estados Unidos (EE. UU.), estas personas fueran acusadas por eso. El terrorismo contra Cuba ha existido durante medio siglo con la tolerancia de los medios y a veces con la complicidad de las autoridades norteamericanas; el caso de Los cinco es la mejor prueba.

50 años de terror contra la Isla

De enero de 1959 hasta el 12 de septiembre de 1998, fecha de aprehensión en Miami de los enviados del gobierno cubano, grupos extremistas del exilio contrarrevolucionario como Hermanos al Rescate, Alpha 66, la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), Comando F-4, entre otros, habían realizado una serie de atentados que se recrudecieron en la década de los años 90 y cuya autoría habían aceptado explícitamente y sin ningún temor terroristas confesos y miembros de estas organizaciones como Orlando Bosch, Luis Posada Carriles, Hernán Ricardo, Freddy Lugo y secuaces. De acuerdo con información vertida por el ex Presidente cubano y Comandante en jefe Fidel Castro Ruz en la tribuna antiimperialista “José Martí”, los últimos atentados más significativos contra la Isla se realizaron en hoteles cubanos.

Durante el año 1997 explotó una bomba en la discoteque “Aché” del hotel Meliá Cohíba, acción ejecutada por la FNCA; fuerzas especializadas del Ministerio del Interior desactivaron una carga explosiva descubierta en el piso 15 del mismo Meliá; el 12 de junio se produjeron dos explosiones simultáneas en las hosterías Capri y Nacional donde cuatro personas resultaron heridas; el 4 de agosto vuelve a ocurrir una explosión terrorista en el Meliá. Una semana después la Junta de Directores de la FNCA declaró públicamente que respaldaba “sin ambages ni reparos los incidentes de rebeldía interna que durante las últimas semanas se vienen sucediendo a través de la Isla”. El 4 de septiembre acaecieron detonaciones importantes en los hoteles Copacabana, Chateau y Tritón, donde murió el italiano Fabio di Celmo; un estallido más devino en el restaurante La Bodeguita del Medio.

Los planes de atentados no cesarían ahí. El gobierno cubano, en aquel momento poseía vasta información que hizo llegar al entonces Presidente de EE. UU., William Clinton, a través del escritor colombiano Gabriel García Márquez, al mismo tiempo que cableaba al gobierno norteamericano a través de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA).

Héroes de la República

Tras intensos intercambios informativos entre ambos gobiernos, del 16 al 17 de junio de 1998 “se efectuaron varias reuniones conjuntas en La Habana entre expertos cubanos y oficiales norteamericanos del Buró Federal de Investigación (FBI) sobre el tema de los planes de atentados terroristas. Se entregó a la delegación norteamericana del FBI abundante información documental y testimonial. Los materiales entregados incluían 64 folios en los que se aportaban elementos investigativos acerca de 31 acciones y planes terroristas contra nuestro país, ocurridos entre 1990 y 1998. En la mayor parte de estas acciones estaba vinculada la FNCA que, además, organizó y financió los más peligrosos, especialmente los ejecutados por la estructura terrorista dirigida por Luis Posada Carriles en Centroamérica.

“Los oficiales del FBI recibieron también 60 folios con las fichas de 40 terroristas de origen cubano, la mayoría residentes en Miami, incluidos los datos para su ubicación. Se llevaron, además, tres muestras de sustancias explosivas de dos gramos cada una, de las bombas desactivadas antes de explotar en el Hotel Meliá Cohíba el 30 de abril de 1997 y en un microbús de turismo el 19 de octubre de 1997, así como del artefacto explosivo en posesión de dos terroristas guatemaltecos el 4 de marzo de 1998.

“Se entregaron, además, cinco casetes de video y ocho de audio con declaraciones de los terroristas centroamericanos arrestados por la colocación de bombas en los hoteles, en los cuales revelan sus vínculos con organizaciones terroristas cubanas que operan desde Estados Unidos y en particular con Luis Posada Carriles.

“La parte norteamericana reconoció el valor de la información recibida y se comprometió a dar respuesta del análisis realizado a estos materiales en el más breve plazo.

“Transcurrieron extrañamente casi tres meses sin la respuesta seria prometida. Se recibieron sólo algunas noticias intrascendentes”, así lo dio a conocer Castro Ruz en aquella ocasión.

RAQ: Se les entregó cuantiosa información; agradecieron la entrega; dijeron: “bueno, tenemos que analizarla, nosotros les respondemos”. Eso fue en junio de 1998. Es el tiempo que ha pasado, nunca llegó la respuesta de ellos, excepto que detuvieron a los cinco compañeros. En lugar de actuar contra los grupos terroristas, investigaban a los antiterroristas.

Según palabras del Comandante -“los cinco compañeros, hoy Héroes de la República de Cuba, constituían la principal fuente de información sobre las actividades terroristas contra nuestro país”, aun cuando, ninguna de la información proporcionada los ligaba o los ponía al descubierto. Por el contrario, varios de los terroristas confesos, a la fecha, continúan libres y radicando en suelo norteamericano.

Acusación ambigua

Gerardo, Ramón y Antonio fueron acusados de “conspirar para cometer espionaje”, no de cometerlo, pero la sentencia original para cada uno de ellos fue la cadena perpetua, es decir, la pena máxima que se le impone al espía. A Gerardo, jefe del grupo, se le agregó una cadena perpetua por “conspirar para cometer asesinato en primer grado” por el suceso ocurrido el 24 de febrero de 1996. Fernando y René fueron acusados por delitos menores, pero condenados con exagerados dictámenes.

RAQ: La figura jurídica de “conspiración para cometer espionaje” fue la que el imperio empleó durante toda la Guerra Fría con los comunistas, la gente de izquierda y los sindicalistas de aquella época. A ninguno lo acusaron de haber hecho nada malo sino de conspirar para hacerlo, que es una cosa diferente.

Sentencia absurda

Luego de estar encerrados en cárceles de máxima seguridad y estar en confinamientos solitarios por más de 17 meses, mejor conocidos como “hueco” (lugar de castigo para los presidiarios que cometen infracciones dentro del penal), y separados unos de otros por kilómetros de distancia, a pesar de no haber cometido algún delito ni afuera ni adentro de la prisión, y después de haber sido hallados culpables, fueron sentenciados con condenas que sumaban cuatro cadenas perpetuas, más 77 años de prisión: Manuel Viramontes (Gerardo Nordelo), dibujante, caricaturista y licenciado en Relaciones Políticas Internacionales (RPI), a dos cadenas perpetuas, más 15 años; Luis Medina (Ramón Labañino), economista y graduado con Diploma de Oro en la Universidad de La Habana, a una cadena perpetua más 18 años; Antonio Guerrero, poeta e ingeniero en construcción de aeródromos en la Universidad Técnica de Kiev, a una cadena perpetua, más 10 años; Fernando González (Rubén Campa), también licenciado en RPI y graduado con Diploma de Oro en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, a 19 años, y René González, piloto e instructor de vuelo, a 15 años de cárcel. Antonio y René nacieron en Estados Unidos y criados en Cuba.

RAQ: Hubo un delito que ellos reconocieron: eran agentes de Cuba y no se lo habían dicho al gobierno estadounidense, pero si se lo hubieran dicho no hubieran podido cumplir su misión. Aceptamos que fue una falta, pero déjeme decirle que, en EE. UU., todos los días ocurre algo parecido. Agentes extranjeros pueden serlo de una compañía o firma extranjera, una institución extranjera; y hay muchas en el mundo. Por esa infracción ameritaría una multa o, como castigo máximo concebible, cinco años de prisión, pero no creo que alguien haya cumplido prisión por eso.

Ellos son agentes nuestros y nunca lo negaron. Infiltrados en el sentido de la misión que realizaron: colarse dentro de esos grupos, por supuesto no diciéndoles que estaban ahí en nombre de la Revolución Cubana, sino haciéndose pasar por anticastristas y metiéndose por esos medios. Por esas vías se enteraban de planes, de cosas, nos alertaban y nosotros le trasladábamos esa información al FBI, al gobierno estadounidense, pero éste, en lugar de actuar contra los criminales, actuó contra ellos por una decisión realmente incalificable.

El espionaje contra EE. UU. hubiera sido si usted infiltra a alguien en el Pentágono, en el Departamento de Estado, en la Casa blanca y se apodera de documentos secretos del Estado y se los transmite a un gobierno extranjero, no entre esta chusma de Miami; eso no es espionaje, es otra cosa, es descubrir los planes de esa gente.

Habeas Corpus, último recurso

La Corte de Apelaciones de Atlanta, en el año 2005, determinó que las condenas a perpetuidad eran exageradas por ese cargo de “conspiración para cometer espionaje”. Entonces, decidió que los casos de Antonio y de Ramón había que revisarlos y ponerles una más baja. Curiosamente, ese acuerdo reconoció que esa misma situación la afrontaba Gerardo; entonces, concluyó: “como ya tiene una cadena perpetua no tiene sentido quitarle ésta, que se quede con sus dos cadenas perpetuas”. En resumen, todo lo que dijeron era un verdadero absurdo.

Tras las múltiples apelaciones, la corte de Distrito de Miami reconsideró la sentencia luego de admitir que no existía evidencia de obtención ni de transmisión de información secreta, por lo que en el caso de Antonio se le impuso el castigo de 21 años y 10 meses en prisión, más 5 años de “libertad” supervisada; a Fernando González se le redujo a 17 años y nueve meses, y a Ramón a 30 años de prisión.

Los cinco presos políticos han agotado todas las instancias legales (el Tribunal Federal del Distrito Sur de la Florida, la Corte de Apelaciones en Atlanta, Georgia y el Tribunal Supremo Federal, última y máxima instancia que revisa solamente los casos que ella decide, el de Los cinco se negó a examinarlo) y se encuentran en la fase del Habeas Corpus, recurso último de apelación extraordinario en el que solicitan a la jueza que los condenó en primera instancia, Joan A. Lenard, una nueva revisión de su caso, donde deberán presentar nuevas pruebas que no se hayan esgrimido con anterioridad.

El gobierno de EE. UU. pidió a la Corte que fueran rechazadas las solicitudes de Habeas Corpus de Gerardo, Antonio y René y que no se le conceda la audiencia que solicitan. Ellos presentaron sus réplicas y ahora está en manos de la Corte aceptar o no estas mociones. Fernando y Ramón están aún en el proceso de presentar sus mociones.

La Corte hace unos días rechazó la Moción para Modificar las Condiciones de la Libertad Supervisada presentada por René, en febrero de este año, donde solicitaba poder regresar a Cuba tras ser liberado (7 de octubre. Por buena conducta salió antes del tiempo castigado.) y no tener que cumplir los tres años de “libertad” supervisada en EE. UU.

Los enemigos de Cuba

RAQ: El enemigo del pueblo cubano es el imperialismo norteamericano, el que se ha negado a admitir que Cuba es un país libre, independiente, sobre el cual no tiene ningún derecho. Pero el enemigo en un sentido más de carne y hueso son estos elementos de la extrema derecha cubanoamericana que han vivido toda su vida practicando la violencia contra el pueblo cubano, lo que llamamos acá, la mafia contrarrevolucionaria, asentada, sobre todo, en la ciudad de Miami, Florida.

No hay que olvidar que personas que escaparon de Cuba hacia EE. UU. al triunfo de la Revolución en enero de 59 eran los antiguos torturadores y matarifes del régimen de Fulgencio Batista.

Hay gente que ha vivido medio siglo con el sueño de regresar, de recuperar sus fincas, sus propiedades, volver a instalarse aquí y a dominar este país.

No todos los elementos conservadores han coincidido en darle apoyo, aval moral y político a estos grupos de ultraderecha; yo creo que éstos ni siquiera son eso, son cosas peores. Estamos hablando realmente de grupos de bandidos, de los que agotaron el tesoro nacional, de los que se robaron los fondos de la República y se fueron con las manos ensangrentadas. Ninguno fue procesado por ladrón ni por asesino en ese país. Desde 1959 ellos han contado con el apoyo oficial y político de todas las administraciones estadounidenses y de toda la derecha mundial. Para la nación norteamericana, el triunfo de la Revolución Cubana fue un shock que ha sido imposible de asimilar.

Cuba realmente pasó de ser colonia de España a colonia norteamericana y de pronto se les fue, se disolvió así por una insurrección popular, unos guerrilleros, qué sé yo. Desde entonces han estado viviendo una situación completamente anormal, en la que no han faltado cosas peores como es el terrorismo.

Rabia y venganza de la mafia

RAQ: A Gerardo Nordelo, quien purga el castigo más grande, además, lo acusan de conspiración para cometer asesinato en primer grado; de haber sido parte de una conspiración para asesinar a varias personas, no de haber asesinado a alguien. Esto se refiere al incidente que hubo el 24 de febrero de 1996, cuando las avionetas del grupo terrorista de Miami Hermanos al Rescate fueron derribadas, aquí, frente al Malecón de La Habana. En los últimos 20 meses anteriores habían hecho esa gracia 25 veces y se les había advertido que no se les iba a tolerar más, que se iba a impedir que se violara el espacio cubano. Ese día era de fiesta nacional: el inicio de la última guerra de Independencia de Cuba. Era el último sábado de Carnaval. En el malecón habanero había cientos de personas disfrutando una competencia deportiva a lo largo de la costa.Era realmente muy peligroso que entrasen unas avionetas de un grupo de esta índole y con esta historia en Cuba. El gobierno cubano los había alertado durante mucho tiempo, por eso, ese día, las dos avionetas que entraron a espacio aéreo cubano fueron tumbadas.

Gerardo Hernández Nordelo no tiene absolutamente nada qué ver con eso. Él estaba en Miami ese día, pero no estaba en la Torre de Control del aeropuerto, él no estaba piloteando ningún avión.

buzos (b): Entonces, ¿por qué ensañarse con él?

A él le adjudican primero esta acusación adicional (conspiración para cometer asesinato en primer grado) en la prensa de Miami, donde ya se hablaba hasta por los codos de acusarlo de eso, antes de que lo hiciera la Fiscalía. Yo creo que eso fue claramente una jugarreta del gobierno estadounidense; posiblemente concebida para darle satisfacción a los grupos más agresivos de la mafia de Miami.

Por aquellos mismos días, cuando nuestros compañeros fueron arrestados y cuando se iba a iniciar el juicio contra ellos, estaba ocurriendo el suceso de Elián González (el niño balsero sustraído por su madre sin el consentimiento del padre, para huir hacia Miami, donde pretendía obtener asilo político). Elián regresa a Cuba justamente cuando se inició el proceso contra Los cinco. Entonces, la frustración, la rabia, que esto provocó en los círculos de Miami fue enorme. El caso de Elián fue desastroso para esa mafia porque el mundo entero descubrió la naturaleza de esos grupos, capaces de secuestrar a un niño, de desacatar las órdenes del Presidente estadounidense de devolverlo a Cuba, y de desacatar la decisión de los tribunales hasta que, finalmente, eso llegó hasta el Supremo. Perdieron en todos los niveles y, sobre todo, perdieron ante la opinión pública norteamericana.

La acusación contra Gerardo puede verse como un intento de compensar a esa gente, de darles lo que ellos estaban reclamando. En todo el proceso no existió prueba alguna ni evidencia que lo vinculase a él con ese lamentable incidente del 24 de febrero y no se presentó ninguna, por eso es que a él no lo acusan de asesinato, si no de conspiración para cometerlo.

Pero aún hay otra cuestión. Él era, como jefe de grupo, quien tenía la comunicación con La Habana; entonces, en algunas de estas comunicaciones se mencionó aquel incidente, que tuvo mucho peso en la relación entre Cuba y EE. UU., pero no el plan para derribar los aviones, ningún asesinato, sino sólo se menciona. Pero esto lo utiliza la Fiscalía como supuesta prueba de que Gerardo tuvo que ver con ese hecho.

Ahora fíjese, hay una cosa muy importante, que le da al caso de Gerardo y a la acusación ese carácter realmente único. En mayo de 2001, el gobierno norteamericano reconoció por escrito que había fracasado en esa acusación. Ellos, al final, cuando se está acabando el juicio (el veredicto lo dicta el tribunal, en junio de 2001), el 24 mayo, cuando va a terminar la parte de discusión, de debate, el gobierno pide modificar la acusación contra Gerardo porque no podía probarla. La jueza, con buen sentido, le dice que no, que es muy tarde y que han pasado siete meses discutiendo el incidente del 24 de febrero y que ése había sido el centro del juicio.

Por tanto, si al jurado no lo convencieron, pues perdieron. Entonces, el gobierno acudió ante la Corte de Apelaciones. (Hay un documento del gobierno por escrito, dirigido a la Corte Superior, en el que reconoce que no podía probar esa acusación y que en consecuencia el acusado iba a ser absuelto y, entonces, se le caía todo). La Corte no aceptó cambiar la acusación y, sin embargo, el jurado lo encontró culpable.

Dos pruebas irrefutables

RAQ: He dicho con toda claridad que Gerardo no tuvo nada qué ver con el incidente de las avionetas. Sin embargo, considerando que el incidente tuvo lugar, como decimos nosotros, en aguas cubanas, la jueza Lenard tampoco tenía algo que ver en él. Para que EE. UU. o un tribunal norteamericano pudiera tratar un hecho como este, éste debió haber ocurrido en aguas internacionales o en el territorio estadounidense. Si fue en otra región no tenía jurisdicción alguna. El último informe de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), cuando hizo una investigación sobre ese incidente se encontró con un problema: los radares cubanos decían una cosa y los radares norteamericanos, otra,  y algunos otros no funcionaron. Pero bueno, el caso es que había una disputa entre dos países sobre dónde ocurrió el percance. La OACI le pidió al gobierno de estadounidense que le entregara las imágenes de los satélites que tiene dándole la vuelta al planeta todos los días filmando todo lo que pasa en esta parte del mundo. Ellos tienen todas estas imágenes, pero por una extraña razón se negaron a entregarlas a los investigadores de la Organización de las Naciones Unidas.

El abogado de Gerardo presentó una moción solicitando el expediente del satélite. La Fiscalía se negó y la jueza apoyó al gobierno. Desde entonces, desde hace 15 años, la defensa de Gerardo está reclamando que se presenten esas imágenes. Ahora mismo la respuesta del gobierno es que no va a entregarlas. ¿A usted no le parece sospechoso eso?

Otro aspecto, a mi juicio, todavía más notable, porque es completamente nuevo y abona argumentos a los Habeas Corpus rechazados, es que, en el año 2006, después de que se había agotado ya la apelación en Atlanta, se descubrió que el gobierno de Estados Unidos se había gastado centenares de miles de dólares del presupuesto federal para pagarle a esos periodistas de Miami que hicieron esa tremenda campaña contra Los cinco. Aunque la Corte de Apelaciones falló favorablemente en 2005, declarando nulo el juicio por el ambiente hostil de Miami; el veredicto fue revertido por presión de la administración Bush. Ahí está un documento importante en que tres jueces norteamericanos califican el ambiente del juicio como una “tormenta perfecta de prejuicios e ilegalidad”. Lo que no sabían ellos era que esa tormenta había sido alimentada por el gobierno, que era el que había pagado a los periodistas que armaron todo.  Ése es un elemento completamente nuevo. Se sabía de la campaña de prensa, la jueza protestó, la defensa lo usó como argumento, pero lo que nadie sabía era que esa prensa fue pagada por el gobierno.

Como ahora se prueba en los documentos obtenidos por el periódico Liberation (buzos posee copias de algunos de ellos).

Silencio criminal en EE. UU.

RAQ: El principal obstáculo que hemos enfrentado en este proceso es el cerco mediático, el desconocimiento de este caso, la falta de información. Si eso lo supiera toda la gente en EE. UU. sería un escándalo y obligarían al Presidente, al que estuviese ahí, a liberar a los inocentes inmediatamente. Para ellos la gente no debe saberlo y por eso los medios no informan, no hablan de esto, no explican la verdad; porque todo esto generaría titulares de primera plana; esto que yo le acabo de decir sería un titular en el periodismo más clásico. Exclusivamente se habló hasta por los codos en Miami, pero para amedrentar al tribunal con un ambiente insostenible; todo eso se sabe ya en Miami, pero en el resto del país, silencio absoluto, ni siquiera se sabe que existe Cuba.

La última posibilidad

b: ¿Hay alguna posibilidad de negociar la liberación de Los cinco?

RAQ: El presidente Raúl Castro lo dijo en alguna ocasión y como muestra de voluntad se liberaron a los ciudadanos que estaban detenidos y eran presentados internacionalmente como presos políticos. Los soltamos a todos y, sin embargo, Barack Obama fue incapaz de tener un gesto semejante.

Ha habido realmente un nivel de solidaridad, de respaldo internacional creciente, el problema está en lograr crear un movimiento semejante en Estados Unidos, en la sociedad norteamericana, que obligue, que estimule al presidente Obama a hacer lo que tiene que hacer: ordenar la libertad de Los cinco, ¡¡ya!!

 

Carta abierta al presidente Barack Obama sobre René González y los cinco cubanos

por Arnold August

Durante los días 7, 8 y 9 de Octubre de 2011, el Centro Cultural Vanier Richelieu en Ottawa (Canadá) alberga a miembros de la comunidad hispanohablante y de las naciones originarias residentes en las provincias de Ontario, Quebec y la Columbia Británica, durante la realización del Foro “Nuestra América: Realidad, Identidad y Cultura”. El  8 de octubre, Arnold August, miembro del Comité Internacional y del Comité Fabio Di Celmo (Quebec), entregó la siguiente Carta Abierta   a los casi 100 activistas en el Foro de las comunidades indígenas y latinoamericanas en Canadá provenientes de Vancouver, Toronto, Ottawa y Montreal, y fue aceptada como una resolución del Foro.

Nosotros, los participantes al 1er. Foro Nuestra América “Realidad, Identidad, Cultura”, Ottawa, Canadá, que tuvo lugar hoy, 8 de octubre 2011, tomamos nota de los hechos siguientes:

Los Cinco cubanos, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González, fueron arrestados en 1998 en Miami, Florida. Se estaban infiltrando en los grupos terroristas que habían, desde allí, hecho atentados contra el pueblo de Cuba durante muchas décadas. El único propósito de los cinco cubanos era exponer las actividades terroristas a las autoridades estadounidenses con el fin de detener el asesinato y destrucción contra los cubanos y propiedad cubana, así como ponerle fin al peligro a la vida de los estadounidenses a causa de estas actividades extremistas e insensatas llevadas a cabo desde su base en Florida.

En lugar de arrestar a los terroristas, los cinco cubanos fueron hecho presos por las autoridades norteamericanas y se les negó un juicio justo. Ellos fueron juzgados en Miami, lugar y nido de actividades anti-Castro, a pesar de la oposición legal y normal de sus abogados para mover el juicio a otra ciudad de Florida. Ha salido a la luz que un juicio justo se vio obstaculizado por el hecho de que los periodistas fueron pagados por organizaciones gubernamentales estadounidenses para avivar los prejuicios y falsa información entre el jurado y la población de Miami. Ellos fueron condenados a largas penas de prisión de hasta dos cadenas perpetuas, más quince años.

A pesar de todos los problemas jurídicos y las peticiones internacionales por su liberación por parte de parlamentarios, organizaciones internacionales de derechos humanos, ganadores del premio Nobel de la paz y otras personalidades, las autoridades de EE.UU. los han mantenido en prisión durante todo este tiempo. Ellos están viviendo en las peores condiciones, pasando una gran cantidad de tiempo en aislamiento. A dos de ellos se les ha negado el derecho de visitas familiares, mientras que para los otros tres, el derecho a visitas se mantiene al mínimo.

René González, fue liberado de prisión el 7 de octubre después de haber cumplido su sentencia completa. Es injusta la obligación de permanecer en los Estados Unidos por tres años bajo un régimen de "libertad supervisada", en lugar de poder volver a su familia en Cuba. Por otra parte, debe pasar este tiempo en Miami, el lugar más peligroso para los cubanos como René.

Él ha sido puesto en libertad hace solo un día y personas en el mundo entero están preocupadas por su seguridad física. Uno puede imaginar cómo su familia se siente en estos momentos.

Por lo tanto, le exigimos al presidente Obama que use sus privilegios constitucionales para enviar René de regreso a Cuba en este momento y ponga en libertad inmediata a los otros cuatro cubanos.

También exigimos que los EE.UU. respeten la solicitud de Venezuela para la extradición del conocido y confeso terrorista Luis Posada Carriles desde Miami a Venezuela para ser juzgado allí por sus crímenes.

Presentado al Foro por Arnold August, miembro del Comité Internacional por la Libertad de los Cinco Cubanos y el Comité Fabio Di Celmo por los Cinco de la Mesa de Concertación de Solidaridad Québec-Cuba.

http://buzos.com.mx/475buzos.html

Fuente: Acción Comunista

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