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Foto: Actual ciudad de Sucre a principios del siglo XX.
El año 1809 llegó a estas tierras con una opinión formada ´por la cultura de ideas, por la paciente preparación de los dirigentes en las principales capitales y por los ensayos de hechos militares contra los ingleses en Buenos Aires´.
En Chuquisaca, antes del mes de mayo de ese año, el Cabildo —que tenía la facultad de representar al pueblo— se dirigió a la Audiencia promoviendo un proceso al Prelado por intermedio de su síndico, don Manuel Zudáñez, con el pedido de investigar el motivo de aprehender a las personas que protestaban contra él.
La sospecha de que Liniers, Moxó y Pizarro (autoridades religiosas y administrativas españolas) trabajaban a favor de las pretensiones de la princesa Carlota de Borbón desde el año 1808 —con su solicitud de anexión de Charcas a la corona del Brasil—, había enardecido los espíritus, principalmente, en los legítimos españoles.
El 20 de mayo de 1809, Manuel Zudáñez ´logró obtener el libro de actas, donde el 12 de enero se había sentado en actas las tremendas ambiciones de Carlota y adhesión del presidente y arzobispo. Estaba firmemente convencido que debe luchar contra ellos, para hacerles la vida difícil´.
El momento se hacía más conflictivo y era inminente que ocurriría algo tremendamente malo. Entonces, García Pizarro solicitó auxilio al intendente gobernador de Potosí, don Francisco de Paula Sanz.
El jueves 25 de mayo, a las seis y media de la tarde, ´Zudáñez fue reducido a prisión y conducido a ella por un oficial Pedro Usúa, que mantenía una pistola contra él. Dos soldados lo llevaron asido de los brazos mientras que otros con sables desenvainados le hacían escolta´.
La orden de Pizarro de poner en prisión a los cabildantes y oidores de Charcas fue la causa inmediata para que el pueblo de Chuquisaca resolviese deponer a las autoridades determinando la revolución de mayo, a la que siguieron, como efecto dominó, los movimientos de La Paz, Quito y Buenos Aires.
Mientras Manuel Zudáñez gritaba: ´¡ciudadanos, me están llevando para ahorcarme!´, la multitud de la pequeña ciudad, movilizada y a voz en cuello, se volcó a la plaza para pedir al presidente y a la guardia que le otorgaran la libertad al denominado en esos tiempos como ´el abogado de los pobres´.
´El pueblo siempre niño, pero que en situaciones dadas se convierte en huracán ó tromba, según las pasiones de los que lo dirigen, estalló en mayor furor i exigió la total entrega de las armas´.
Tras dirigir un segundo oficio al Presidente (de la Real Audiencia) solicitando la entrega de las armas, él contestó accediendo. Con este motivo, una parte del pueblo entró en la casa presidencial.
Una vez dentro del patio, ´a tiempo de ir bajo palabra de honor de Pizarro a recoger los fusiles de los 25 soldados que con disimulo había introducido á la presidencia, cierran las puertas i hacen fuego por orden del Presidente, sobre una multitud indefensa…´.
Indignado, el pueblo corre al Cabildo, ´rompe las puertas donde se aseguraron los cinco cañones que momentos antes se recogieron, se les carga con piedras i son colocados frente a la casa presidencial. Se inicia el combate, la grave detonación de los cañones anunciaba al mundo el bautismo de sangre que los hijos de Chuquisaca lograban dar á la libertad´.
´Eran las 3 de la mañana del día 26 de mayo en que Pizarro rindió las armas i se dio por preso´. Ese día ´se publicó un bando anunciando que el Tribunal de la Real Audiencia, se hacía cargo del Gobierno de Charcas, en medio de los vítores á Fernando 7º´.
Tomado de: Crónica del 25 de mayo de 1809, Valentín Abecia (1891).
“La grave detonación de los cañones anunciaba el bautismo de sangre que los hijos de Chuquisaca lograban dar a la libertad”
LOS PERSONAJES DE LA REVOLUCIÓN DEL 25 DE MAYO DE 1809
GARCÍA DE LEÓN Y PIZARRO
Llamado Ramón, fue presidente de la Real Audiencia de Charcas. En La Plata, se ocupó de la limpieza y el ornato de la ciudad e hizo alzar las veredas de 85 cuadras. Embelleció el ex Prado, hoy Parque Bolívar. Sus restos se encuentran en una cripta de la iglesia San Felipe Neri, a una cuadra de la plaza central de la ciudad de Sucre.
DE MOXÓ Y FRANCOLI
De nombre Benito María, fue arzobispo de La Plata desde enero de 1807 y consejero de García Pizarro. Los revolucionarios los acusaron de querer entregar el país a los portugueses, acción detonante de la revolución. "Con su palabra era en mitad de los dos virreinatos del sur el sostenedor más elocuente de la dominación española".
EL MARISCAL VICENTE NIETO
Fue enviado a fines del año 1809 hasta La Plata (hoy Sucre, capital de la República).
Se lo conoce por haber puesto en prisión a los oidores Ussoz y Ballesteros, al fiscal López Andreu, a Antonio Fernández, a Joaquín de Lemoine, a Bernardo Monteagudo y a los dos hermanos Zudáñez. Luego, los envió a Lima.
JOSÉ JOAQUÍN DE LEMOINE
Es reconocido como un "notable compatriota", capitán de la guardia que custodió a Ramón García Pizarro en la universidad, adonde fue trasladado la noche del 26 de mayo de 1809.
TERESA BUSTOS DE LEMOINE
A fines de 1809, tras el arribo del mariscal Nieto como nuevo presidente de la Audiencia, junto a sus hijos fue confinada a Lagunillas (Potosí), adonde tuvo que marchar caminando. En 1811 se reencontró con su esposo pero, tras la derrota de Guaqui, fue apresada y enviada a Oruro, donde la condenaron a la pena capital.
CASIMIRA DE USSOZ Y MOZI
Desde mucho antes del 25 de mayo, junto a su esposo José Agustín, tuvo la valentía de oponerse al presidente de la Real Audiencia y de llamar traidor al virrey. En el combate del 25 de mayo, ambos alentaban desde su balcón "a los hijos del pueblo a que se convirtieran en soldados de libertad".
JAIME ZUDÁÑEZ
En 1809 desempeñaba el cargo de "abogado de los pobres" y, cuando fue convocado el claustro de doctores el 19 de enero, para contestar el manifiesto de la princesa Carlota que solicitaba la anexión de Charcas a la corona del Brasil, él redactó el acta que protestaba contra dichas pretensiones.
MARIANA ZUDÁÑEZ
Hermana de Jaime. Ante la casa del oidor José de la Iglesia, "furibunda y en presencia de todos pronunció, según relató después un testigo la ‘escandalosa frase’ de que si no se daba suelta a su hermano ‘todos habían de ser pasados a cuchillo por el pescuezo’". Su acción despertó a los chuquisaqueños.
FRANCISCO RÍOS
Más conocido como "El Quitacapas", porque se apoderaba de prendas ajenas. Asumió el mando del populacho sin inconveniente. "En lo más enconado del alboroto del 25 de mayo recogió una capa de grana para que quedase el dueño de ella con libertad para tirar piedras a la presidencia".
JUANA AZURDUY DE PADILLA
Ingresó al monasterio de Santa Teresa a temprana edad. "Vistió el hábito por muy poco tiempo, ya que su temperamento fuerte, audaz y decidido, se impuso al misticismo del convento y al deseo filial, abandonando el claustro en cuanto pudo". Luchó acompañada de sus "leales" y 25 mujeres más.
JOSÉ BERNARDO MONTEAGUDO
Rindió exámenes en la Academia Carolina y participó en la Revolución de Mayo; luego pasó a integrar, como auditor de guerra, el Ejército del Norte. Volvió a Buenos Aires tras la batalla de Guaqui, que acabó con la victoria de las tropas realistas. Apoyó el fusilamiento de Santiago de Liniers.
MARIANO MICHEL
Fue uno de los egresados "de las aulas de Chuquisaca, destacados por su preparación y un innato sentimiento de rebeldía", precisa el historiador argentino Alejandro Ubaldo Pojasi, en su discurso Las Revoluciones de Mayo, del 8 de febrero de 2006 en el Instituto Güemesiano de Salta.
JOSÉ MARIANO SERRANO
Presidió la Constituyente de 1826 representando a Charcas y promulgó la primera CPE de Bolivia en un acta suscrita por 48 diputados: 7 de Charcas, 12 de La Paz, 10 de Cochabamba, 17 de Potosí y 2 de Santa Cruz. El historiador Joaquín Gantier publicó un libro con su nombre en 1989.
FERNANDO VII DE BORBÓN
Hijo y sucesor de Carlos IV y de María Luisa de Parma, los revolucionarios de Charcas lo vivaron el 25 de mayo. En La Plata, estalló la crisis tras la abdicación que Napoleón Bonaparte logró de Carlos IV a favor de Fernando VII y, de él a su favor. Su hermano José Bonaparte se hizo rey de España y sus colonias.
LOS REVOLUCIONARIOS
El conjunto de gente que participó antes, durante y después del 25 de mayo, en las luchas independentistas, es considerado como protagonista de la conquista de la libertad. Ellos y ellas lucharon, según Jorge Querejazu, "a la luz de los fogonazos del cañón y de la luna llena de ese jueves 25 de mayo de 1809".
[1]Este artículo fue publicado originalmente en el diario La Razón el 25 de mayo de 2007.