Comparecencia de Fidel Castro Ruz en el programa de televisión "Telemundo Pregunta".
La Habana, 28 de marzo de 1960.
[...] Vino el Moncada. Y llegó la hora de decir lo que nosotros pensábamos hacer, y entonces, lo que queremos es que se haga una comparación y que se nos diga qué cosa hemos hecho nosotros que no hayamos prometido. Y por qué no nos llamaron comunistas cuando publicamos todo esto. Y ahora, que ni siquiera hemos hecho todo, que ni siquiera hemos hecho todo, nos llaman comunistas; porque creían que le estábamos tomando el pelo a la gente igual que siempre, que iba a ser un programita, que nosotros no íbamos a hacer más nada, que era un compromiso; aquí se habían hecho muchos programas, muchas promesas; nunca se habían cumplido. Y nosotros, a pesar de que ya hemos cumplido las promesas, porque cuando salimos de Cuba dijimos, que no volveríamos o que volveríamos para derrocar la tiranía, quise decir que en Cuba no nos apareceríamos más nunca si nosotros no podíamos acabar con aquella situación.
Dijimos que vendríamos aquel año, para levantar la fe del pueblo -compromiso riesgoso- y lo cumplimos.
Y aquí están todas la cosas que hicimos, incluso, ustedes saben que ahí ya tenemos la Ciudad Libertad, que la vamos a hacer, una gran ciudad escolar, va a tener 2 000 estudiantes pensionados, en total va a tener entre 15 000 y 20 000 niños estudiando. El 1ro de enero de 1961 estará funcionando. Y miren hasta ese detalle tuvimos en cuenta, pues, en aquella ocasión dijimos:
"Y digo también que si es para servir a la república, defender la nación, respetar al pueblo y proteger al ciudadano, es justo que un soldado gane por lo menos 100 pesos; pero si es para matar y asesinar, para oprimir al pueblo, traicionar la nación y defender los intereses de un grupito, no merece que la república se gaste ni un centavo en ejército, y el campamento de Columbia debe convertirse en una escuela e instalar allí, en vez de soldados, 10 000 niños."
¿Y qué es lo que está haciendo el ejército de la república? Lo que está haciendo es convertir el campamento de Columbia en una escuela e instalar allí; en lugar de soldados, 10 000 niños. Eso nosotros lo decíamos estando presos allí. ¿A quién que dijera semejante cosa le hubieran podido hacer caso, acusado allí, con 15 años, 20 años, 30 años, por delante, rodeado completamente y derrotado? Que el campamento debía de convertirse en una escuela. Eso fue en el año 1953 y en el año 1961, el día 1ro de enero, se inaugurará esa escuela, con una sola equivocación, en vez de 10 000 niños, tendrá 20 000 [...].
[...] Una ley revolucionaria concedería "la propiedad inembargable e intransferible de la tierra a todos los colonos, subcolonos, arrendatarios, aparceros y precaristas que ocupasen parcelas de cinco o menos caballerías de tierra..." Es decir, ¿se ha cumplido o no se ha cumplido?
Otra ley revolucionaria ordenaba la confiscación de los bienes a los malversadores; ¿se ha cumplido o no se ha cumplido?
"Se declaraba, además, que la política cubana en América sería de estrecha solidaridad con los pueblos democráticos del continente [...]; la reforma agraria, la reforma integral de la enseñanza" -y aquí me falta un punto que no hemos cumplido-; "y la nacionalización del "trust" eléctrico y el "trust" telefónico, devolución al pueblo del exceso ilegal que han estado cobrando en sus tarifas y pago al fisco de todas las cantidades que han burlado a la hacienda pública". Es decir que aquí sí hemos rebajado las tarifas, hemos intervenido. Pero he aquí un punto más radical todavía -explicado y todo desde hace tiempo- que no hemos cumplido.
Entonces, vean algunas cosas: "El problema de la tierra, el problema de la industrialización" -vean bien, oigan-: "El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo; he ahí concretados los seis puntos a cuya solución se hubieran encaminado resueltamente nuestros esfuerzos, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política." Es decir, los puntos -punto por punto-, todo lo que nosotros íbamos a abordar para resolver.
"El 85% de los pequeños agricultores cubanos está pagando renta y vive bajo la perenne amenaza del desalojo de sus parcelas. Más de la mitad de las mejores tierras de producción cultivadas está en manos extranjeras. En Oriente, que es la provincia más ancha, las tierras de la United Fruit Company y la West Indian unen la costa norte con la costa sur. Hay 200 000 familias campesinas que no tienen una vara de tierra donde sembrar unas viandas para sus hambrientos hijos... Si Cuba es un país eminentemente agrícola, si su población es en gran parte campesina, si la ciudad depende del campo, si el campo hizo la independencia, si la grandeza y prosperidad de nuestra nación depende de un campesinado saludable y vigoroso que ame y sepa cultivar la tierra, de un Estado que lo proteja y lo oriente, ¿cómo es posible que continúe este estado de cosas?"
Y sobre la industria: "Salvo unas cuantas industrias alimenticias, madereras y textiles, Cuba sigue siendo una factoría productora de materia prima. Se exporta azúcar para importar caramelos, se exportan cueros para importar zapatos, se exporta hierro para importar arados... Todo el mundo está de acuerdo" -fíjense en este párrafo, que es muy importante para los que dicen que nosotros, pues, no tenemos mucho respeto por ciertas ideas viejas de la economía, que eran las ideas que no habían podido resolver los problemas en 57 años, en 57 años lo que nos habían dejado era un saldo de desempleo, de hambre, todo esto que estamos diciendo aquí-. "Todo el mundo está de acuerdo en que la necesidad de industrializar el país es urgente, que hacen falta industrias metalúrgicas, industrias de papel, industrias químicas; que hay que mejorar las crías, los cultivos, la técnica y elaboración de nuestras industrias alimenticias para que puedan resistir la competencia ruinosa que les hacen las industrias extranjeras, que necesitamos barcos mercantes, que el turismo podría ser una enorme fuente de riquezas; pero los poseedores del capital exigen que los obreros pasen bajo las horcas caudinas, el Estado se cruza de brazos y la industrialización espera por las calendas griegas.
"Tan grave o peor es la tragedia de la vivienda. Hay en Cuba 200 000 bohíos y chozas; 400 000 familias del campo y de la ciudad viven hacinadas en barracones, cuarterías y solares sin las más elementales condiciones de higiene y salud; 2 200 000 personas de nuestra población urbana pagan alquileres que absorben entre un quinto y un tercio de sus ingresos, y 2 800 000 de nuestra población rural y suburbana carecen de luz eléctrica. Aquí ocurre lo mismo: si el Estado se propone rebajar los alquileres, los propietarios amenazan con paralizar todas las construcciones; si el Estado se abstiene, construyen mientras pueden percibir un tipo elevado de renta, después no colocan una piedra más aunque el resto de la población viva a la intemperie." Etcétera.
"Nuestro sistema de enseñanza se complementa perfectamente con todo lo anterior: ¿En un campo donde el guajiro no es dueño de la tierra para qué se quieren escuelas agrícolas? ¿En una ciudad donde no hay industrias para qué se quieren escuelas técnicas o industriales?" Así que todo eso está explicado. "El 90% de los niños del campo está devorado por parásitos...", etcétera. "Con tales antecedentes, ¿cómo no explicarse que haya tanto desempleo?"
Entonces, aquí dije una cosa: "En Cuba, cuando un funcionario se hace millonario de la noche a la mañana y entra en la cofradía de los ricos, puede ser recibido con las mismas palabras de aquel opulento personaje de Balzac, Taillefer, cuando brindó por el joven que acababa de heredar una inmensa fortuna: ¡Señores, bebamos al poder del oro! El señor Valentín, seis veces millonario, actualmente acaba de ascender al trono. Es rey, lo puede todo, está por encima de todo, como sucede a todos los ricos. En lo sucesivo la igualdad ante la ley, consignada al frente de la Constitución, será un mito para él, no estará sometido a las leyes, sino que las leyes se le someterán. Para los millonarios no existen tribunales ni sanciones'." ¿Era o no era verdad?
"El porvenir de la nación y la solución de sus problemas no pueden seguir dependiendo del interés egoísta de una docena de financieros, de los fríos cálculos sobre ganancias que tracen en sus despachos de aire acondicionado 10 ó 12 magnates. El país no puede seguir de rodillas implorando los milagros de unos cuantos becerros de oro que, como aquel del Antiguo Testamento... no hacen milagros de ninguna clase. Los problemas de la república solo tienen solución si nos dedicamos a luchar por ella con la misma energía, honradez y patriotismo que invirtieron nuestros libertadores en crearla. Y no es con estadistas al estilo de Carlos Saladrigas, cuyo estadismo consiste en dejarlo todo tal cual está y pasarse la vida farfullando sandeces sobre la 'libertad absoluta de empresa', 'garantías al capital de inversión' y la 'ley de la oferta y la demanda', como habrán de resolverse tales problemas. En un palacete de la Quinta Avenida, estos ministros pueden charlar alegremente hasta que no quede ya ni el polvo de los huesos de los que hoy reclaman soluciones urgentes. Y en el mundo actual ningún problema social se resuelve por generación espontánea."
¿Se puede haber hablado más claro? ¿Más claro? Que aquí nosotros no íbamos a esperar a que vinieran los becerros de oro a resolver los problemas de la industrialización. ¿Qué querían? Si el problema es que los que tenían los capitales de inversión aquí, extranjeros y nacionales, y todo el mundo, en 57 años ¿qué dejaron?: este saldo de los 200 000 bohíos, de la gente enferma, de tanto desempleo, 600 000 desempleados; eso fue lo que dejaron aquí. Bueno, pero se acabaron todas esas jerarquías, vamos por un camino nuevo, y Cuba lo que está siguiendo es un camino nuevo, suyo, propio, anunciado y tratado y dicho sin engañar a nadie.
Y, asimismo, hablamos sobre el problema de la libertad de empresa y de garantía al capital de inversión, que el estadismo de esta gente consistía en dejarlo todo como estaba y pasarse la vida farfullando sandeces, farfullando sandeces sobre la "libertad absoluta de empresa", "garantías al capital de inversión" y la "ley de la oferta y la demanda".
Fíjense, ahora vean lo que dijimos que iba a ser la reforma agraria, lo que dijimos que iba a ser la reforma agraria: "Un gobierno revolucionario, después de asentar sobre sus parcelas con carácter de dueños a los 100 000 agricultores pequeños que hoy pagan rentas, procedería a concluir definitivamente el problema de la tierra, primero: estableciendo como ordena la Constitución un máximo de extensión para cada tipo de empresa agrícola y adquiriendo el exceso por vía de expropiación" -fíjense, exacto, exacto-, "reivindicando las tierras usurpadas al Estado, desecando marismas y terrenos pantanosos" -exacto, exacto: que vayan a la ciénaga de Zapata, para que vean- "plantando enormes viveros" -vayan a Pinar del Río, vayan a Las Villas, para que vean los millones y millones de eucaliptos que estamos sembrando- "y reservando zonas para la repoblación forestal; segundo: repartiendo el resto disponible entre las familias campesinas, con preferencia a las más numerosas, fomentando cooperativas" -fíjense- "fomentando cooperativas de agricultores para la utilización común de equipos de mucho costo, frigoríficos y una misma dirección profesional técnica en el cultivo y la crianza, y facilitando, por último, recursos, equipos, protección y conocimientos útiles al campesinado." No podía ser más exacto.
"Un gobierno revolucionario resolvería el problema de la vivienda rebajando resueltamente el 50% de los alquileres..., demoliendo las infernales cuarterías para levantar en su lugar edificios modernos de muchas plantas y financiando" -fíjense- "financiando la construcción de viviendas en toda la isla en escala nunca vista" -¿se habían construido viviendas en toda la isla en la escala que hoy las estamos construyendo?-, "bajo el criterio de que si lo ideal en el campo es que cada familia posea su propia parcela, lo ideal en la ciudad es que cada familia viva en su propia casa o apartamento. Hay piedra suficiente y brazos de sobra para hacerle a cada familia cubana una vivienda decorosa..."
"Finalmente, un gobierno revolucionario procedería a la reforma integral de nuestra enseñanza, poniéndola a tono con las iniciativas anteriores...", etcétera, etcétera.
¿Se quiere una realización más exacta de lo que se dijo? Y que se dijo hace tantos años, siete años, cuando estábamos nosotros presos, y éramos un grupo que no sabíamos ni cuándo íbamos a salir de la cárcel, ¡no sabíamos ni cuándo íbamos a salir de la cárcel! Una vez más se demostraba que nosotros teníamos fe en lo que se podía hacer.
Después vino el primer Manifiesto del 26 de Julio al pueblo de Cuba, porque faltaban cosas que fuimos añadiendo sucesivamente, y las que iremos añadiendo después, con la Revolución en el poder. Sí, porque no crean que la Revolución se detiene. Maceo dijo que la revolución estaría en pie, mientras quedara una injusticia por reparar. Mientras haya una injusticia, hay revolución.
Así que aquí venía el programa, al final del Manifiesto del 26 de Julio, el Manifiesto No. 1; entre otros puntos contempló:
[1] "Proscripción del latifundio; distribución de la tierra entre familias campesinas; concesión inembargable e intransferible de la propiedad a todos los pequeños arrendatarios, colonos, aparceros y precaristas existentes; ayuda económica y técnica del Estado; reducción de impuestos.
[2] "Reivindicación de todas las conquistas obreras arrebatadas por la dictadura; derecho del trabajador a una participación amplia en las utilidades de todas las grandes empresas industriales...", etcétera.
No se preocupen que nada hemos hecho; es decir que más bien hemos ido a una política de captar el ahorro nacional para nueva industrialización; que han sido reivindicadas todas las conquistas obreras y han sido establecidos una nueva serie de derechos obreros.
Tercero: "Industrialización inmediata del país mediante un vasto plan trazado e impulsado por el Estado que deberá movilizar resueltamente todos los recursos humanos y económicos de la nación en un supremo esfuerzo por librar al país de la postración moral y material en que se encuentra..." -repito-. "Industrialización inmediata del país mediante un vasto plan trazado e impulsado por el Estado, que deberá movilizar resueltamente todos los recursos humanos y económicos de la nación..."
Y Cuarto -cuarto, y aquí viene otro punto interesante porque tampoco lo hemos cumplido todavía, aunque en parte sí-: "Rebaja vertical de todos los alquileres, con beneficio efectivo de las 2 200 000 personas que hoy invierten en ellos una parte considerable de sus entradas; construcción por el Estado de viviendas decorosas para dar albergue a las 400 000 familias hacinadas en cuarterías, barracones, solares y bohíos inmundos; extensión de la electricidad a las 2 800 000 personas de nuestra población rural y suburbana que carecen de ella; iniciación de una política" -fíjense bien-, "iniciación de una política tendiente a convertir a cada inquilino en propietario del apartamento o casa que habita... iniciación de una política tendiente a convertir a cada inquilino en propietario del apartamento o casa que habita, sobre la base de una amortización a largo plazo." ¡Y no lo hemos cumplido! ¿Qué sería si ya hubiéramos cumplido todas estas cosas prometidas y conocidas y divulgadas, porque todavía no hemos nacionalizado el "trust" telefónico, ni hemos adoptado una ley convirtiendo aquí el contrato de arrendamiento en un contrato de compraventa? Y en su día, se hará también.
Nosotros hemos querido ir despacio; hemos querido ir paulatinamente, haciéndolo todo y que todo el mundo comprenda sin grandes desajustes. Bueno, si algunas cosas han tenido que ir más rápido, la culpa no la tenemos nosotros, la culpa la tienen los que no quieren entender.
Y volvemos a decir: Quinto: "Nacionalización de los servicios públicos" —esto está dos veces—; "teléfonos, electricidad y gas."
Sexto: "Construcción de 10 ciudades infantiles para albergar y educar integralmente 200 000 hijos de obreros y campesinos, que no pueden en la actualidad alimentarlos y vestirlos." Y ya estamos haciendo la primera ciudad escolar de la Sierra Maestra, para 20 000 niños, ya la estamos haciendo, sí.
[7] "Extensión de la cultura, previa reforma de todos los métodos de enseñaza, hasta el último rincón del país, de modo que todo cubano tenga la posibilidad de desarrollar sus aptitudes mentales y físicas en un medio de vida decoroso." Ahí están los 10 000 nuevos maestros, las aulas que le están creando este año, las ciudades, los cuarteles, las fortalezas convertidas en escuelas.
[8] "Reforma general del sistema fiscal e implantación de métodos modernos en la recaudación de impuestos...", etcétera.
[9] "Reorganización de la administración pública...
[12] "Implantación de medidas adecuadas en la educación y la legislación para poner fin a todo vestigio discriminativo por razones de raza o sexo que lamentablemente existen en el campo de la vida social y económica." Y esa es otra de las grandes batallas que está ganando la Revolución contra la discriminación racial.
[13] "Seguro social y estatal..."
[15] "Confiscación de todos los bienes a los malversadores..." [...]
[...] Y otro artículo publicado en Bohemia, intitulado "¡Frente a todos!", que decía, entre otras cosas: "Dije públicamente en el Palm Garden de Nueva York: 'El pueblo cubano desea algo más que un simple cambio de mandos. Cuba ansía un cambio radical' -yo no dije un cambio moderado ni nada de eso, ni un cambio conservador-, 'Cuba ansía un cambio radical en todos los campos de la vida pública y social. Hay que darle al pueblo algo más que libertad y democracia en términos abstractos, hay que proporcionarle una existencia decorosa a cada cubano; el Estado no puede desentenderse de la suerte de ninguno de los ciudadanos que han nacido en el país y crecido en él. No hay tragedia mayor que la del hombre que capaz de trabajar y deseoso de hacerlo, pasan hambre él y su familia, por falta de ocupación. El Estado está obligado a proporcionársela ineludiblemente o a mantenerlo mientras no la encuentre. Ninguna de las fórmulas de bufete que hoy se discuten contemplan esa situación, como si el grave problema de Cuba consistiera en el modo de satisfacer las ambiciones de unos cuantos políticos desplazados del poder o deseosos de llegar a él.'
"Dije públicamente en el Flagler: 'Reuniremos a nuestros compatriotas detrás de una idea de dignidad plena para el pueblo de Cuba y de justicia para los hambrientos y olvidados y de castigo para los grandes culpables'."
Entonces, otra cosa que estaba dicha bien clara: "En Cuba no ha habido nunca justicia; enviar a la cárcel a un infeliz que roba una gallina mientras disfrutan de impunidad los grandes malversadores es sencillamente un crimen injustificable. ¿Cuándo un juez correccional ha condenado a un poderoso? ¿Cuándo un dueño de ingenio fue a parar a un vivac? ¿Cuándo un guardia rural se lo llevó preso? ¿Serán impolutos? ¿Serán santos? ¿O será que en nuestro ordenamiento social la justicia es una vil mentira aplicada a la medida de las conveniencias de los intereses creados?"
Y aquí: "La oposición politiquera está en plena decadencia y descrédito... No se discuten cuestiones de principio; simples detalles de tiempo para entrar a saco en el presupuesto de la desdichada república.
"¡Pero no será tan fácil el negocio como piensan! El pueblo está alerta.
"Los campesinos cansados de discursos y promesas de reforma agraria y repartos de tierras saben que de los políticos nada pueden esperar.
"Los cubanos que están sin trabajo por causa de la incapacidad, imprevisión y avaricia de todos los malos gobiernos, saben que de los políticos nada pueden esperar.
"Millares de enfermos que están sin camas ni medicinas, saben que de los políticos que le piden el voto a cambio de un favor, y cuyo negocio consiste en que haya siempre muchos necesitados para poder comprar a bajo precio su conciencia, nada pueden esperar.
"Los cientos de miles de familias que viven en bohíos, barracones, solares y cuarterías, y pagan alquileres exorbitantes; los obreros que ganan salarios de hambre, cuyos hijos no tienen ropa ni zapatos para ir a la escuela; el ciudadano que paga la electricidad más cara que en ningún país del mundo, o solicitó un teléfono hace 10 años y no se lo han puesto todavía, en fin, cuantos han tenido que sufrir y sufren los horrores de una mísera existencia, saben que de los políticos nada pueden esperar.
"Sabe el pueblo que con los cientos de millones sustraídos por los "trusts" extranjeros, más los cientos de millones que le han robado los malversadores, más las prebendas que han disfrutado millares de parásitos sin prestar servicios ni producir nada para la sociedad, más las filtraciones de toda índole por concepto de juegos, vicios, bolsa negra, etcétera, Cuba sería uno de los países más prósperos y ricos de América, sin emigrados, ni desocupados, ni hambrientos, ni enfermos sin cama, ni analfabetos, ni mendigos.
"De los partidos políticos, organizaciones de comadres y de compadres destinadas a sacar representantes, senadores y alcaldes, nada espera el pueblo.
"De la REVOLUCIÓN, organización de combatientes hermanados en un gran ideal patrio, todo lo espera ¡y lo tendrá!
Diciembre 25 de 1955."
Hemos cumplido, es decir que estos papeles no son inventados, están ahí, y todas y cada una de las cosas desde el primer manifiesto en que decíamos: "Hay tirano otra vez, pero habrá otra vez Mellas, Trejos y Guiteras. Hay opresión en la patria pero habrá algún día otra vez libertad." [...]