Editorial de Aquí 323
La Presidenta interina favorece a los grandes empresarios
La Presidenta interina y los gobernantes actuales favorecen a los grandes empresarios, especialmente cruceños y benianos, con medidas económicas, cargos en el gobierno y con la mantención de las normas llamadas incendiarias, que son una herencia del régimen de 14 años.
Nos referimos al decreto supremo que dispone abreviar los trámites para los cultivos en Santa Cruz de semillas transgénicas de soya, maíz, caña de azúcar, trigo y algodón.
Organizaciones que defienden la agricultura orgánica o ancestral y del medio ambiente han presentado una demanda de Acción Popular para que un tribunal competente anule aquel DS porque, entre otras cosas, es anticonstitucional y porque lesionan los intereses legales y legítimos de los agricultores pequeños y medianos, es decir, de la mayoría de los trabajadores del agro.
Los empresarios grandes, especialmente los agrupados en la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), defienden el DS firmado por Jeanine Áñez Chávez y sus ministros con el argumento, entre otros, de que las semillas transgénicas —ellos hablan de la biotecnología aplicable en la agricultura—acrecentarán la producción de granos para el consumo interno y para la exportación.
Los últimos días, los propietarios del transporte pesado que lleva carga a los puertos chilenos preferentemente están en emergencia y aseguran que defienden y defenderán el DS que busca acelerar los cultivos de las semillas transgénicas o genéticamente modificadas.
Apenas salió ese DS, el candidato a la Vicepresidencia de Comunidad Ciudadana señaló que esa norma es inconstitucional porque la Ley Fundamental determina que la importación, comercialización y cultivo de transgénicos en Bolivia debe ser autorizada mediante una ley.
Además, se debe rememorar que la Constitución Política aprobada por los constituyentes disponía la prohibición de los cultivos, importación y comercialización de semillas genéticamente modificadas en nuestro país.
Cabe añadir que los que esperan enriquecerse con el llamado agronegocio afirman que los productos transgénicos no hacen daño a la salud y que esos cultivos tampoco dañan al suelo. Otros anotan que cuando consumimos carne de gallina consumimos transgénicos porque los animales son alimentados con maíz importado que contiene organismos genéticamente modificados.
Los que objetan tales cultivos dicen, y estamos de acuerdo, que para cada cultivo de transgénicos se deben comprar las semillas a precios muy caros y con ganancias millonarias de pocas empresas que producen las semillas transgénicas.
Para asegurar los frutos, los agricultores deben utilizar defoliantes que degradan la tierra labrantía.
Indígenas guaraníes, tras el anuncio de que el entonces gobierno de Morales se comprometió a estudiar el cultivo de maíz transgénico, avisaron que iban a guardar el maíz que ellos siembran para evitar el “contagio” de la semilla transgénica de aquel cereal. Éste es el principal grano que producen los guaraníes en el chaco (cruceño, chuquisaqueño y tarijeño),
Ahora se conoce mejor que durante el gobierno derrotado por un alzamiento popular se autorizó el cultivo de soya transgénica y que sin autorización formal, en ese tiempo, se cultivaban semillas transgénicas de maíz y algodón.
Sobre el agronegocio es necesario un apunte adicional: la soya que producen los colonizadores de San Julián y Cuatro Cañadas, también transgénica, es comercializada por los agroindustriales grandes de Santa Cruz, que son los que más ganan. Los colonizadores de San Julián y Cuatro Cañadas no tienen acceso directo al mercado internacional, según voceros de ese grupo de colonizadores, que están entre los agricultores con ingresos de sobrevivencia y no así con agricultores medios y prósperos y aliados del MAS. Pobladores de aquellas dos localidades cruceñas han bloqueado el camino Santa Cruz-Trinidad y, por tanto, están entre los corresponsables de la retención de oxígeno que ha causado que al menos 40 bolivianos murieran y además provocaron una parte de las pérdidas económicas.
Agradezcan o no, el anterior gobierno ayudó a la producción de la materia prima para la elaboración de biocombustible, sin considerar que los granos o los productos agropecuarios antes que nada deben asegurar la alimentación de los bolivianos.
Fidel Castro, tras del anuncio de la producción de biocombustible en la región latinoamericana y caribeña, dijo no se debía sacrificar los alimentos para la gente por los biocombustibles. El que el entonces gobernante autoritario no escuchara respecto del biocombustible a su aliado de la Mayor de las Antillas es muy demostrativo de que en esa materia, para Morales, fue políticamente preferible aceptar un acuerdo con empresarios antes que defender la soberanía alimentaria de la que parloteaban.
Áñez ha celebrado hace unos días la producción de biocombustible como señal de acuerdo pleno de los actuales gobernantes con los agroindustriales.
Se sabe que para producir más granos y otros para la elaboración de biocombustible se requieren más tierras, y para conseguir este factor de producción agrícola recurren al desbosque y a la quema, la que con frecuencia provoca incendios.
Ahora está más claro por qué los gobernantes interinos mantienen los denominados decretos supremos incendiaros que firmó Evo Morales en alianza con empresarios, algunos de los que se animaron a defender al exPresidente cuando ardía la Chiquitania y éste se negaba y se negó a declarar desastre nacional para que llegue a Bolivia la ayuda internacional y de la ONU para apagar el fuego que acabó con más de cinco millones de hectáreas de bosque seco y la vida de muchos animales.
Branco Marinkovic, ex Presidente del Comité Pro Santa Cruz y dueño de una industria de aceite comestible, que se apropió de laguna Corazón, cuyos dueños eran (en realidad seguimos siendo) los bolivianos, es ahora ministro de Planificación. Áñez ha incorporado al grupo de ministros a un representante orgánico de los grupos económicos cruceños, que son los que mandan en la región.
La mirada de los gobernantes hacia el exterior tiene como objetivo principal el desarrollo de relaciones (las mejores a su alcance) con los gobernantes de Estados Unidos. En esa dirección estuvo y está el rompimiento de relaciones diplomáticas con Cuba y Venezuela, para lo que utilizaron un pretexto: la supuesta intervención de un posible combatiente de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FAR-EP) en un enfrentamiento ocurrido en Montero en octubre-noviembre del año pasado durante el alzamiento del pueblo contra el gobierno autoritario. Otro pretexto fue una aparente intromisión de los cubanos en ocasión del alzamiento, denominado golpe de Estado por los masistas y por su jefe.
Los gobernantes actuales buscan representar como el que más a los grupos sociales dominantes de Bolivia y especialmente de Santa Cruz y el Beni, y a esos grupos económicos sirven abiertamente.
Dicho sea a vuelapluma que el candidato Luis Fernando Camacho parece que perdió la pulseta frente a la Presidenta y candidata, quien parece recibir el respaldo político de los empresarios menos fachos, en tanto que Camacho (facho se le dice en ámbitos políticos) al parecer cuenta con el apoyo de los dirigentes cívicos y otros de la misma laya que dijeron que iban a desbloquear porque no quisieron hacer eso los gobernantes con la fuerza de militares y policías.
Desde el pueblo debemos ver con ojos abiertos y escuchar sin sorderas fingidas la esencia del comportamiento de los gobernantes. Así leeremos la realidad sin equivocarnos y constataremos que los grupos económicos dominantes de Santa Cruz, Beni y Bolivia tienen en los gobernantes actuales sus seguros servidores.
Si leemos bien la realidad descrita en esta nota desde el puesto de los explotados y oprimidos (el verdadero pueblo) podremos mermar, mermar y mermar el apoyo electoral a la Presidenta y candidata.