Editorial de Aquí 319
Candidato masista en campaña electoral facilitada por sus adversarios políticos
Luis Arce Catacora comentó una encuesta según la cual él ganaría las elecciones del 6 de septiembre próximo.
De acuerdo con la ley electoral, ese comentario puede inducir a que los electores voten por él, por lo que está prohibido por esa norma.
Arce Catacora, por ese comentario, que confirmó haber realizado, hasta el cierre de esta edición ha sido denunciado por cinco actores, ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE), para que este órgano del Estado boliviano procese y defina, probablemente, la cancelación de la personería jurídica del MAS y, por tanto, anule las candidaturas masistas a la Presidencia, Vicepresidencia y a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).
El candidato masista, con ese comentario, habría cometido una falta electoral. Sin embargo, voceros masistas dicen que no hubo ni hay esa transgresión a la norma electoral por parte de su candidato.
Los masistas van lejos en la defensa de sus candidatos y de su personería partidaria: plantearon ante el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) una demanda de inconstitucionalidad del artículo de la ley electoral que prohíbe a los candidatos propagar encuestas fuera del calendario electoral y de los plazos que correspondan.
Vale recordar que aquella ley electoral fue aprobada por la mayoría masista de los parlamentarios.
La norma que comentamos fue aplicada contra candidatos de los demócratas, ahora en el gobierno interino, porque el que en ese momento era candidato a gobernador de Beni difundió una encuesta sobre preferencias electorales, supuestamente, favorable al candidato señalado.
Los entonces miembros del tribunal electoral, amigos del MAS según se supo, inhabilitaron electoralmente a los demócratas y a más de 200 candidatos en Beni.
Esa resolución se considera una jurisprudencia, es decir, que la demanda contra Luis Arce debe ser resuelta por el TSE como ocurrió respecto de los demócratas en Beni.
La primera demanda, presentada antes de las otras cuatro, fue admitida por el TSE y en consecuencia corren los plazos en un trámite sobre el que se espera una resolución que anule la personería jurídica del MAS.
Arce Catacora, al parecer, quiso provocar a los políticos antimasistas, los que han iniciado los procesos citados.
Desde el comentario del candidato Arce, sobre esas encuestas, de acuerdo a los dichos y los hechos, los gobernantes durante 14 años, hasta este momento ganan porque han conseguido situarse en la coyuntura (“momento de la lucha de clases”): los últimos días y en distintos tonos se habla de ellos y, especialmente, del candidato Arce Catacora.
En las filas masistas sirve mucho que se los agreda, como afirman ellos, incluso algunos de sus voceros han dicho que otra vez los “racistas” quieren anular la personería del MAS.
Como acostumbran los masistas, el candidato Arce envía mensajes a sus partidarios, a quienes mantiene en movimiento.
Entre los políticos bolivianos no se debe olvidar que los masistas, y sobre todo su jefe, en diferentes momentos representaron el papel de víctimas, lo que les dio buenos resultados.
Arce aparece ahora como víctima, rol con el que espera ganar, y seguramente ya ganó entre sus conmilitones con la tercera parte o menos del electorado en Bolivia. Arce Catacora no debe estar seguro de ganar las elecciones en la primera vuelta y tendría que esperar sólo la derrota en una posible segunda vuelta electoral.
Si el TSE estableciera que, con su comentario, Arce cometió falta electoral debería aplicar la ley, pero las consecuencias políticas sólo pueden advertirse en sus rasgos más generales. En ese caso, los masistas rechazarían una eventual anulación de su personería jurídica con movilizaciones, es decir, los masistas serían llamados a su juego: a un quehacer sociopolítico en el que tienen fortalezas más que debilidades.
Es que los masistas sueñan con reconquistar el poder político en las elecciones o más allá de las elecciones.
Es posible que el MAS, sin personería jurídica, se batiría en las calles y en los caminos para recuperar el poder antes que su registro en el TSE.
Especialmente a los de Juntos les interesa que el MAS y sus candidatos salgan de la carrera electoral porque, eventualmente, podrían buscar una victoria electoral en una probable segunda vuelta, si las encuestas que se conocen se las toma como muestras que señalan tendencias.
Sin embargo, parece difícil o imposible que Juntos se reponga en lo que resta de la campaña anticoronavirus como para contar con mayor apoyo electoral.
El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, declaró para el diario El Deber de Santa Cruz que su gobierno está desgastado, confesión que da pistas para entender que los gobernantes interinos no consiguen el respaldo que todos los días persiguen en su campaña electoral cada vez que dicen que ellos se ocupan de la salud y de la vida de la gente y que otros ejercen la política.
Asimismo, los gobernantes interinos probablemente constatan que los planes que ellos ofrecen, de reactivación de la economía y de una aparente defensa del trabajo de la gente, no arrojarán los resultados en semanas.
La propuesta-decisión de la presidenta interina Jeanine Áñez de conceder el bono salud de Bs.500 tiene miras electorales antes que la preocupación por los escasos ingresos de asalariados y no asalariados. El complemento de esa movida electoral de la Presidenta interina es el pedido a la mayoría de asambleístas del MAS para que aprueben un crédito del FMI, con el que se pagaría ese nuevo bono.
Frente a esa propuesta-decisión, el candidato masista a la Presidencia del país, también como parte de su campaña electoral, ha dicho que él cree que el bono ofrecido por Áñez es insuficiente y que ese bono de salud debe ser de Bs.1.000 y que los parlamentarios masistas aprobarán un bono de este monto.
No cesa, pues, la acción política ni se registra cuarto intermedio en la campaña electoral, ni en el momento de más contagios y de más muertos por el coronavirus.
Los masistas, facilitados por sus adversarios políticos, se sitúan en el centro de la coyuntura y se comportan como referencia ineludible,
Los juntistas consiguen prorrogar el mandato de Áñez, tiempo en el que creen que enmendarán sus fallas evidentes en la campaña anticoronavirus y que conseguirán más apoyo electoral para la Presidenta y candidata.