Editorial de Aquí 296
El gobierno que surja de las elecciones del 3 de mayo será más o menos reformista-burgués
Los candidatos que disputan la Presidencia, Vicepresidencia, senaturías y diputaciones, con diferencias menores, tienen similar representación de clases sociales, ideas parecidas, prácticas políticas indiferenciadas, aliados casi iguales, posibilidades electorales comunes y, el servicio destinado a prestar, casi el mismo.
El masismo, campeón en la invención y difusión de mentiras, asegura que ganará las elecciones porque cuenta con la tercera parte del electorado, al que trata como a un cautivo que, además, lo que sabe es votar por sus candidatos, sin que les importe cuáles y, asimismo, son duchos en cometer fraudes electorales, los que saben encubrir.
Los de Comunidad Ciudadana (CC), se advierte que confían que el electorado que le apoyó en las elecciones anuladas, mantendrán su preferencia por el binomio Mesa-Pedraza y que repetirán su votación esta vez para ganarle de nuevo a los seguidores del exPresidente refugiado ahora en Cuba, luego de abandonar Argentina, por cuestiones de salud, según se informó, lo que se considera dudoso.
A los de CC parece que no les conmueve la separación de políticos que cambian según el viento de la intensidad que sea.
Los candidatos de comités cívicos, Camacho-Pumari, aparentan fortaleza que se nota que no la tienen; sus limitaciones se ven cada vez con más claridad, son audaces sin medida, el federalismo los une hasta por ahí nomás, ni siquiera cuentan con el respaldo de todos los llamados dirigentes cívicos: en Santa Cruz, Branco Marincovich apoya a la Presidenta interina y candidata y, en Potosí, hay dos bandos entre los cívicos: los unos respaldan a Pumari, quizá a desgano, y otros tienen otras preferencias electorales.
Jeanine Áñez Chávez, busca que se admita su candidatura a Presidenta de Bolivia y mantenerse como Presidenta constitucional provisional, a pesar de que la Constitución Política define que sólo pueden ejercer el mandato presidencial y vicepresidencial, y postular a la reelección, los elegidos en las urnas. Otros interpretan que la Ley Fundamental boliviana respalda la decisión de Áñez y los demócratas, para que la ciudadana del Beni ejerza como Presidenta y como candidata a la Presidencia a la vez.
Dicen que los que están juntos con la Presidenta interina, y ella misma, buscan la unidad de todos; por lo visto pretenden juntarse con otros grupos políticos, más allá de coincidencias y diferencias, a lo movimientista, los que dicen que no importa el color del gato, que lo que sí cuenta es que el animal cace ratones; así el discurso lo acomodan a las circunstancias.
Los demócratas han descubierto que ahora es cuando; no esperaron nada más y se empeñan en una unidad de conveniencias chatas: creen que mantendrán el poder con Áñez.
Tuto Quiroga y los emenerristas, autodefinidos como los mejores en la disputa electoral, con dificultades visibles, se aprestan a conseguir el gobierno con una coalición marginal que convence a pocos. Son neoliberales, pero ni puros ni competentes.
La candidatura del actual Gobernador de La Paz, no merece más referencia que reiterar que la tercera vía (ni capitalismo ni socialismo) ha sido derrotada allí donde se lo ha propuesto y se ha intentado aplicar. Los peronistas en Argentina, y los seguidores de Haya de la Torre, en Perú, para hablar de lo más conocido por nosotros, son ejemplos de aquel fracaso porque la proclama citada acaba transitando por la vía capitalista, casi siempre sin tapujos.
El candidato de ascendencia coreana en Bolivia, acaso reciba otra vez el apoyo de los protestantes en sus más diversos matices, aunque algunos suponen que esa masa de creyentes, quizá el 3 de mayo próximo, se equivoquen menos que el 20 de octubre de 2019.
Todos aquellos candidatos afirman que defienden la democracia y la libertad política, especialmente.
Ocultan o no admiten que la democracia es un régimen de y para la dominación de una o varias clases sociales y sus expresiones políticas, respecto de otras.
Y la democracia de la que se habla no es la democracia del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, es decir, la democracia de los explotados y de los oprimidos.
Los masistas parlotean sobre la defensa de la democracia, luego de violarla sin atenuantes, en contra de los bolivianos y a pesar de latinoamericanos, caribeños y pueblos del mundo.
Esos masistas ocultan que el descomunal fraude electoral —cometido o tolerado por ellos— culminó con el recuento tramposo de votos de la consulta del 20 de octubre; la que fue y es una acción democracida, un crimen contra la democracia, que ellos dicen defender. Esos mismos masistas se apoyan en los despojos de esa democracia para volver al poder.
Las otras agrupaciones políticas, que compiten en la arena electoral, definen de manera casi semejante a la democracia y se benefician con creces de ese sistema político.
Hay diferencias, empero, entre lo que dicen y lo que hacen y harán, probablemente, los candidatos en pugna. Por ejemplo, hay distancias entre los de la CC y los politicastros que tienen el ropaje de exdirigentes civicos, Camacho y Pumari. El “Macho” Camacho, es un político de última hora, que cae simpático sobre todo a las y los menos politizados. En Santa Cruz y el país, en las redes sociales, circula la imagen de un joven Camacho, con gorra, barba rala y semicrecida, “lindo”, en particular, para más mujeres que para hombres. Nótese que esa es una de las formas de la adhesión hacia el exPresidente del Comité Pro-Santa Cruz. Ideas raras o ninguna para respaldar esa simpatía que es respetable, pero movediza.
La Presidenta Constitucional interina no atrae ni por sus ideas (poco conocidas) ni por su investidura. Los que están juntos en ese acuerdo, en mucho palaciego, aseguran que Áñez construye la unidad de los bolivianos y que pacifica el país.
Se advierte que algo tiene a la vista la Presidenta: ambición de poder, acaso inducido por los llamados demócratas.
Tuto Quiroga y Félix Patzi se parecen en que ellos hablan de si mismos y parece que ellos se convencen de que sin su aporte nada importante se conseguirá en Bolivia. Hablan de la democracia vigente para servirse de ese régimen para la dominación.
En otro editorial de Aquí opinaremos sobre los programas de los que quieren gobernar nuestro país.
Sin embargo, como adelanto cabe decir que los candidatos masistas ofrecen las metas antes planteadas para llegar al Bicentenario de la fundación de Bolivia: reformas burguesas que en nada reemplazarán al capitalismo dependiente y atrasado.
La CC es una alianza socialdemócrata que se presenta avanzada en el discurso, la que no siempre es o será avanzada, veremos su práctica desde el poder o desde el llano; son demócratas burgueses actualizados, con una sensibilidad social, como demanda la gente que espera soluciones económicas y bienestar social.
Sin decirlo expresamente, los demócratas de Juntos ofrecen como modelo, que aplicaría Áñez, el de Santa Cruz: economía pujante, pero en vías de transnacionalización y libertad política sobre todo para los de siempre, los sectores acomodados y en ascenso económico y social.
Aquí hacemos una pascana. Seguiremos por esta ruta en este tiempo electoral en Bolivia.
Subrayamos, sin embargo, que cualquiera que sea el bloque que gane el gobierno el 3 de mayo próximo, asumirá reformas que mantendrán el capitalismo dependiente y atrasado, con más o menos reformas y libertades burguesas. Nada más.