editorial
Para nosotros es ineludible referirnos, en este espacio editorial, a lo que calla el mensaje del Presidente boliviano, pronunciado desde Cochabamba, el 6 de agosto de este año.
Lo hacemos, brevemente, porque consideramos que un discurso-balance de un año de labores debió ser autocrítico; aunque pedirle autocrítica, en el discurso y en la acción, a Juan Evo Morales Ayma es como esperar que las piedras de Comanche (con las que estuvieron empedradas las calles de La Paz) dén aceite comestible, es decir, imposible.
—Sobre el Censo 2012 el Presidente afirmó que él nunca manipuló cifras. Y nosotros afirmamos, apoyados en gente que trabajó en el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que en éste antes se manipuló datos y ahora también lo hace por instrucciones de gobernantes y/o del Presidente.
Crece el descrédito de las cifras del Censo, incluso entre gente que apoya a los gobernantes, sólo que tienen que callar también sus dudas. Se muerden la lengua para no hablar. Es que si hablan acabarían cuando menos en el sitio en el que están los “librepensantes” (lindo lugar al fin si es un puesto para seguir la lucha).
El Presidente nada dijo de las fallas en la que incurrieron los responsables de la organización y ejecución del Censo 2012. Quizá la crítica más ponderada sea la de Jubileo que identifica seis errores de aquél: cartografía incompleta, preguntas inexactas, falta de capacitación de encuestadores, preguntas sin traducción a idiomas originarios, boletas sin datos, 5.000 llamadas de quienes no fueron censados, algunos fueron censados cuando menos en tres ocasiones. Añadimos que el día de la consulta, un número indeterminado de gente no fue censada, pero en su domicilio se anotó que sí fueron encuestadas.
La consecuencia es la contradicción irresuelta entre los resultados preliminares (de enero de este año), entregados por el Presidente, y los oficiales conocidos hace días.
A propósito de los datos preliminares del Censo, el Presidente culpó a periodistas por haber insistido en que él informe y lo hizo. Lo que oculta el primer mandatario es que padece de adicción al micrófono: habla cuando debe callar o calla cuando debe explicar.
Ocurre ahora lo que sugirió, aquí en La Paz, un ex ministro venezolano: la imagen y la palabra del Presidente boliviano deben dar vuelta al mundo todo el tiempo.
Una yapa extra mensaje: el Presidente dijo, sin que algún periodista le pregunte, que empezaron su campaña electoral. Hace días para el diario paceño La Razón declaró que no está en campaña que le interesan las nuevas generaciones antes que las elecciones. Ésta es una frase destinada a hacernos creer que es así.
Sobre el Censo, además, cabe un apunte: para los gobernantes, ahora, incluso el Banco Mundial es bueno para que avale las cifras del INE. La sugerencia de la encuesta es para devolver la credibilidad perdida a esos resultados oficiales y finales. Y reiteramos que es una ingenuidad admitir que no hubo manipulación de los números del Censo 2012 y también es otra esperar que esos datos se validen con una encuesta a casi 9 meses de esa consulta.
¿Por qué va bien la economía boliviana? De acuerdo a la Cepal porque los precios de las materias primas en el mercado internacional, del gas y de los minerales, son muy favorables para Bolivia. El dinero ahorrado en el Banco Central, las reservas internacionales, no son el resultado de haber agregado nuevo valor a las materias primas. Éstas se venden sin transformación alguna y sólo hace días que en las plantas procesadoras de gas natural se extraen componentes que antes se obsequiaba a Brasil y Argentina.
El Presidente calló los desaciertos en la instalación de las empresas públicas, como la de papel, cartón, leche. Más aún, la máxima ejecutiva a cargo de esas futuras industrias, que todavía no son, dijo que lo que interesa a los gobernantes es el trabajo para los operarios y que las utilidades no importan. En el mundo no debe existir estrategia industrial como ésa. Y el Presidente: “callado nomás” el 6 de agosto sobre un asunto importante.
El agua es un derecho humano no sólo en Bolivia sino en países del mundo que han asumido la resolución de la ONU. Sin embargo, hace semanas se aprobó como parte del proyecto de ley de minería que no se consultará a los comunarios que podrían ser afectados por la exploración y la prospección minera y que, por tanto, sólo habrá consulta ante las operaciones extractivas. La consulta sin embargo, debe ser previa, informada y de buena fe, según la Constitución Política del Estado, entre otras normas. Recordemos que para la extracción de cobre y su procesamiento en Corocoro (La Paz) nada se consultó a los vecinos del lugar, no obstante de que el uso del agua en esa industria, limitó el consumo humano de ese elemento vital. Es necesario recordar, asimismo, que en la mina San Cristóbal (Potosí) el consumo de agua en un día, es como el consumo de ese recurso por la población de El Alto en un mes, según expertos; por ello, disminuye el agua de Laguna Colorada y, por tanto, la biodiversidad allí se agota. La reserva de agua dulce del TIPNIS mermaría considerablemente si se construye el camino de la discordia. El acceso al agua potable será cada vez más difícil en nuestro país, es decir, el derecho humano al agua será cada vez menos fácil ejercer, entre nosotros, sobre todo si continúa la provisión de agua potable para los que carecen de ese servicio elemental (lo que es positivo), pero si al mismo tiempo se dilapidan y/o se contaminan las fuentes de agua dulce. Lo destacable en esta materia es que la gente, de diferentes lugares de la patria, defiende cada vez más y mejor ese recurso natural.
Han sido saneadas 56.8 millones de hectáreas en 8 años, en los dos mandatos de Morales, desde 2006 a 2013. Antes cada hectárea fue saneada con 10 dólares, en tanto que en este último tiempo sólo se gastó Sus.- 1.77 por cada hectárea de tierra saneada.
Qué no dijo el Presidente sobre la tierra y el territorio. Que los indígenas son propietarios colectivos del territorio, que el TIPNIS es reserva natural y territorio de los originarios, por ello, con un decreto supremo firmado por el actual primer mandatario, es a la vez una Tierra Comunitaria de Origen (TCO).
Silencio de Morales Ayma respecto de la recomendación de la Cumbre de Cochabamba (diciembre de 2011 y enero de 2012) para que se les conceda una pausa (cuarto intermedio) de cinco años a los latifundistas y que luego de ese tiempo se retomaría el saneamiento para establecer si esas tierras, de los patrones del agro, cumplen una función económica y social, como dispone la CPE. Un proyecto de ley se “estudia”, en la Asamblea Legislativa Plurinacional, para autorizar la pausa. Antes un proyecto de ley con similar contenido fue enviado a la ALP, por encargo de la entonces Presidenta interina, Gabriela Montaño.
Son más las omisiones del mensaje presidencial, que consideramos un “regalo” desafecto en el día de la patria. Nos ocuparemos de ellas en otras notas de este semanario. En ésta añadimos que lo que calla Juan Evo Morales Ayma sabe a mentira, para decirlo con el verbo de Espinal. Y el referido silencio del Presidente es un discurso electoral anticipado