la paz
Jaime Saenz
Cada centímetro de sus aceras, cada ventana, cada árbol y cada poste, conocen la sangre que las paceños han vertido…
Con terrible denuedo, el pueblo de La Paz ha luchado en la plaza Murillo, a lo largo de cuatro siglos, en la colonia y en la vida Republicana, señalando con su sangre momentos de grave y magna memoria, combatiendo con garrotes, con piedras y palos, con arcabuces y lanzas, con espadas y cuchillos, con pistolas, con cañones, con bombas y fusiles, con ametralladoras y cargas de dinamita.
Cada centímetro de sus aceras y de sus calles, cada ventana y cada puerta de los edificios que la circundan, cada árbol y cada poste en sus cuatro costados, conocen la sangre que las paceños han vertido, siempre con nobleza y en todo instante, en defensa de la libertad y de la justicia.
Indudablemente la propia configuración de la plaza Murillo, así como la ornamentación pública y los edificios, han sufrido cambios a lo largo de las años; mas hay algo que no ha variado ni podrá variar jamás, y es el espíritu rector por el que este sitio de la Patria, ubicado en La Paz precisamente, constituye hoy y siempre el más alto símbolo de la bolivianidad.
Tomado de: Jaime Saenz. Imágenes paceñas: lugares y personas de la ciudad. La Paz, Difusión, 1979. pp. 66-67