Pisando tierra
Marcela Barrios
AquíCom/MTBB/19/09/201). ¿Cómo se puede disminuir los hechos de violencia?, ¿podemos hacer algo las mujeres, ya sean madres, hermanas, abuelas, tías, hijas?, ¿pueden hacer algo los varones, padres, hermanos, abuelos, tíos, hijos?.
En muchos hogares se escuchan frases como: “deja hijito, que haga tu hermana”, “tienes que ser machito, no llores”, “los hombres no lloran”, “el color rosa es para las niñas y el celeste para los niños”. Estas frases, no sólo son eso, porque las palabras reflejan e influyen en el comportamiento cotidiano de muchos padres, madres, hijos e hijas y otros familiares.
Este comportamiento cotidiano en muchos casos provoca hechos de violencia de diferentes tipos, ya sea económica, física o psicológica, entre otras. Se conoce que siete de cada 10 mujeres son víctimas de diferentes tipos de violencia en Bolivia y las noticias, nos dicen que casi a diario se producen feminicidios.
La violencia contra las mujeres, según el activista contra el sexismo en Estados Unidos, Juan Ramos, es una problemática que no debe ser tratada como un problema exclusivo de las mujeres, sino del ser humano, es decir, de hombres y mujeres.
“Hay que incidir en el valor que tiene el hombre, que no ve a la mujeres a su mismo nivel, lo que causa actos de violencia. En Estados Unidos hay leyes, pero la tarea empieza en cómo los hombres vemos a la mujer”, dijo este activista en una entrevista que fue publicada en el periódico Pagina Siete el 27 de agosto de este 2014.
Asimismo, señaló que los hechos de violencia pueden prevenirse a través del diálogo y la educación. “Debemos educarnos, educar a los jóvenes para que entiendan las leyes que se introducen. Hay que iniciar con un sistema de diálogo masculino dentro de la comunidad para buscar las soluciones a este problema. Las iniciativas deben empezar en nosotros. Siempre dejamos que la mujer busque cómo debe ser protegida pero no nos preguntamos cómo contribuir a ello. Sin nosotros no hay solución”. También sugiere que las leyes que protegen a las mujeres son importantes para prevenir la violencia.
Si hombres como mujeres son parte de la solución de este problema social y que en muchos casos se convierte en un círculo que se repite una y otra vez, de generación en generación, ¿qué debe hacer cada uno o una?.
En 10 años en una institución que trabaja por el respeto de los derechos humanos de las mujeres, observé que no sólo el conocimiento de las leyes y su difusión son importantes para asumir acciones de prevención, sino que también son fundamentales los valores que cada persona tiene y que aprendió en su hogar. Si en el hogar observas y vives en medio de violencia, aprendes a vivir de esa manera y las personas aprenden a ser violentas.
Los papás y las mamás tienen la enorme responsabilidad de enseñar a los hijos e hijas, además de inculcar los valores con los que crecieron y que a su vez, aprendieron. Sería ideal que estos valores sean reforzados durante la vida escolar y hasta universitaria, pero esa, ya es una responsabilidad del Estado y autoridades nacionales, claro siempre y cuando, se quiera lograr una sociedad equitativa, como se plantea en la Constitución Política del Estado.
Una vida sin violencia, es sin duda el sueño de muchas mujeres, sobre todo de aquellas que desde su niñez vivieron y observaron agresiones en su hogar, contra sus madres o contra ellas mismas. Una vida sin violencia beneficia no sólo a las madres, sino también a los hijos e hijas, y puede brindar a los padres la posibilidad de ser más humanos, de disfrutar de su paternidad, de su sensibilidad y de demostrar sus sentimientos, sin ser censurados o criticados por ello. (AquíCom/MTBB/19/09/201).