Libertad y transparencia informativa de los periodistas

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Discurso de Pedro Glasinovic, presidente de la Asociación Nacional de Periodistas, en el X Congreso de la FDTPLP, realizado en Sorata, La Paz, entre el 25 y el 27 de enero de 2019

Estimados compañeros y compañeras:

En representación de los periodistas bolivianos afiliados a nuestras 10 asociaciones, nueve departamentales y una provincial, la de Riberalta, saludamos este magno congreso de la Federación de Trabajadores de la Prensa de La Paz y agradecemos por su fraterna invitación.

La FTPLP, tiene una larga como valerosa historia en la defensa de la democracia y de la libertad de expresión, sus dirigentes y los compañeros y compañeras de base enfrentaron duras batallas en procura del restablecimiento de las libertades democráticas conculcadas por los dictadores militares que durante 16 años gobernaron nuestro país.

El Sindicato de Trabajadores de la Prensa de La Paz, que así se llamaba antes de ser federación, fue fundado el 23 de marzo de 1954 y se constituye en el primer sindicato de trabajadores de la prensa de Bolivia.

Fue el germen para la fundación de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia (FTPB), en 1963, hoy Confederación y estuvo dirigida por prestigiosos como combativos periodistas, basta citar como ejemplo a Andrés Solíz Rada, nuestro entrañable “Chichi”, Miguel Velarde, Antonio Miranda Solíz, hombres íntegros que jamás claudicaron frente al poder venga de donde venga.

Este ejemplo debe inspirar las deliberaciones de este congreso.

Es bueno recordar a aquellos periodistas que fueron confinados en campos de concentración, donde sufrieron tortura y malos tratos, pero que tuvieron la fortaleza de resistir hasta acabar con esos regímenes de fuerza, también a quienes se vieron obligados a dejar el territorio patrio, el hogar para marchar al exilio.

A nuestros mártires como Luís Espinal Camps asesinado cruelmente por esbirros de la dictadura.

Y nuestro homenaje a quienes, desde entonces y hasta hoy, luchan por la defensa de la democracia, de los derechos humanos, de la libertad de expresión y de prensa

El trabajo del periodista es diferente al del resto de las profesiones porque se sitúa en el interés público porque ofrece un cúmulo de información que debe ser veraz e imparcial.

El periodismo por esencia debe ser libre como libres nacemos los seres humanos, la libertad y la transparencia informativa son vitales para la democracia para un pueblo que pueda formar su propia opinión y no depender de una sola voz, de un solo discurso.

Un Periodismo libre es la esencia de la democracia, frente a un discurso hegemónico, muchas voces, son mejores para que el pueblo forme su propia opinión.

El periodista es un servidor público, es aquel hombre o mujer a quien se le ha encargado el trabajo de informar a la sociedad, a la comunidad sobre hechos que sean de su interés por lo que tiene una gran responsabilidad.

El Periodista cuenta historias, narra hechos que son de interés público, es un transmisor entre la fuente de información que generalmente es el poder político o económico pero también cualquier ciudadano que sea protagonista de un acontecimiento de interés, con el público a quien llega su mensaje.

Los Periodistas no somos ni jueces, ni verdugos, nuestro trabajo debe terminar en la denuncia para que la justicia y las autoridades llamadas por ley actúen de acuerdo al ordenamiento vigente. Asimismo nuestra labor tiene un freno y es la puerta de un domicilio al cual no podemos ingresar si no es con permiso del propietario.

Nuestro trabajo se realiza siempre bajo presión, es por eso que a menudo las informaciones carecen de rigor, esto lleva muchas veces a la improvisación y que en algunas oportunidades se tome un simple rumor como una verdad.

No olvidemos una de las reglas claves del buen periodismo y es la de siempre, confirmar la fuente de la información.

Un buen Periodista debe guiarse por nuestros códigos de ética que establecen que siempre se debe decir la verdad, Periodista que miente deliberadamente deja de serlo pero si se miente por error o influencia externa se debe tener el coraje de rectificar lo más pronto posible.

Todos los seres humanos así como los grupos sociales, merecen nuestro respeto, se los debe tratar con la consideración respectiva y dar voz a todos los protagonistas de nuestras historias.

Decíamos que los periodistas trabajamos siempre bajo presión y una de ellas, de nuestro tiempo es la conocida como “efecto agenda” que no es otra cosa que las agendas que las entidades públicas quieren imponer todos los días y las conferencias de prensa diarias que quitan tiempo y no dejan espacio para otros temas.

Es la estrategia de las direcciones de comunicación, para imponer los temas que les interesan. Ahí es cuando el periodista debe aprovechar para preguntar y avanzar más allá de la agenda oficial, es decir dejar de hacer relaciones públicas y hacer periodismo. No olvidemos que la pregunta es un arma eficaz para el desempeño de nuestro trabajo.

Esta presión visible todos los días en nuestro país, induce al ejercicio de un periodismo declarativo, sin análisis, sin investigación. Nos convertimos en repetidores de lo que dicen las oficinas de prensa de las entidades oficiales.

La mera información o repetición de las declaraciones oficiales están matando los géneros periodísticos y convirtiendo a los periodistas en parlantes que amplifican el discurso oficial.

La nueva Constitución Política del Estado si bien contiene preceptos que apuntalan la libertad de expresión y de prensa, el derecho del pueblo a estar verazmente informado, el derecho a réplica y la libertad de pensamiento, existen otras normas legales que contradicen estos preceptos.

Un estado democrático se reconoce por su respeto a la libertad de expresión, de prensa, de opinión, en suma de pensamiento. Por eso es que nuestras instituciones acuñaron el slogan “Sin libertad de expresión, no hay democracia”.

En nuestro país tenemos libertad de expresión pero con fuertes presiones de carácter legal que en varias ocasiones judicializaron nuestro trabajo así como declaraciones de los más altos dignatarios que descalifican la labor de nuestro gremio con peligrosas generalizaciones confundiendo el papel de empresarios o propietarios, con los obreros de la información que somos los periodistas.

La judicialización de nuestro trabajo lo tenemos hoy día con los procesos penales contra el periodista Wilson García Mérida, director de Sol de Pando y ahora con la amenaza de ENTEL de abrir un proceso penal contra Raúl Peñaranda, director del periódico digital La Brújula Digital.

Ambos compañeros tienen nuestro apoyo y solidaridad expresada en varios comunicados y declaraciones oficiales. La Ley de Imprenta está vigente y constitucionalizada y es la que se debe aplicar en el caso que un periodista haya cometido un supuesto delito de imprenta y no la justicia ordinaria.

Los periodistas defendemos la libertad de expresión desde siempre, defendemos la democracia y los derechos humanos, fuimos un sector estratégico y determinante para la recuperación del estado de derecho cuando los gobiernos de fuerza tomaron el poder en Bolivia.

El 10 de octubre de 1982, marcó un hito, Bolivia volvía a la democracia conculcada durante 16 años, los periodistas pensábamos en una primavera para la libertad de expresión. Nos equivocamos, desde entonces y hasta nuestros días el poder político quiere controlar el flujo informativo, los contenidos de los medios.

Es contra esto que los periodistas luchamos, lo hicimos en el pasado, continuamos haciéndolo hoy día y también lo haremos en el futuro, nuestra lucha será permanente por la libertad de expresión, por la transparencia en el manejo de la cosa pública.

El poder es efímero, un día termina, los periodistas fuimos, somos y continuaremos siéndolo más allá del tiempo.

Gracias y mucho éxito compañeros.

Pedro Glasinovic Villafán

Presidente Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB)

Sorata, 25 de enero de 2019