Claudia Angélica Villca Ugarte
(AquíCom/06-11-14) Aunque a muchos no le gusta la idea, las celebraciones de Todos los Santos y Halloween en Bolivia están iniciando una convivencia armónica cada año.
La noche del 31 de octubre, fecha de Halloween, víspera la celebración de Todos los Santos, en la ciudad de La Paz, una crecida cantidad de niños salen a las calles, especialmente de la zona sur y algunos otros sitios del centro urbano, disfrazados de personajes de terror con sus calabazas de plástico para llenar de dulces. Sus padres y familiares son quienes les animan en la costumbre más propia de los países del norte de América, no necesitan mucha preparación para ello sólo un disfraz y las ganas de pedir dulces o asustar. Al llegar la media noche esa “costumbre” termina.
Al día siguiente, dentro de las costumbres de la celebración de Todos los Santos, en Bolivia, se dispone una mesa para recibir a las almas de los difuntos que, según la tradición, llegan al mundo terrenal para compartir con los vivos. La mesa es una especia de altar con pan en figuras de personas, animales y objetos, con fruta, flores, velas, comida, golosinas y algunos otros alimentos del gusto del difunto. Las tradiciones de este festejo católico se dan hasta el día siguiente cuando se recoge la mesa y se lleva los alimentos a un cementerio donde se la reparte a cambio de oraciones para los fallecidos.
Aunque muchos dicen que la tradición de Todos los Santos del país está siendo relegada ante el ingreso de Halloween y que incluso podría remplazarla; una se da antes que la otra, y como ocurre desde hace algunos años, ambas se celebran sin problemas.
Sin embargo, es muy cierto que depende de la familia el inculcar a los niños las tradiciones bolivianas, si no se desea que se pierdan. Todos los Santos es una tradición que se prepara con varios días de anticipación al 1 de noviembre, incluso semanas, con la realización de las masitas. Una festividad con muchos matices y colorido, muy rica en costumbres.
Quiérase o no Halloween va adquiriendo más fuerza cada año, especialmente con los niños y las fiestas de disfraces; sin embargo, muchos no saben que sus raíces están vinculadas con la festividad de Todos los Santos y por ello se celebra en sus vísperas. Los antiguos celtas creían que la línea que une a este mundo con el otro mundo estrechaba permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como malévolos) pasar a través. Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados.
Las circunstancias se dan para que la costumbre anglosajona se sitúe en Bolivia; sin embargo, es muy importante que los niños sepan cuáles son sus raíces y los países donde se la realiza. A diferencia de Halloween, Todos los Santos no se trata de un juego, es más espiritual y hace que una persona prepare con cariño la mesa para algún ser querido que ya no está en el mundo terrenal (AquíCom/06-11-14).