Las medidas punitivas son insuficientes contra la delincuencia

Seguridad ciudadana

Redacción de Aquí

El creciente número de casos delictivos en el país en los últimos años está llevando a muchos a concluir que las causas están en la reducida cantidad de policías en las calles, pocos y malos recintos penitenciarios, penas mínimas a los culpables, corrupción en el Ministerio Público y en entre los jueces, poca o ninguna difusión de “valores morales”. Esas realidades no apuntan a las verdaderas causas y, de alguna forma, deslindan la responsabilidad de los gobernantes que como administradores del llamado Estado plurinacional no pueden asegurar que al endurecer las medidas punitivas  se garantizará la seguridad ciudadana.

El fenómeno de la violencia y la delincuencia responde a procesos donde la aparición de antivalores ético-morales llevan a la descomposición social, procesos que tiene su origen en las escasas alternativas que tienen, sectores deprimidos de la población, para ganarse la vida trabajando en sitios permanentes y con salarios que les permita una existencia digna para ellos y sus familias.

Un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA)[1] indica que de la totalidad de la población económicamente activa (PEA), sólo el 35 por ciento es remunerada; y el resto, es decir, el 65 por ciento, es informal y genera sus ingresos por cuenta propia, lo que quiere decir que a éstos nada ni nadie les asegura una constante en calidad de vida, la que entre otros parámetros se mide en la capacidad de adquirir bienes con dinero. En El Alto la informalidad en el trabajo alcanza al 72 por ciento…

La aprobación de actitudes inmorales por autoridades gubernamentales, lo que en el fondo es apología del delito, es también un componente que lamentablemente es emulado por algunos ciudadanos que consideran que para sobrevivir y sobresalir en la sociedad hay que aprovechar, hay que atropellar, hay que ser abusivo y prepotente, porque así se surge y se sale de la pobreza. Algunas personas que delinquen consideran que para tener dinero hay que arriesgar y optar por acciones “fáciles” que son delincuenciales, como los asaltos, el narcotráfico, los secuestros, la formación de pandillas (desde temprana edad), la violencia intrafamiliar, etc.

Por ello, la marcha gigantesca de los cruceños y residentes en Santa Cruz, del 11 de este mes, es un acontecimiento que los gobernantes, especialmente, deben tomar en cuenta; también medios de difusión, como el matutino La Razón de La Paz. Por similares consideraciones sirve muy poco la falacia de que la lucha por la seguridad ciudadana “no se debe politizar”, como se propaga desde el diario gubernamental Cambio.

 Mientras los gobernantes no garanticen fuentes de trabajo permanentes, con salarios dignos, con seguridad social y de salud, con respeto a los derechos laborales y sindicales —lo que significaría mejoras en la calidad de vida— no se detendrá la degradación social en la que se entra en los últimos años, donde la lógica del “aprovechamiento”, ilegal e ilegítimo, se ha impuesto en el comportamiento  de la mayoría de los ciudadanos, sea de cualquier clase social a la que pertenezca.

[1] http://eju.tv/2013/06/65-de-cada-100-personas-en-bolivia-optan-por-el-trabajo-informal/