Al paro general, para darle al Paraguay su perdida dignidad

Marifer Rada Prado

El 26 de marzo Paraguay tendrá un paro general convocado por las centrales de los sindicatos de trabajadores y por la federación nacional campesina, como respuesta a las políticas del actual gobierno colorado de derecha extrema.

A la convocatoria inicial se sumaron diversos  sectores, entre los que están, organizaciones estudiantiles y  partidos políticos opositores de distintas tendencias. Esta es  la primera vez en la historia del Paraguay en que la organización de un paro logra alcanzar la más amplia unidad de sectores urbanos y rurales, en todo el territorio paraguayo.

El paro expresa el profundo descontento de la población por la política económica del gobierno del empresario Horacio Cartes. Dentro del pliego petitorio se exige la derogación de la ley de Alianza Público-Privada, ley que pretende privatizar los servicios públicos y entregar el patrimonio paraguayo a los capitales extranjeros. Los manifestantes piden la detención de las políticas entreguistas neoliberales y la implantación de un modelo económico productivo y agroecológico que esté al servicio de las grandes mayorías. Del mismo modo, piden un aumento del 25% sobre el salario mínimo vigente, un control de precios de la canasta familiar, un pasaje a 2000 gs y la implementación de un boleto universitario, como respuesta a los problemas inflacionarios que  Paraguay atraviesa en este momento.

El paro también expresa el descontento de la población con el nuevo rumbo político del gobierno colorado. De esta forma, los manifestantes exigen la derogación de la ley de militarización, ley que criminaliza la lucha social y da un talante legal a la persecución política estatal. A este reclamo por la libertad de expresión y manifestación,  se une el pedido de liberación para los presos políticos que se encuentran en huelga de hambre por el caso de Curuguaty.

El caso de Curuguaty, fue el hecho que inició la destrucción de la democracia paraguaya el año 2012, con el enfrentamiento entre campesinos y policías que dejó 17 muertos y un caso que nunca fue esclarecido.  El caso de Curuguaty, también  fue el pretexto que la derecha utilizó para destituir al Presidente constitucional Fernando Lugo mediante un golpe de estado parlamentario, frenando de esta forma, cualquier intento de distribución de tierras.  

El problema de tierras mal habidas en Paraguay se inicia durante la dictadura del colorado Alfredo Stroessner  (1954-1989) quien de forma ilegal da más del 86% de tierras paraguayas al 2,6 % de la población. El paro general retoma el problema agrario iniciado en la dictadura y exige al gobierno de Cartes una urgente reforma agraria y la inmediata recuperación de tierras  mal habidas.

El panorama general nos muestra la crisis política, económica y social que tiene Paraguay debido a las políticas de la derecha extrema. Es importante recalcar que varios problemas inician y son una herencia de la dictadura Stronista que se caracterizó por el terror autoritario, la represión a la lucha social organizada y el enriquecimiento ilícito de la actual burguesía paraguaya. No es una coincidencia que Paraguay se encuentre gobernado por el mismo partido del dictador Stroessner.

Habrá que estar atentos a los hechos que ocurran el 26 de marzo, debemos velar y estar alertas por la seguridad y respeto a los ddhh de los manifestantes. Sin embargo, la unidad de los sectores opositores muestra un quiebre en el bloque golpista que aglutinó a liberales y colorados. El paro puede ser el inicio de una organización firme y unitaria que logre resistencia al rumbo autoritario y a las violentas medidas económicas neoliberales. Hoy la indignación venció al temor, la izquierda siempre nace de la rebelión.