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Guerrillera Tania consigue carta geográfica para la guerrilla del Che

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(Editorial de Voz 163)

Inmediatamente después del Che,  la mayoría del pueblo boliviano y especialmente el vallegrandino tenían y tienen en el corazón a la Guerrillera Tania.

En Bolivia, los últimos días, en medios como el diario paceño La Razón y antes en una biografía se ocupan de la “única” mujer que participó en la guerrilla de Ñancahuazú, jefaturizada por el Comandante de América.

Dos cubanas, en su libro Tania la guerrillera refieren las tareas políticas, organizativas y otras encomendadas a ella por el Comandante de la gesta del sudeste boliviano[1]. Basta leer el Diario del Che para constatar que Tania la Guerrillera  —como la nombra la gente sencilla, lo que destacamos en este nota de Voz 163— era algo así como la jefa o co jefa de la red urbana de aquella guerrilla, o responsable o co responsable del aparato paceño y boliviano de esa tentativa liberadora.

El Che, como lo hace en otros casos, reprueba que Tania la Guerrillera se quedara en el monte, enrolada para combatir, porque un jeep en el que viajó a Ñancahuazú, vía Camiri, fue secuestrado por los militares antiguerrilleros: fue detectada por los militares, como se decía entonces. Leamos o releamos el Diario del Che[2] para sacar, por cuenta propia, nuestras conclusiones y para precisar y/o reforzar las que, probablemente, elaboramos o asumimos como propias.

La Guerrillera Tania o Tania la Guerrillera (Tamara o Laura), antes de ir al teatro de operaciones, con otras mujeres bolivianas —hasta donde conocemos— compartió esas tareas, es decir, aunque haya sido indirectamente, ella desplegó similares misiones junto a otras bolivianas. Dicho de otro modo, la guerrillera alemana-argentina (además, cubana y boliviana, de acuerdo al Che), fue la que digirió o compartió la dirección de la retaguardia de la guerrilla hasta que no pudo salir del sudoeste boliviano. Que Tania haya transitado de la retaguardia a la vanguardia de la guerrilla de 1967 en Bolivia, según expertos y de acuerdo al sentido común, era algo que ocurriría. Y ella al parecer, en lo personal, estuvo preparada para esa o cualquier otra misión de esa forma de la guerra —guerrilla— en la que nadie escoge sólo lo que le guste hacer. El Che habla de los cuadros, precisamente, de esa guerrilla, para lo que sugerimos leer el anterior editorial de Voz (162) o directamente las “Instrucciones para los cuadros destinados al trabajo urbano”[3]. Instrucciones destinadas, también, a la Guerrillera Tania.

Lo esencial del aporte a esa guerrilla, de la que fue militante de la Juventud Libre Alemana (la Juventud Comunista de la ex República Democrática Alemana), fue que en Bolivia consiguió, por encargo del Che y de los organizadores de la guerrilla, nada menos que la carta geográfica de Bolivia, del Estado Mayor, esto es, un secreto militar. Los medios que ella utilizó para ejecutar ese mandato, explicables y explicados por sus dos biógrafas cubanas, acaso horrorice a otros biógrafos suyos. Sin embargo, lo esencial es que el Che y los combatientes bajo su mando utilizaron esa carta geográfica en las acciones, de las que pasaron más de 45 años; mapas con errores, de acuerdo al jefe guerrillero, lo que también fue dicho expresamente en su Diario de campaña.

Hace tiempo, medios de difusión bolivianos, asimismo, difundieron que la Guerrillera Tania, quizá para encubrir su identidad y para desinformar, convivió con un estudiante universitario paceño, el que aparentemente no se sintió burlado (o no conocemos que se haya sentido utilizado), así como conocemos que la única guerrillera del Che nunca olvidó a su morocho que dejó en La Habana, de acuerdo a testimonios difundidos incluso en nuestro país.

Ese componente humano de Tania la Guerrillera es parte del genio y de la figura de una combatiente que, de manera integral, aportó a esa causa y por eso sigue en el corazón del pueblo boliviano y latinoamericano... Y, además, en la lista de los combatientes por la segunda independencia de Bolivia.

Se sabe que la combatiente argentina-alemana-cubana-boliviana —seguimos la apreciación del Che Guevara[4]— recibió entrenamiento incluso aquí en Bolivia, en La Paz, por lo que su estadía entre la gente con la que se relacionó abarcó más de tres años, frente a la cual tuvo que mostrar ocupaciones destinadas para encubrir su actividad político-militar que era lo principal de su vida.

Lamentamos que incluso bolivianos que escriben sobre la Guerrillera Tania difunden presuntos amores de esa combatiente con el Che. Otros, más serios, aseguran que no encontraron, durante la investigación que realizaron, nada que sugiera esa supuesta relación.

Para los editores de este boletín, lo principal es que Tania la Guerrillera compartía la ideología de la Revolución cubana, el castrismo o fidelismo (ideas marxistas-leninistas, martianas y bolivarianas), por tanto, el aporte teórico y político del líder guerrillero que puede llevar el nombre de castrismo o fidelismo (también guevarismo). Para nosotros, sin embargo, el guevarismo es castrismo o fidelismo al que, los cubanos, asimilaron como sinónimo de comunismo desde los primeros años de su Revolución. Un ejemplo: invasores de playa Girón preguntaron a un joven alfabetizador de 15 años ¿eres fidelista? Y él respondió que sí. Entonces, los agresores a la Mayor de las Antillas, le preguntaron al cubano defensor de su patria si sabía que los fidelistas son comunistas, ante lo cual el cubano respondió que entonces se sentía comunista[5].

No descubren nada los que dicen que la Guerrillera Tania fue el paradigma (modelo) del joven comunista que requerían los dirigentes de la ex República Democrática Alemana. Si así fue, para nosotros ese análisis lo recogemos aunque nos parece irrelevante al que, sin embargo, tienen derecho, como es derecho nuestro expresar nuestra discrepancia respetuosa con esa interpretación.

Añadimos que las ideas de la Revolución cubana, estimularon un debate que, creemos, fue insuficiente y sigue inconcluso sobre las vías de la revolución y las formas de la lucha, la teoría y la práctica del foco guerrillero, la revolución continental en Nuestra América o Patria Grande, en ese tiempo y entre otros temas.

Aunque es o tratamos de conseguir que sea más fuerte lo que nos una a los revolucionarios, es normal (así lo debemos asumir) que haya discrepancias entre ellos (y nosotros como parte de ellos).

Sabemos, por lo que dice el máximo líder cubano (en el libro 100 horas con Fidel de Ignacio Ramonet) que él le sugirió al Che que se incorpore a la guerrilla en Bolivia, cuando ésta se encuentre en desarrollo. Pero el Guerrillero Heroico desoyó esa sugerencia, lo que no debe entenderse como ruptura entre los dos líderes. Recordemos que desde la derecha se afirma que el Che fue abandonado por Fidel, entre otras lisuras, lo que apenas mencionamos para reafirmar que, de ninguna forma, debemos reproducir, desde la izquierda, el discurso del imperialismo y de sus operadores respecto de jefes políticos y guerrilleros como el Che Guevara[6].

Sobre Tania la Guerrillera, importa mucho añadir que uniformados y civiles antiguerrilleros profanaron su restos, lo que juzgamos posible de parte de gente como esa.

Sin embargo, Tania la Guerrillera, en lo que fue su tumba durante más de tres décadas, recibió y recibe flores, así como son saludados otros héroes del pueblo. Y desde el primer año de su deceso, en el panteón de Vallegrande, las lugareñas hacían “rezar por el alma de Tania”, del Che y de los guerrilleros de Ñancahuazú. Es decir, así recordaban o rendían homenaje a esos combatientes.

Tania la Guerrillera, fue combatiente en la retaguardia y en la vanguardia de ese intento de guerra de guerrillas liberadora.

Esa combatiente estuvo y está en el corazón del pueblo boliviano y, en particular, de los vallegrandinos. Con frecuencia, entre éstos, se manifiesta a raudales un afecto particular por los combatientes de Ñancahuazú y, de manera especial, por Tania la Guerrillera. Una parte significativa de esos pobladores, además, asumen como propias las ideas del Che y de los guerrilleros que lucharon y murieron con él. Y de los poco que sobreviven también.

Tania la Guerrillera, combatiente destacada, especialmente en la retaguardia de la guerrilla comandada por el Che, por su aporte a la lucha por la segunda independencia de Bolivia, seguirá en el corazón de nuestro pueblo, del vallegrandino en especial



[1] Hablamos de la primera edición impresa cubana del libro: Tania la guerrillera, de las cubanas Marta Rojas y Mirtha Rodríguez Calderón, La Habana, Cuba, 1970.

[2] El 20 de marzo de 1967, el Che, en su Diario de campaña, a propósito de Tania, apunta: “En el campamento estaban Datón (Debray), el Pelao (Ciro Roberto Bustos) y el Chino (médico peruano), además de Tania y un grupo de bolivianos usados en góndola para llevar comida y retirarse”.

El 21 de marzo de 1967 el Che dice:

“Tania hizo los contactos y la gente vino, pero según ella, se la hizo viajar en su jeep hasta aquí y pensaba quedarse un día pero se complicó la cosa. Jozamy no pudo quedarse la primera vez y la segunda ni siquiera se hizo contacto por estar Tania aquí”.

El 27 de marzo en aquel texto leemos: “Es evidente que los desertores o el prisionero hablaron, sólo que no se sabe exactamente cuánto dijeron y cómo lo dijeron. Todo parece indicar que Tania está individualizada con lo que se pierden dos años de trabajo bueno y paciente. La salida de la gente es muy difícil ahora; me dio la impresión de que no le hizo ninguna gracia a Dantón cuando se lo dije. Veremos en el futuro”.

[3] “Es conveniente recalcar una vez más la firmeza ideológica que deben tener estos cuadros, recibiendo del movimiento revolucionario sólo lo estrictamente indispensable a su necesidades y entregando todo su tiempo y también su libertad o su vida si llega el caso. Sólo así lograremos la formación efectiva de la red necesaria para consumar nuestros ambiciosos planes: la liberación total de Bolivia”, dice el Che en esas instrucciones. Ese documento fue publicado por la editorial Siglo XXI, como anexo del Diario del Che en Bolivia, en 1968.

[4] En el cuarto comunicado del ELN de Bolivia, el Comandante de la guerrilla en curso en ese momento, afirma:

“En cuanto a los anuncios de la presencia de supuestos combatientes de otros países americanos, por razones de secreto militar y de nuestro lema, el de la verdad revolucionaria, no daremos cifras, aclarando solamente que cualquier ciudadano que acepte nuestro programa mínimo conducente a la liberación de Bolivia es aceptado en las filas revolucionarias con iguales derechos y deberes que los combatientes bolivianos, los que constituyen, naturalmente, la inmensa mayoría de nuestro movimiento. Todo hombre que luche con las armas en la mano por la libertad de nuestra Patria merece y recibe el honroso título de boliviano, independientemente del lugar donde haya nacido. Así interpretamos el auténtico internacionalismo revolucionario”.

Este texto se encuentra en la edición del Diario del Che en Bolivia citado aquí.

 

[5] Ese testimonio se encuentra en: Juan Carlos Rodríguez. Girón la batalla inevitable/La más colosal operación de la CIA contra Fidel Castro, edición ampliada, Editorial Capitán San Luis, La Habana, Cuba, 2005, p. 288.

[6] Ignacio Ramonet. 100 horas con Fidel, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2006, en la p. 338, el Comandante en Jefe dice:

“Cuando el Che, impaciente, quiere ir a cumplir su misión, le digo: ‘no están preparadas las condiciones.’ No quería que él fuera a Bolivia a organizar un grupo pequeño, sino que esperara a que estuviera organizada la fuerza. Habíamos vivido en nuestro caso toda la epopeya de la etapa inicial de nuestra guerrilla. Yo decía: ‘El Che es un jefe estratégico, debe ir para Bolivia cuando ya esté desarrollada una fuerza suficientemente sólida y probada’. El estaba impaciente; pero no existían aún las condiciones mínimas imprescindibles. Tuve que convencerlo: ‘No están creadas las condiciones.’ Porque él era un cuadro estratégico con una experiencia grande y condiciones de estadista, no debía arriesgarse en esa etapa inicial”. 

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