Unión Latinoamericana de Ciegos capacita a boliviano en Musicografía Braille

Lorgio Lucía y el arte de la escritura musical

Unión Latinoamericana de Ciegos capacita a boliviano en Musicografía Braille

Redacción: Gabriela De Alencar

(AquíCom/27-09-14) La Musicografía Braille es una herramienta relativamente nueva, su difusión es aún escasa en Bolivia; sin embargo, va incrementando su uso para la rehabilitación de personas no videntes con enfoque al arte. Lorgío Lucía (41) es una de las personas capacitadas en este sistema, es profesor de música, motivador innato y futbolista veloz con la pelota, para quienes lo conocen. En la entrevista realizada, comenta sobre su arte y su experiencia, como persona no vidente, con este sistema para aprender el arte musical.

¿Puede contarnos su historia, cuándo perdió la vista y cómo decidió estudiar música?

L.L.: Quedé ciego paulatinamente y de forma progresiva, a partir de mis 21 años, es cuando ya no podía ver nada. Fue entonces cuando empecé a preocuparme de rehabilitarme. En primera instancia aprendí a leer y a escribir en Braille, a orientarme y movilizarme, y todas esas cosas. Era músico empírico desde mis 10 años, tocaba con diferentes orquestas, pero cuando perdí la visión y, una vez que terminé la rehabilitación, es cuando empecé a estudiarla, tanto en la Normal, como en el Conservatorio.

¿Dónde realizó su rehabilitación?

L.L: La rehabilitación nos la da el gobierno a través del Instituto Boliviano de la Ceguera, el que tiene centros de rehabilitación en todos los departamentos que tiene como afiliados, yo la realicé acá, en La Paz, en Santa Cecilia (que es en la Armentia) y Luis Braille (que es en la Catacora). Ahí empecé a aprender los conceptos básicos de “Musicografía Braille”.

¿Qué es la Musicografía, dónde se capacitó en ella?

L.L.: Es la signografía musical en Braille, es decir, es la forma de escribir partituras en este sistema. Entre los años 2000 y 2001 empecé a aprender las cosas más básicas en el centro de rehabilitación y una vez que salí de allí, empecé a investigar por mi cuenta y dentro de esa inquietud inicié unos cursos internacionales promovidos por la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) que creó la Unión Latinoamericana de Ciegos (ULAC-FOAL);. Asociación que da diversos cursos de capacitación para personas ciegas, uno de los cursos que impartieron fue el de musicografía para ordenadores, realicé mi postulación y fui seleccionado como representante de Bolivia. El curso se realizó en Cartagena de Indias, Colombia.

¿Cómo percibe el trato en la sociedad a las personas con capacidades diferentes?

L.L.: La verdad, nunca me preocupé de eso, siempre han ponderado mi trabajo. Tal vez, puede ser complejo, también hay personas que quedan ciegas y se limitan, y no pueden desarrollar todo el potencial que tienen.

¿Qué cosas pediría al Estado que considera que podrían mejorar?

L.L.: Bueno hay muchas cosas pero, evidentemente, una de ellas es que se pueda desarrollar la música por distintas razones. Al no recibir información por la vista recibimos la información por el medio auditivo. Pienso que no es nomás aprender música y salir a las calles a pedir limosna y apelar a la sociedad, ellos lo denominan arte público, no es que critique eso, pero me parece que si una persona tiene tanto potencial para explotarlo, pues no me parece bien (que se haga eso).

¿Cómo es el aprendizaje de una persona no vidente en la música, cuándo se aplica la musicografía?

L.L.: El aprendizaje entre una persona vidente y una persona ciega, que estudia, es relativo. Me refiero a esto porque una persona que puede ver, puede leer la partitura con un golpe de vista y bajar rápidamente, mientras que una persona ciega tiene que buscar a alguien que le dicte la partitura para poder transcribir, tiene que memorizarla y luego tocar en el instrumento. Entonces, es un triple proceso, que hace una persona ciega para poder ejecutar una obra (musical). Una persona que ve, puede utilizar una hora para aprender una obra, una persona ciega lo hará en tres o cuatro horas, por la memoria sobre todo. Pero el resultado es hermoso, en el caso mío yo quería superarme en mis estudios musicales y con este sistema pude ingresar al Conservatorio, estudiar, y ahora me siento feliz.

“Lorgio Lucía, en sus inicios fue músico autodidacta, estudió en el Conservatorio y en la Normal, actualmente, se desempeña en el área de la docencia, interpreta diversos instrumentos: piano moderno, guitarra, charango, trompeta, clarinete, instrumentos nativos y el acordeón”.(AquíCom/27-09-14)

Ser profesional me costó lágrimas y frustración

Janeth Gamboa

(AquíCom 19-09-14). Me llamo Marina Mamani, tengo 38 años, yo nunca me he casado, sigo siendo soltera, nunca he llegado a esos lazos matrimoniales. Tengo dos hijos. Trabajo en el Gobierno Municipal de Mecapaca, como secretaria ejecutiva de la institución. Soy de la Comunidad de Avircato, del sector de Río Abajo (La Paz). Mi vida ha sido muy difícil porque no he tenido el apoyo de mis padres para estudiar y siempre he estado…

Como funcionaria pública…, haciendo méritos, tomo cursos de capacitación para liderazgo, (también) en temas de educación, siempre actualizándome.

Gente que pagó ingreso a la universidad

Por hacer una formación universitaria me ha costado lágrimas…Yo salí el año 1998 de la promoción, luego quería constituirme a la universidad para estudiar, lo que más me gustaba era administración de empresas; pero he tenido muchos peros dentro de la universidad, me han pedido mis documentos personales originales para acceder al examen de ingreso de la universidad. Ha sido muy burocrático. Gente que ha puesto dinero ha entrado y gente que hemos aprobado con un 52… nos han hecho quedar. Es muy burocrático dentro de la UMSA (Universidad Mayor de San Andrés), entrar o dar un examen de admisión… entonces, no pude lograr eso, y el único objetivo que tuve es hacer una carrera técnica, o sea, estudiar secretariado ejecutivo, ya que la institución me permitía que presente mi documentación luego, previa fotocopia de cómo estaban mis documentos. Logré hacer eso, estudié y trabajé, al mismo tiempo, en el Instituto… en la ciudad de La Paz. Ha sido muy frustrante para mí no poder acceder a la universidad, a la UMSA, especialmente porque todos anhelamos estudiar, ha sido muy burocrático, no me ha gustado la forma de administración en su totalidad.

De niña no he tenido aspiraciones para ser profesional, antes mis padres han estudiado (sólo) hasta básico. Mi madre hasta quinto básico, mi padre ha estudiado hasta un nivel más superior y él nos inculcaba que nosotros teníamos que estudiar, que teníamos que ser alguien en la vida. Ya en secundaría me di de cuenta, de que realmente el estudiar, el hacer una carrera profesional, tenía más sentido porque el trabajo, dentro de las comunidades, es muy difícil, en la agricultura es muy fuerte el trabajo, es por eso que desde secundaría me di cuenta de qué carrera quería estudiar y qué quería para mi futuro.

Lo que ahora, debe hacerse (es) dar ese aliento a los niños desde inicio, que puedan formarse desde la escuela… para entrar a la universidad. Yo, en los últimos años, me di cuenta de que tenía que estudiar, de que tenía que avanzar con una profesión.

Yo salí bachiller, de la Unidad Educativa Sagrada Familia. Lo que hace difícil el ingreso a la universidad, es la situación psicológica y también económica. Psicológica, porque cuando nosotros estamos en el campo, nos sentimos que no nos (valoramos),…A mí, especialmente, cuando yo salí bachiller, no estaba preparada psicológicamente, de que (podía) acceder (a la universidad), de que iba a ser fácil el examen para mí… Mi autoestima estaba muy baja, no teníamos un centro de psicología dentro de las unidades educativas que nos pueda orientar, decir, esto tienes que hacer, tú puedes seguir adelante… O el apoyo de mi padre (que me diga) que tengo que salir adelante, avanzar. Que los que están estudiando, en la ciudad y nosotros, somos iguales. Me forjé sola, dije que yo sí podía acceder al examen, pero ahí murieron mis esperanzas porque (la) gente que vive en la ciudad pagó y nosotros quedamos frustrados.

Nos quitamos el pan de la boca

En lo económico, el apoyo de los papás. Nuestros papás piensan que saliendo del colegio hasta ahí nos han ayudado, han cumplido; después nosotros tenemos tomar las riendas de nuestra vidas, nosotros tenemos que impulsarnos. Trabajar y estudiar al mismo tiempo no ha sido fácil, pero yo he podido lograr por lo menos una carrera técnica.

De los 40 alumnos que éramos (sólo) un 20%, hemos podido (seguir) una carrera técnica y otros entrar a la universidad. Pero el 80 % de mis compañeros se frustraron, igual que yo, han dejado de estudiar y ahora trabajan la chacra. Algunos se han ido al extranjero para ganar un poco más. Ahí estamos… los que hemos estudiado nos volvemos a encontrar; pero hay momentos en que ves a uno de tus compañeros en la chacra, frustrados, a veces nosotros les alentamos diciendo: eres agrónomo, porque de eso se trata, somos agricultores --nosotros también somos profesionales-- porque la agricultura no es solamente (sembrar) una planta y ahí va producir, tiene etapas que nosotros tenemos forjar.

De los que ingresaron a la universidad, ahorita, cinco son (profesionales): Ximena ha estudiado administración de empresas, pero se ha casado, lo ha dejado ahí nomás, después… Luis de La Cruz, es doctor, en Santa Cruz. Se ha ido allá porque tiene más oportunidades. Luego Denis Fernández, es abogado; pero todavía no ha hecho su tesis, le falta… También Evert Santos, es abogado, Edith Poma, de Palomar, están ejerciendo, su (profesión). De los cuarenta que somos, cinco apenas (son profesionales)…

Ha sido difícil la parte económica. Muchos nos hemos ido a la ciudad y hemos tenido que quitarnos incluso un pan de la boca para poder estudiar, muchos nos hemos ido a la casas de nuestros tíos, en la ciudad. Pero ahora, en estos años, muchos van de aquí a la ciudad y el presupuesto en pasajes es demasiado elevado, porque yo nomás, en pasajes gasto más de 500 bolivianos mensuales, en mis dos hijos y a veces yo tengo que caminar para guardar (dinero)… lo que gasto en pasajes, solamente en el sector de Río Abajo.

Y (en cuanto) al porcentaje de jóvenes que ahora estudian y logran una profesión no he visto mucha diferencia,…ha aumentado a un 40%; pero del 60%, seguimos (siguen) cometiendo el error de formar una familia y estar en la vida de la agricultura.

El 20% (estudia en una universidad) privada y 20% (en una) pública.

Sería bueno que haya una universidadaquí en la población, pero completa, con todas sus dependencias porque no es tanto el viaje que hacemos a la ciudad, es de una hora, desde Avircato. Desde el sector de Huaricana dos horas y media. No es mucha la distancia… lo económico nos impide seguir (los estudios). A veces la alimentación… disminuye (y sufrimos hambre, y el hambre influye en) nuestros valores (lo que se manifiesta en) cansancio mental y físico…

Ahorro para que mis hijos estudien

Ahora como madre soltera, asumiendo una doble responsabilidad, desde ahora a mis hijos ya les estoy preparando, inculcando qué estudiar (salir bachiller) es un paso, y luego la universidad, otro paso. Entonces, desde ahora hago que mis hijos adopten esa posibilidad de ahorro y yo también con el trabajo que voy desempeñando, estoy ahorrando, muchas veces no almuerzo para que ellos puedan acceder a lo que yo no pude. Yo les enseño cuánto de presupuesto tenemos, cuánto nos alcanza, cuánto entra a la comida, cuánto entra a la vestimenta, a los recreos, a las fotocopias. Entonces, nosotros hacemos un cálculo de administración, juntos los tres, y ahí vemos cuánto… de presupuesto tenemos para seguir estudiando y cuánto de presupuesto tenemos para los gastos diarios. Entonces, los tres vamos afirmando nuestra situación y ya desde ahora los voy incentivando para que sigan estudiando.

Quisiera que estudien, y mejor en una universidad pública, porque los costos son más reducidos, en una universidad privada los gastos son más excesivos. Yo he averiguado ya, porque mi hija quiere ser militar y mi hijo quiere conducir aviones, entonces, desde ahora ya he propuesto que es mucho dinero, muchísimo dinero, que hay que invertir para esa carrera militar; mientras que en una institución pública, aminora el costo de estudio que ellos quieren hacer, entonces para mí, es un poco difícil; pero trabajando lo voy a lograr para que salga. Mi hija quiere ser militar, un estudio militar; pero es mucho. Hay que tener, también, poder por otros lados.

La dificultad que yo tengo es económica porque yo sé que ellos pueden pasar los exámenes, acceder a ese tipo de estudios. Lo económico es lo que me impide tomar estas decisiones, que es un poquito complicado para mí, como madre sola.

He hablado con ellos (sus hijos), hemos visto el presupuesto, el monto que nos han solicitado y ellos han quedado un poco frustrados desde ahora; pero yo como madre, viendo otras opciones de trabajo en otras lugares --para mí sería bueno-- tendría que hacer un sacrificio por mis hijos, irme a trabajar, como se van otros, al extranjero, irme a trabajar a lugares más difíciles para poder acceder a este presupuesto económico, para poder hacerles estudiar estas carreras.

Padrinazgos, para ser militar

Me han dicho que tengo que conseguir un padrinazgo porque si van a entrar por sus propios méritos, como hoy en día hay tantos maltratos a militares, entonces, pueden ser afectados en ese aspecto. Porque, a veces,… las personas de menores recursos somos las más afectadas: los matan o mueren al intentar hacer algo. Por eso me han dicho: es más factible, que un padrinazgo, apoye o cubra a mi hijo, en esos momentos de ejercicios…, porque yo, sinceramente --desde que he nacido mi padre, siempre les decía a mis hermanos, de que tienen que acceder a una vida militar o ir al cuartel--, yo no creo en la vida del cuartel porque a nuestros hijos los siguen maltratando. (Dicen) los hijos que son muy radicales o muy malos llegan buenos, o sea, hay vida en el cuartel que no quisiera que mis hijos pasen, porque la vida en el cuartel es bien difícil.

No es (una) percepción, yo he visto en mi hermano menor, cómo los torturan en el cuartel. Dónde está esa vida humana que realmente el Presidente dice que hay dentro los cuarteles. Los superiores y los coroneles no se olvidan de los maltratos: psicológicos, mentales que hacen a nuestros hijos. Yo he visto, con la propia experiencia de mi hermano menor, he visto y he llorado junto con él. Cómo los lesionan: los riñones, partes de su cuerpo que saliendo de ahí, con el tiempo, van teniendo secuelas; entonces, es por eso, le he instruido a mi hijo, elija otra carrera para que él no llegue a pisar la vida en el cuartel. Prefiero comprar la libreta de servicio militar, a que él entre (al cuartel), porque él tiene también dificultades de salud, no todos somos normales, él tiene dificultades de salud y es por eso que yo no he accedido (a que siga la vida militar).

Mi hija es de las que quiere entrar al cuartel, a la premilitar; pero también necesitamos esos requisitos para la vida militar, que tienen que egresar del cuartel para ser de esa área. El gasto ya es mayor, entonces, estamos viendo otro método (de seguir) otra carrera militar u otra carrera profesional para mis hijos.

Mis hijos deben hacer méritos y no perder las esperanzas

Es muy difícil, para mí, que opten por otras carreras; pero qué le vamos hacer, la vida tiene que seguir, ellos tienen que seguir estudiando. Ellos están conscientes porque ya desde ahora ya les he inducido a eso, porque no quiero que se frustren como yo me he frustrado. Porque hay momentos en que los papás ya no tenemos las posibilidades, las fuerzas se nos acaban; pero hay otras salidas, no muere ahí nuestras vidas, tenemos que avanzar, tenemos que seguir, por eso yo les estoy inculcando a mis hijos, porque desde ahora tienen que tratar de lidiar. Ahora si ellos ya consiguen otras oportunidades o unas becas, quizás puedan acceder a eso. Empezando a sacar buenas notas, hacer trabajos extras, fuera de las normas establecidas (en el colegio), poder hacer algo más; pero ellos se lo tienen que ganar esos méritos, ellos son los futuros profesionales y tienen que saber ganarse los méritos.

Ellos se están preparando, física y moralmente. Yo siempre les apoyo, siempre estoy en medio, en las cosas que ellos quieren realizar, ahí participando con ellos. De forma igualitaria porque aquí no cuenta el ser varón o el ser mujer, sino cuenta la actitud mental y física que tiene uno. Entonces, siempre estoy induciéndoles a que hagan ejercicios físicos, a veces todos los días, porque eso es todos los días, ellos van a estar en eso si quieren ser militares. Para que a ellos mismos no les dé flojera, sino quieren perder las esperanzas en eso (ser militar y aviador), siempre les voy incitando, impulsando hacia delante.

Como trabajo desde las 8:30 de la mañana, en la Alcaldía de Mecapaca, hasta las 5:30 (de la tarde), entonces tengo la noche para atenderlos a mis hijos, veo la calidad de alimentación: qué deben comer, qué no deben comer, qué tienen que comprarse en el aula para (una buena salud) mental. Sábados y domingos nos dedicamos a hacer ejercicios; pero hay momentos en los que también nos ponemos a ver películas y programas educativos.

También van (a clases de) computación. Y ahora a mi hijo, de 9 años, le está empezando a gustar el inglés, entonces, ya para fin de año mi hijo menor irá a tomar inglés. A mi hija le gusta más la computación, en computación se van instruyendo, es difícil (por el dinero); pero se puede porque hay lugares e instituciones que te ofrecen cursos económicos en esas áreas.

(El instituto) es en la ciudad de La Paz, no es en aquí. En Río Abajo no tenemos esas oportunidades. Siempre estamos (estudiando) en la ciudad... tengo familia en la ciudad, ahí a veces se queda mi hija. Mi hija y ahora mi hijo menor, que quiere aprender inglés, y se quedarán (con ellos). Sus tías también les apoyan, mucho depende de la familia y las tías de mis hijos les apoyan, colaboran en este aspecto.

Dos meses en computación son 300 bolivianos, 150 por mes. Ahora de inglés es el mismo porcentaje, 300 bolivianos, por dos meses.

(Para pagar) tengo que hacer sacrificios extras, no está dentro de mi presupuesto. Lo hago porque quiero a mis hijos.

… Es bien difícil la vida de una persona cuando está sola, yo creo que cuando son pareja comparten ambos los papeles. Yo no comparto esa vida, esa vida de pareja; pero siempre estoy impulsándoles, yo misma como persona impulsándome a ser más, aprender cada día algo más y eso es lo que también les inculco a mis hijos, a que la edad no es un freno para poder seguir adelante, todos los días aprendemos algo como personas. A veces es difícil; pero no imposible. Dios aprieta, pero no ahorca (AquíCom 19-09-14).