Zapateros trabajan sin descanso para sostener a sus familias

“Ni feriados ni fin de semana” descansan

Zapateros trabajan sin descanso para sostener a sus familias

Zapateros llevan el pan de cada día a su hogar para lo que trabajan desde las 7 hasta las 20 horas, de lunes a domingo

(AquíCom 20-10-14). Don Pablo Quenta, de 43 años de edad, narra que ya hace 26 años, sostiene a su familia con ese oficio: “Mi padre tenía su puesto acá en Cruce Achocalla (El Alto), todos lo conocían hasta que falleció, y a mí me dejó desde mis 14 años y claro que hasta esa edad me enseñó este trabajo y yo tuve que continuar para ayudar a mi madre y mis hermanos y, ahora, continúo para sostener a mi familia (esposa e hijos)”.

Además de las inclemencias del tiempo, don Pablo, nunca dejó el trabajo que heredó de su padre y al mismo tiempo agradece a su tío, que también ya falleció, por haberlo apoyado y enseñarle aún más este oficio, ya que él (su tío) también tenía su puesto de zapatería, por la zona de Villa Adela, de esta urbe.

“Yo trabajo desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la noche, de lunes a domingo, para nosotros no hay descanso, ni fines de semana ni feriados, porque a veces no alcanza ni para la comida, no se gana mucho… al día gano de 40 a 50 bolivianos”

Así como don Pablo, muchas personas de mayor edad y jóvenes en su mayoría, son zapateros, quienes sin importar la situación en la que trabajen, con mucho empeño, cuidan sus fuentes de trabajo y arriesgan su salud. Pues, según el naturista, Jorge Peñaranda, ese trabajo puede causar infecciones respiratorias, diarrea, problemas gástricos, etc., si no se trabaja con la indumentaria correcta, y sugiriere a los zapateros usar guantes y barbijo.

Con la atención amable que ofrecen, muchos “caseros” se encuentran satisfechos por su trabajo. “A don pablo lo conozco desde hace 10 años, que me vine a vivir a esta zona, siempre traigo mis calzados aquí porque él hace un buen trabajo, en otro lado me lo arruinan peor mis zapatos… él es muy bueno y amable y no cobra muy caro, cobra lo justo, por eso siempre vengo aquí”, señala Rosa Quispe, vecina de la zona Rosas Pampa.

La zapatería se considera un trabajo modesto, pero honrado, don Pablo continuará en ese oficio por su familia y porque siempre agradecerá a su padre por haberle dejado una fuente laboral que ahora mantiene con mucho sacrificio (AquíCom 20-10-14).

María Roxana Quelali Nina