Testimonio de vida
Marcela Barrios
(AquíCom MTBB/15/08/2014). Mi nombre es Isabel, soy de La Paz y tengo 30 y algo años, no digo mi edad. Pero así con mi vida ocupada con el trabajo y el estudio, soy feliz. No tengo tiempo para nada, nada, nada. No hay nada más importante en mi vida, que el trabajo.
Vivo en la zona 16 de Julio, hace 10 años. Vivo con mi familia y trabajo en la ciudad de La Paz. Mis hermanos se casaron, vivo con mi papá y mi mamá, nada más, ya no los tomo en cuenta (a mis hermanos). Ellos viven aparte, ya nada que ver con nosotros, tienen sus familias.
Yo me levanto 06:00, pero pienso que la gente en el exterior se esfuerza más, pienso que lo mío es nada. Me levanto a las 06:00, me alisto hasta las 06:30. De 06:30 hasta las 07:00 tengo que desayunar y 07:00 y algo, ya estoy saliendo y atrasándome todavía.
Desde ahí tengo que irme al trabajo. Si es temprano voy por la autopista, y si es tarde en el teleférico. No llego tarde, nunca me atraso al trabajo.
Entro a las 08:30, trabajo en Sopocachi en una institución privada. Trabajo en lo que me gusta. Somos un conjunto de abogados, tipo consorcio, ayudamos, trabajamos juntos, sacamos adelante la empresa de abogados, tipo bufete grande y juntos sacamos adelante la empresa. Soy una abogada más.
Soy abogada, pero estoy haciendo otra carrera más porque al final he visto que un buen currículum impresiona. Cuando una presenta sus documentos, dicen “guauuu”, se asombran y dicen cómo esta persona ha estudiado dos carreras.
Aparte me han sugerido muchas personas, que el profesional competitivo va ser aquella que no tenga una sola carrera, sino dos donde pueda tener opción aquí y allá.
Estoy estudiando Trabajo Social en la Universidad Mayor de San Andrés, una carrera que no es fácil, es complicada: nos obstaculizan todo. Bueno, igual sigo adelante.
Estoy en segundo curso, es una carrera anual y espero aprobar todas las materias porque me estoy “rajando”, me estoy esforzando para que un día presente mi currículum en cualquier institución y alguien se asombre. Además, porque quiero superarme y no ser como mis otros compañeros, que tienen una sola carrera.
Decidí estudiar trabajo social porque tiene algo de relación con el derecho, tiene algunas materias afines sobre todo en primer año. En primer año casi es lo mismo, segundo y tercero, ya no.
Estoy ejerciendo derecho desde el 2004, ya que como egresada podía trabajar, pero me titulé el 2008. Pero, todo bien, hice mi máximo esfuerzo para conseguir mi título.
Estudié derecho cinco años. Salí de colegio y me inscribí directo a la “U” y mis papás me ayudaron, como hacen todos los papás. En cambio, en esta nueva carrera, yo estoy corriendo con todos los gastos. Yo me estoy esforzando, si me falta una hoja o un bolígrafo me compro yo, no les digo nada a mis papás y ni siquiera saben que sigo estudiando.
Actualmente, estoy tomando cinco materias de las ocho que anualmente tiene Trabajo Social. Pero qué arruinado, qué exigentes estos docentes. Al final de cuentas es un reto y se puede.
Paso clases en horarios de trabajo, a medio día de 12:00 hasta 13:30, en la tarde y en la noche también tomo materias, toda la semana es ese horario, pero no en la mañana porque no alcanzo a las clases de 07:30 a 09:00
Mi meta es terminar esta carrera y ver una mejor postulación en mi área de derecho, para que un día este título me ayude a conseguir un mejor trabajo, nada más.
En mi casa yo no hago nada, porque tengo mi propio departamento. Si mi departamento está limpio o desordenado, es mi problema. Mi vida es independiente, por eso me dedico a trabajar, a estudiar, a trabajar y a estudiar. Ese es mi mundo. Amo trabajar y estudiar.
Los domingos también trabajo en una oficina en El Alto, no tengo tiempo para nada. Tampoco tengo pareja gracias a Dios, por el momento. Soy feliz.
Me gusta ir al gimnasio, pero por ahora no estoy yendo ya que rebajé de peso por el trabajo, pero próximamente voy a ir.
Tengo una vida sencilla y a la vez ocupada. Eso es lo que he querido. Llego en la noche agotada a mi departamento, estudio hasta las 21:30, luego llego a mi casa a las 22:30 o a las 23:00, y sólo quiero dormir agotada y no recordarme de nada.
Los sábados voy a trabajar a mi oficina en La Paz, hasta cierta hora y luego voy a clases a la universidad. Los domingos voy también a trabajar y todos los días es así.
Mis papás me apoyan, se alegran porque, además, soy la única hija que estoy con ellos.
Me encanta comer ceviche. Dice que deja mal aliento, pero igual como y como, para rebajar de peso. Después todo dietético, llevo una vida sana.
Mis propias compañeras de la universidad están gordas, con mil arrugas. Les veo y digo no, no voy a quedar así. Sí, voy a envejecer pero moderadamente, no así. La bebida y el cigarrillo envejecen, por eso no bebo, ni fumo.
Quiero decirles a las mujeres que todo lo que deseamos se puede conseguir, que todo lo que queremos alcanzar, como una profesión, se puede conseguir. Con la profesión vamos a conseguir dinero, un status, donde la gente te diga “doctor” e incluso se agache, te tengan mucho respeto.
Y de ahí, por qué no lograr otra carrera más, para que la gente también te respete y logres metas, objetivos y lo que quiero es dinero. Mi fin último es dinero nada más, para después hacer mi vida.
El trabajo y el estudio me han dado alegría, satisfacción, me ha dado el respeto de la gente. Cuando voy de traje a la oficina, me dicen “doctora”, agachan la cabeza. Es el respeto que me tienen.
Ello me llena de satisfacción y digo “no me he equivocado de carrera”. Pero quiero más, por eso estoy aquí, estoy en segundo año de mi segunda carrera, quisiera ya estar en tercero. Pero cuarto es más fácil, quiero terminar. Quiero demostrar a mis papás, que si bien me han ayudado, esta vez yo he salido sola.
Yo me mantengo sola y mis papás también se mantienen. Pero cuando necesiten ayuda les ayudaré porque la ley de la vida dice que cuando ellos sean viejitos, yo tengo que ayudarles. Pero somos varios hermanos, nos vamos a distribuir responsabilidades, digamos.
Mis papás tienen 64 y 62 años y siguen trabajando, son independientes, no necesitan de nosotros. Mi mamá tiene su oficina de abogados y mi papá se dedica a sus negocios y sus inversiones en Coroico.
Mis hermanos y hermanas son profesionales, viven independientemente, tiene su vida, su mundo, yo soy la única que está con mis papás. Somos seis, tres hermanos y tres hermanas, una de ellas soy yo (AquíCom MTBB/15/08/2014).