Universidad Mayor de San Andrés
El estudio nutricional se desarrolló durante ocho meses y el grupo de observación está integrado por estudiantes becarios de las 13 facultades de la UMSA
Gloria Mamani Mamani
(AquíCom/07-10-13) La Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), mediante el Departamento de Bienestar Social y la División de Trabajo Social, beneficia a una parte de los estudiantes con el Programa Beca Comedor que otorga un monto económico para la alimentación de los beneficiarios. También orienta a la comunidad estudiantil cómo alimentarse mejor. En esta gestión realizó una evaluación del estado nutricional de los becarios.
La jefa de la División de Trabajo Social, Emma Castellón, informó que la evaluación se realizó entre enero y agosto de este año. De acuerdo con los resultados de la evaluación se muestra que de 2.670 estudiantes, 1.145 tienen un estado corporal adecuado y 305 están en proceso para entrar en ese parámetro, mientras que 585 estudiantes tienen sobrepeso.
Los becarios son evaluados cada seis meses para establecer en qué situación se encuentran y así recibir una orientación sobre alimentación y nutrición adecuada. Castellón enfatizó que esa instancia tiene 12 años en la realización de este tipo de estudios. “Es un referente para que la universidad sepa si el estudiante está en buen estado o no”, añadió la encargada de la División de Trabajo Social.
La entrevistada señaló que los estudiantes tienen un control personalizado; sin embargo, no es suficiente por lo que realizaron el pasado viernes una charla nutricional de forma grupal dirigida para 500 participantes.
El objetivo fue orientar a los jóvenes para que consuman alimento balanceado y nutritivo, porque una parte de los estudiantes sólo ingiere carbohidratos (pan, fideo, papa, yuca) lo que no permitiría rendir adecuadamente en el ámbito académico. Esa comida “llena el estómago, pero les provoca sueño”, sostuvo la entrevistada.
“En esta edad llamada adolescencia adulta (la de los universitarios) no puede comer como niño, ni como uno de la tercera edad”, aclaró Castellón. La marraqueta y el café deben ser remplazados por los cereales y el yogurt.
La evaluación se basó en la talla y peso, también en el IMC que es un indicador muscular con el la nutricionista toma el brazo al paciente y hace una valoración, mediante instrumentos para saber cuánto de músculo o de grasa tiene la persona evaluada.
El área nutricional quiere cambiar el hábito alimentario para que los universitarios tengan un mejor desempeño en sus estudios. Castellón también dijo que para la siguiente gestión se prevé realizar charlas de alimentación y nutrición en cada dependencia de la UMSA (AquíCom/07-10-13)