Investigación
El hábito “tabáquico” se produce por el estado psicobiológico de ansiedad y depresión. En quinto año, los universitarios sufren cambios debido a los turnos que deben cumplir en los hospitales
Y. Ángela Condori Apaza
El Instituto Boliviano de Biología de la Altura, de la facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés, ejecutó la investigación “Ansiedad, tabaco y función respiratoria en estudiantes de Medicina, nativos y residentes de altura”, a cargo de la investigadora y docente Ingrid Melgarejo.
“Esta investigación trata de buscar la relación existente del estado psicobiológico, que es la ansiedad, y el inicio del hábito tabáquico o su perpetuación y las repercusiones en la función respiratoria”, explicó Melgarejo
Esta investigación inició con el análisis de anteriores estudios que mostraban este consumo de cigarrillos en estudiantes de Medicina, no sólo en Bolivia, también en otros países. Es así que la investigadora expresó que: “Parece que las facultades de Medicina además de formar doctores, forma fumadores”.
Asimismo, señaló que entre los factores que determinan el hábito tabáquico está el estado psicobiológico de ansiedad y depresión. Esto se debe a que el universitario de Medicina se forma en un proceso especial de mucha exigencia cognitiva y de tiempo,
A medida que van subiendo de curso, el estudiante aumenta el consumo del tabaco, por tanto, se convierte en un hábito (fumar). Melgarejo dice que se ha visto un 60% de ansiedad en los futuros médicos.
El estudio se realizó en estudiantes de último curso que cumplen el internado rotatorio, en el que sufren un cambio en sus actividades diarias, porque deben cumplir turnos hasta de 24 horas en el hospital, aislándose de la familia y de los amigos, ese proceso de estrés provoca la ansiedad. Por tanto, son ansiosos y estos son fumadores y viceversa.
Otro de los resultados de la investigación es que los estudiantes empiezan a fumar desde los 17 ó 18 años después del colegio, a diferencia de otros países que lo hacen desde sus 12 ó 13 años.
Melgarejo indica que lo más importante del estudio es que aquellos que fuman presentan alteraciones respiratorias, que pueden desencadenar en una enfermedad crónica pulmonar, consecuencia del humo del cigarro.
Según la investigadora, la mayoría de aquellos universitarios que fuman consumen de dos a cinco cigarrillos por día y los más frecuentes llegan a 15 cigarrillos (AquíCom).