Cultura Testimonio
La UPEA se presentó con la cueca cantarina
Wendy Pinto
El escenario estaba decorado sutilmente con telas blancas semitransparentes, la proyección de la luz reflejaba la bandera boliviana, acompañada de la whipala. Cada ballet presentó la historia de la cueca desde su perspectiva.
Pocas veces he visto bailar la cueca con tanta dedicación y elegancia, más aún en El Alto, una ciudad joven y que crece cada día. Ballets de la calidad de Charito Carazas y Sentimiento Nacional se presentaron en el teatro Raúl Salmón de la Barra del 18 al 21 de septiembre, de manera gratuita.
Llegamos a las 18.00 a la Alcaldía Quemada, había una veintena de personas, cuando creíamos que habría más. Se suponía que esta cita cultural era gratis, cómo no podían aprovechar esta oportunidad, debido a que cuando los electos de ballet se presentan en cualquier lugar lo mínimo que se cobra es Bs30.
Una vez dentro, nos percatamos de la presencia del canal estatal de televisión, el que estaba grabando de principio a fin la actividad. Y empezó. El primer elenco Charito Carazas ingresó con la zamacueca, el origen de la cueca que viene de Perú. Movimiento de caderas sin dejar de lado el pañuelo, que nunca falta en esa danza.
Lo que más me cautivó fue la marinera, qué despliegue de bailarines en escenario, su perfecto empeine, la manipulación del pañuelo, el zapateo tan sincronizado y la mirada tan profunda de la pareja que nos deleitó con esta danza se ganó la ovación de todo el público. Los bailarines eran adolescentes, no más de 17 años.
Vi pasar la cueca chilena, con elegantes faldas y sombreros; también la cueca argentina, con flameantes vestidos y muchachos con botas específicas para el zapateo. Para culminar, la presentación de la cueca cochabambina, tan criolla y tan boliviana.
El ballet Sentimiento Nacional hizo gala de su nombre, presentó la cueca de las distintas regiones del país. Con delicadeza, sus bailarinas siguieron el compás de la música acompañadas de su pareja, quienes hicieron elegantes movimientos con el pañuelo, que sólo un profesional en esta área podría hacerlo.
Lo único malo de esta presentación fue el cambio de vestuario, algunas danzarinas por salir rápido de escena e ingresar con otro vestuario al instante, descuidaban detalles, como la pollera, los centros, las trenzas o portar el pañuelo. Son cosas que pasan, pero por eso también está la pareja para cuidar esos detalles.
Cuando se presentó el ballet de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) lo hizo con una pequeña historia de su ciudad. Una cholita, que vendía discos piratas, entre los que se encontraba la canción de la cueca cantarina de Willy Claure, negó la venta del CD a un lustrabotas quien sólo tenía Bs1.
En su decepción, el lustra calzados se embriagó y soñó que el bailaba la cueca con la cholita de la que se enamoró, mientras está en su delirio, que ingresa el ballet de la UPEA. La vestimenta utilizada fue sencilla: vestidos y trajes negros, y el infaltable pañuelo blanco.
Mientras bailaban con tanta emoción, al llegar a la quimba (zapateo de la cueca), la música se cortó, y el público estaba tan conectado con la escena que empezó a guiarlos con las palmas. Los bailarines jamás pararon de bailar, cumpliendo la regla de todo danzarín: aunque se corte la música uno debe seguir bailando, no importa lo que pase.
Excelente demostración de los elencos, pero todavía falta posesionar a este festival de la cueca. Triunfarán cuando ballets de trayectoria internacional lleguen al país para participar de esta cita cultural (AquíCom).