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Los combativos 1 de mayo: repudian a dirigentes oficialistas

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a rajatabla

Yuri Aguilar Dávalos

El 1 de mayo es una fecha emblemática para iniciar o profundizar  movilizaciones, para fundar sindicatos (y partidos políticos), para rememorar luchas pasadas o para difundir publicaciones que instiguen a la emancipación de los explotados y oprimidos.

 

Hubo años en que cientos de obreros con banderas rojas y entonando La Marsellesa (himno de la Revolución Francesa) marchaban el 1 de mayo en diversas poblaciones del país. Los trabajadores organizados en sus sindicatos se lanzaban ese día a las calles para recordar sus luchas y exigir atención a sus.

En 1906 se celebra por primera vez el 1 de mayo en La Paz. Los actos son organizados por una organización antiliberal, la Sociedad de Obreros “El Porvenir” y lo hace con una velada artística en el Teatro Municipal. Así detalla R. V. Aliaga en el artículo titulado “El Primero de Mayo”, publicado en “El Fígaro” de La Paz, el 1 de mayo de 1915: “Esta fecha memorable para los trabajadores ha sido festejada por primera vez en la ciudad de La Paz, el año 1906, a iniciativa de la Sociedad de Obreros “El Porvenir”. Época relativamente liberal y avanzada para esos tiempos, se solemnizó la fiesta universal del trabajo con una velada realizada en el Teatro Municipal, a pesar de que el fanatismo religioso propendía hacer fracasarla por todos los medios posibles.”[1] Aliaga señala también en su nota cómo algunas agrupaciones obreras utilizaban la palestra con discursos que no eran apropiados a la fecha, pero pone énfasis en la capacidad de algunos dirigentes de adular a los dueños transitorios del poder: “…ensalzaban y quemaban incienso a los hombres que se encontraban en el poder, llamándolos supremos, grandes, nobles, eminentes y ninguno hizo alusión al origen mismo de la fiesta del Trabajo”.[2]

Dos años después, la recién formada Federación Obrera de La Paz (FOL), organización bajo la tutela del partido liberal gobernante, realiza un acto similar en el mismo sitio y fecha. Su organizador José L. Calderón —propietario de la imprenta La Prensa y dirigente de la Unión Gráfica Nacional— pese a su militancia liberal, es criticado por algunos sectores de su partido, los que acusan a los integrantes de la nueva organización de “herejes masones” y de tratar de “encender la hoguera comunista”.

La fecha es importante para la FOL; así se lee en sus estatutos aprobados en 1910: “Organizar y presidir  la fiesta del trabajo, el primero de mayo de cada año.”

Pero ésta como muchas otras organizaciones obreras, por la ligazón de sus componentes con los regímenes gobernantes, se constituyeron en  la antesala para ocupar cargos en las alcaldías, el Parlamento e incluso en el Poder Ejecutivo, practica que se mantiene hasta ahora. De ese modo Calderón, artesano gráfico y propietario, consigue un puesto en el Parlamento por el Partido Liberal. El presidente Montes quiere asegurar que su gobierno tenga apoyo de artesanos, aunque en las filas de la FOL hay varios intelectuales, como Luis S. Crespo (maestro, periodista e historiador), Ángel Dávalos[3], Manuel Benavides, Francisco Soto Polar, Juan Quintanilla, Juan E. Ibáñez, José Benito Rodríguez, José María Arias, Macario Murillo, Francisco Cadena, entre otros.

Uno de los méritos de la FOL es la publicación del primer periódico obrero del siglo XX, “El Trabajo” el que, en una edición especial para el 1 de mayo de 1910, pide a las todas las sociedades obreras les hagan llegar todos sus datos que les sea posible: “…origen, progresos adquiridos durante el tiempo que transcurre desde la fundación hasta la fecha.”[4]

En abril de 1911, la FOL convoca para el 1 de mayo, mediante una circular, a las organizaciones obreras al acto donde se posesionaria el nuevo directorio (era tradición hacerlo en esa fecha), acto al que deben llevar sus estandartes: “En nombre de la Federación Obrera que presido, tengo la honra de invitar a la Sociedad de su muy digna presidencia al acto de inauguración del nuevo directorio, que se efectuará en el salón de instrucción municipal, el Primero de Mayo entrante, a las 9 y 30 de la mañana.

Muy honrada se vería la Federación Obrera, si esa distinguida agrupación concurriera con estandarte e insignias”.[5]

Pero mientras la FOL oficialista desfallece, nace otra organización, la Federación Obrera Internacional (FOI), más conocida como la “Internacional”, donde confluyen elementos progresistas, socialistas de la socialdemocracia de la Segunda Internacional, como también anarcosindicalistas; todos críticos a las políticas de los liberales y de la organización obrera a fin al oficialismo. En 1915 critica a la FOL en un artículo firmado por Guillermo Peñaranda (periódico “El Fígaro”, 9 abril 1915); allí dice que como ya se acerca la celebración del 1 de mayo, la caduca FOL está convocando a una reunión para la renovación de su directorio; parece que la FOL “... da señales de vida los 30 días antes del 1 de mayo y con el simple motivo de que unos cuantos obreros, que forman la minoría de los gremios, se atribuyan la facultad de constituir delegados, como ha ocurrió la mayoría de las veces.”[6]

Pero para la FOI, el 1 de mayo es fecha importante como también el día de la fundación de Bolivia. Así está escrito en su programa de 14 puntos: “Reconocer fiestas oficiales: el “6 de agosto” como aniversario patrio y el “Primero de Mayo” como fiesta del trabajo, solemnizándolas con todo esplendor”.[7]

En aquellos años fue dura la batalla de algunos trabajadores para convertir el 1 de mayo en jornada de lucha, de reivindicación de la jornada de 8 horas o del descanso dominical, combatiendo a los centros mutualistas que habían convertido el Día del Trabajo en días de fiestas, con veladas culturales, misas, bailes, adulaciones a los gobernantes, a los que nombraban, muchas veces, presidentes honorarios de esas organizaciones. “El sector más avanzado de los artesanos libraba batallas callejeras contra los viejos mutualistas para reivindicar como estandarte las jornadas de Chicago de 1886. En este batallar se estructuró el Centro Social, que más tarde en 1912, daría impulso a la Federación Obrera Internacional, la primera organización que se orientó hacia el socialismo y hacia una actuación acorde con las directivas obreras internacionales.”[8]

Expulsión de organizaciones oficialistas

Aunque la “Internacional” nace oficialmente en 1912, en agosto de 1911 sus integrantes organizan un boicot a un acto de la FOL oficialista, acción digna de ser recordada en este momento:

En agosto de 1911 se produce el choque público entre las fuerzas de la decrépita Federación Obrera y los elementos de la pujante “Internacional”, que así se designaba a los componentes de la Federación que se estaba organizando.

“La Federación Obrera de La Paz había convocado a todas “las sociedades confederadas organicen y presidan la fiesta popular de la verbena, que se realizará el 7 del presente mes, en el canchón del Colegio de los Salesianos (Don Bosco), a las siete de la noche” (Oficio de la FOL del 1 de agosto de 1911 firmado por Luis S. Crespo y Benito Rodríguez). Los organizadores contaban con un subsidio económico del Ejecutivo, que invariablemente financiaba estas reuniones adormecedoras del descontento popular, y la Prefectura construyó el esqueleto de una gran carpa, en cuya portada fue colocado un enorme letrero con el nombre de la organización. Los de “la Internacional”, que se habían apostado previamente en las proximidades, bombardearon con piedras no bien comenzó la verbena de los oficialistas, obligando a huir a los concurrentes.

“La anterior batalla campal era la expresión del repudio a una organización que había caído en el extremo de limitar toda su labor a las francachelas con dineros fiscales y a un incondicional servilismo hacia las autoridades. La lucha callejera fue precedida por discusiones en el campo de las ideas y que, en cierta manera, reflejaban el estado de descomposición del Partido Liberal.”[9]

Otro caso vergonzoso se da en 1923 en la figura de José Vera Portocarrero quien, en los tiempos del liberalismo, se constituyó en uno de los líderes del naciente movimiento obrero. En los actos del 1 de mayo de 1917, durante un partido de futbol, arengó a los asistentes a imitar  la Semana trágica de Barcelona[10] y a marchar contra el gobierno liberal; indudablemente, la prensa unánimemente levantó su protesta contra el que llamaban “anarquista”.[11]

Años después ya derrocado el liberalismo y estando en el poder Bautista Saavedra (un ex liberal), José Vera Portocarrero se alineó al partido gobernante, el Partido Republicano.

En 1926 Vera fue denunciado públicamente, además, de haberse convertido en un adulador de Saavedra, responsable directo de la “Masacre minera de Catavi” del 4 de  junio de 1923, como también de la “Masacre a indígenas en Jesús de Machaca” en marzo de 1921.

Fue el anarquista Desiderio Osuna quien denunció, en 1926 en el periódico “Bandera Roja”, el vergonzoso papel de Vera Portocarrero, no sólo como adulador de los gobernantes sino también como colaborador (buzo) del aparato represivo.

Sobre ese hecho copiamos íntegramente el fragmento de la obra de Lora:

“No comprendo cómo es posible que en el corto espacio de dos años cambie Ud. totalmente en sus convicciones políticas y más que todo olvide su célebre propaganda de otrora en favor del cacique Saavedra. Tal vez la nueva situación creada a raíz del cambio político operado últimamente[12] le han hecho olvidar sus famosas arengas a los obreros de los diferentes centros mineros y ciudades que ha tenido ocasión de visitar, cumpliendo el mandato de su amo político. Discursitos de adulación que nunca cambiaron de esta forma: ‘Los obreros bolivianos debemos estar agradecidos al ilustre hombre público Dr. Bautista Saavedra porque nos ha dotado de una legislación social sabia; ya que sólo un estadista como él era capaz de dictar semejantes leyes’. Por este mismo estilo muchas rastrerías más”.

“La acusación más tremenda es, sin la menor duda, aquella de que en 1923 entregó a la policía a Ernesto Fernández, uno de los componentes de la plana mayor de la Federación Obrera de Uncía. La sindicación la hizo, en 1926, Gumercindo Rivera: ‘... ha dejado usted de ser obrero desde el momento que ha actuado en política, poniéndose al servicio incondicional de un régimen despótico y resistido como era el gobierno de Saavedra, a quien le ha servido Ud. con toda obsecuencia’”.

“No ha debido usted todavía olvidar lo que hizo el año 1923 en este mismo mes, o en términos más claros, como el día de ayer 8, con el compañero Ernesto Fernández, a quien lo entregó a la policía como Judas a Cristo”.

“Tampoco ha debido usted olvidar lo que hizo conmigo el 17 de junio del año pasado, a raíz de la huelga de la “Federación Ferroviaria”, en su calidad de jefe de pesquisas” (Gumercindo Rivera, “¡Otra vez el krumiro Vera!”, en “Bandera Roja”, La Paz, 21 junio 1926)

“El año 1926 la Federación de Artes Mecánicas de La Paz se dirigió a la Federación de Artes Gráficas para pedir que no permitiese al mencionado Vera escribir más en ‘Palabra Libre’ por ser enemigo de los trabajadores.”

“Ahora, igual que ayer, los gobiernos prostituyen a ciertos elementos sindicalistas para cumplir mejor su objetivo de controlar a las organizaciones obreras, dividirlas y anular todos sus movimientos. Sólo algunos de estos agentes son descubiertos, como en el caso lamentable de Vera Portocarrero, los más permanecen en las sombras ocasionando enormes perjuicios al movimiento proletario.”[13]

Queda mucho aún por escribir y recordar las luchas de trabajadores inclaudicables que dieron su vida por mejores días para los explotados y oprimidos, como también para no olvidar las rastreras actitudes de otros que, antes y ahora, se vendieron y se venden al poder y traicionan los principios por los que juraron luchar.


[1] Lora, Guillermo. Historia del movimiento obrero boliviano. T. II. La Paz, Los amigos del libro, 1969. pp. 65-66 

[2] Ibid. pp. 227-228

[3] Se presume que se trata de Ángel Dávalos Vidaurre, maestro y pintor paceño (1879-1953)

[4] Ibid. p. 102

[5] Ibid. pp. 102-103

[6] Ibid. p. 107

[7] Ibid. p. 174

[8] Ibid. p. 229

[9]Ibid. pp. 103-104

[10] Del 25 de julio al 1 de agosto de 1909

[11]Ibid. p. 227

[12](se refiere a la Revolución de 1920 que encumbra a Bautista Saavedra en el poder.),

[13] Ibid. pp. 233-235

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