Nulo resguardo estatal, mientras la gobernadora de Aysén, Felisa Ojeda, se desmarca de tal instrucción a las tropas, y la intendenta no aparece si quiera dando alguna explicación de tal represión.
Hemos visto que la represión en nuestra gente no ha sido sino un arma ante la falta de voluntad, de manejo político y la evidencia de su pretensión de avasallarnos, como antaño —nos cuentan nuestros padres y amigos— sucedió en el oscuro momento de la dictadura.
Comprendo que el gobierno se sienta sobrepasado por una población de 105 mil habitantes, repartidos en un kilómetro cuadrado por persona aproximadamente, gente fuerte, que hemos tenido que lidiar a diario con la naturaleza, expuestos día a día, año a año, a nuestra propia pequeñez ante la omnipotencia y omnipresencia del agreste clima.
Acá aprendemos a diario. Conocemos a nuestra gente. Si hablaban de los seis grados de separación, acá esos grados se reducen a uno o dos. Podríamos decir que somos todos una gran familia en comunión, una comunión que se siente cuando en las marchas y manifestaciones reímos y conversamos, analizamos lo que sucede, nos da vergüenza la labor que cumplen esos armados hasta los dientes, nos convocamos nuevamente para seguir luchando, con la presencia, con el alma, sin el orgullo herido, con la paciencia que sólo enseña este aislamiento y soledad. No somos sino la proyección de nuestra propia naturaleza, acá que vivimos expuestos y permeables a lo impredecible que acontece cuando no sabemos cuándo se detendrá la nieve, el viento, los temporales, los caminos cortados hacia otros pueblos. Aún así, Sabemos que no estamos solos. Chile, no estamos solos! Levántate País!
Los hemos sobrepasado porque hemos resistido, tal cual como los músculos con grados bajo cero. Nos hemos reunido con hambre y sueño, con carencias, pero con sólo una certidumbre: DIGNIDAD. Curiosamente, pese a que alrededor de una semana se abrieron los caminos, el desabastecimiento sigue siendo un tema que actualizamos a diario. Pasamos el dato sobre dónde hay tal o cual producto, qué servicio está funcionando, comprendiendo que todos los días de nuestra agenda se ven modificados por las últimas novedades de la mesa de diálogo. Agendamos una diligencia y nos encontramos con una manifestación, nuestros pies siguen a nuestra gente, todo lo podemos hacer en otro momento. En este momento el fin es mayor: nuestra gente, la que está y la que ya ha partido, y que forman parte de la pequeña e intensa historia que nos enseña una identidad.