La grandeza del otro Dakar: educación de calidad para todos

Reflexión pedagógica

Prof. José Arnoldo Osinaga Terán

A tiempo de expresar el deseo fraterno y sincero de éxitos y realización en todo el 2015, me permito compartir la siguiente reflexión pedagógica, para no dejarnos absorber por la afiebrada propaganda que trata de homogeneizar nuestras vidas entorno al Rally Dakar y valorar la grandeza de Dakar como proyecto educativo.

Dakar es la capital de Senegal (ex-colonia francesa), fundada en 1857, situada en la península de Cabo Verde, en la Costa atlántica de África, tiene una población de más  de un millón de habitantes; su posición al extremo oeste de África resulta ventajosa para el tráfico marítimo con América y Europa, razón por la cual se desarrolló allí el mayor puerto marítimo de la región. Durante la colonización europea de América, desde ese puerto se realizaba un  activo comercio de esclavos negros hacia el “nuevo mundo”. De ahí que, con Dakar  compartimos experiencias históricas comunes entre los africanos y americanos.

La ciudad de Dakar actualmente es mundialmente conocida por haber sido el punto de llegada del Rally más importante del mundo desde 1987, de ahí el nombre de Rally Dakar, el mismo que ya va por la 36ª versión y es considerado una de las competencias más duras y famosas que se desarrolla en terrenos que varían considerablemente, atravesando zonas de arena, barro, rocas y vegetación, hasta carreteras secundarias, donde participan motos, cuadriciclos, automóviles y camiones; originalmente partía de alguna ciudad de Europa  (España, Portugal o Francia) recorría territorios del África hasta llegar a Dakar; en algunas ocasiones la llegada era en otras ciudades de aquel continente. Amenazas de grupos terroristas, presiones de organizaciones no gubernamentales, ecologistas y sindicales, hicieron que se cambie el escenario del rally; de ahí que a partir del 2009 se lo realiza en Sudamérica  y desde el 2014 pasa por Bolivia.

Es importante aclarar que el paso por Bolivia del Rally Dakar no fue iniciativa propia de los organizadores, fue decisión del propio gobierno de Evo Morales que lo asumió como una actividad estratégica y movilizó todas sus fuerzas e influencias necesarias para consolidarlo; el Presidente en persona hizo las gestiones en Francia, el Ministro de la Presidencia fue el comisionado oficial de concretizar la firma del contrato y el Ministro de Culturas es el estratega para el cumplimiento del Dakar en tierra boliviana. Las explicaciones y justificaciones de  las autoridades de este emprendimiento es que el Rally  convierte a Bolivia en una ventana al mundo y  fomenta el turismo; por ello, desde las esferas gubernamentales se irradia entusiasmo y se moviliza para que la gente esté lo más “informada”. Sin embargo, a tiempo de valorar la real naturaleza de este evento se debe reconocer que se trata de una más de las aventuras globalizadas por el modelo capitalista, tan combatido de palabra por el presidente Evo; de esta competencia sólo tienen posibilidad de participar quienes están dispuestos a derrochar millones de dólares, la gran mayoría de la gente son ilusos espectadores, entusiasmados momentáneamente. Aunque se insista que se trata de promover el turismo, hay que tener claro que los verdaderos ganadores de este evento son las empresas capitalistas transnacionales. Lo preocupante es cómo desde las mismas esferas oficiales del gobierno se manipula a la gente y se intenta sesgar la inteligencia de las personas con actividades de esta naturaleza,  sustituyendo principios de vida y valores humanos por estados psicológicos de complacencia efímeras. Cuándo los organizadores del Rally Dakar consideren que ya no es negocio ni atractivo correr por Bolivia o cuándo las autoridades políticas tengan otras prioridades o necesiten otras actividades para  distraer al pueblo, las experiencias emotivas del Rally Dakar será parte de la historia simplemente como anécdotas.    

Pero, el Dakar más que una fiebre efímera de adrenalina es una antorcha que brilla para toda la humanidad, es un fuego que ilumina la conciencia y da vitalidad a los pueblos, es una luz que irradia principios educativos de equidad, justicia, solidaridad, bienestar para todos. Esta grandeza de Dakar es porque en esta ciudad africana, en abril del 2000 se realizó el Foro Mundial sobre la Educación  para Todos, evento organizado por la UNESCO, del que participaron más de 1.100 delegados en representación de 164 países; este Foro fue una evaluación, continuación y proyección de la Educación para Todos” definida en la Conferencia de Jomtien (Tailandia) en 1990.

En Dakar se definieron objetivos y estrategias de la Educación de Calidad para Todos, respaldado en la declaración Universal de derechos Humanos y la Convención sobre los derechos del Niño, por ello  se estableció que todos los niños, jóvenes y adultos, en su condición de seres humanos tienen derecho a beneficiarse de una educación que satisfaga sus necesidades básicas de aprendizaje,  con el objeto de que mejore su vida y transforme la sociedad.

La Educación de Dakar es un compromiso de todos los gobierno del mundo asistidos por la UNESCO  para declarar a la educación Derecho Humano Fundamental, requisito indispensable para el desarrollo económico, social y humano, función esencial en la promoción de la paz interna y entre los pueblos.

La Educación de Dakar, en la coyuntura 2000 -2015, planteaba: Extender y mejorar la protección y educación integral de la primera infancia; velar porque niños y niñas en situación difícil perteneciente a minorías étnicas tengan acceso a una educación primaria, gratuita y obligatoria, de buena calidad; atender las necesidades de aprendizaje de todos los jóvenes y adultos con acceso equitativo y preparación para la vida activa; alfabetizar y facilitar a los adultos acceso equitativo a la educación básica y educación permanente; garantizar la igualdad entre géneros en la educación de calidad; mejorar todos los aspectos cualitativos de la educación.

Para concretizar el proyecto de Educación de Calidad para Todos, Dakar definía como estrategias: Conseguir un sólido compromiso político, nacional e internacional con la Educación para Todos; vincular la Educación para Todos con la eliminación de la pobreza y las estrategias de desarrollo; garantizar la participación de la sociedad civil en la definición de estrategias para el desarrollo de la educación; establecer sistemas responsables y de buen gobierno y gestión de la educación; aprovechar las nuevas tecnologías de la información y comunicación, entre otras.

Para el cumplimiento de la Educación de Calidad para Todos,  Dakar estableció como límite el 2015. De ahí que este año instituciones estatales y no gubernamentales, partícipes del emprendimiento, tendrán que observar y valorar en qué medida en nuestros países se han cumplido aquellos mandatos educativos; además, de ahí, también saldrán nuevas proyecciones y mandatos, porque la Educación de Calidad para Todos debe acompañar permanentemente a las personas en su búsqueda de realizaciones humanas; corroborando que la práctica real del deporte en cualquiera de sus disciplinas es importante componente de la calidad de vida de las personas. Hay que estar convencido que el deporte es para practicarlo no para contemplarlo; el que lo practica sí es deportista; el que sólo  mira, de hincha y fanático no pasa.

Por ello, creo que apropiarnos de Dakar es compromiso que nos proyecta en la permanente búsqueda de Educación de Calidad para Todos,  de esa manera seguir vibrando de emoción por la grandeza de Dakar y sus proyecciones educativas.

Santa Cruz, enero de 2015