Clara Riveros, Bogotá
El 2 de diciembre de 2012, un día después de asumir como presidente, Enrique Peña Nieto firmó el denominado Pacto por México entre su partido, el PRI, y los representantes de las otras fuerzas políticas principales, el PAN y el PRD. Fue un acuerdo amplio y ambicioso para aprobar las reformas constitucionales y estructurales en temas relacionados con educación, política fiscal, política energética y cambios en el sistema de telecomunicaciones.
Entre los otros acuerdos figuraba limitar el poder de los empresarios de los medios de comunicación o, dicho de otro modo, garantizar que el "capitalismo de amigos” se extinga específicamente en lo que respecta a telefonía móvil y televisión para que se den las bases de una verdadera competencia, que baje los precios y mejore los servicios. Estas reformas, y sobre todo la que permite que inversores extranjeros se asocien al Estado en tareas petroleras, precisaron de mayorías parlamentarias calificadas; para su implementación se necesitan leyes secundarias, con mayorías simples. Hoy lo que muchos cuestionan es si esas reformas se están quedando a medio camino y si habrá que moderar las expectativas de aquello que se vendió como el motor de desarrollo (la reforma petrolera) en momentos en que la popularidad del Presidente ha ido descendiendo: pasó de estar sobre el 40% en 2013 al 37% actualmente, con tendencia a la baja.
Mala nota en competitividad
En septiembre fue difundido el Índice de Competitividad Global 2014 y México no obtuvo los resultados esperados. Perdió seis posiciones situándose en el lugar 61 entre 144 economías evaluadas. El ranking pone de manifiesto las principales limitaciones del país: corrupción, regulación fiscal, burocracia, crimen y bajo nivel educativo, entre otros factores que le restan competitividad al país. En el informe que elabora anualmente el Foro Económico Mundial, México figuraba en 2013 un poco mejor, en el puesto 55. Pero añadía que pese al tamaño, al potencial de su economía y a las reformas promovidas, "las condiciones existentes no son suficientes para impulsar un ámbito de negocios conductivo”.
El reporte añade que "la intención de las reformas económicas adoptadas era beneficiar un incremento en el nivel de competencia y eficiencia en el funcionamiento de los mercados de México; éstos no se han materializado, por lo cual se resalta que una implementación efectiva no puede ser retrasada”.
Datos lamentables de falta de eficiencia
El índice revela datos lamentables en cuánto al deterioro institucional del país: (lugar 102/144), temas relacionados con crimen organizado (140/144), costos asociados al crimen y la violencia (135/144), confianza en la Policía (128/144), carga en los trámites burocráticos (118/144), confianza en políticos (114/144), eficiencia de mercado laboral (121/144), eficiencia impositiva en el momento de hacer contrataciones (116/144), así como las dificultades para contratar y despedir empleados (103/144) y la poca integración de mujeres al mercado laboral (120/144). En los factores positivos se destaca el tamaño del mercado (10/144).
Otros retos para los años que le quedan a Enrique Peña Nieto al frente del Ejecutivo tienen que ver con un mayor compromiso y mejores resultados en la defensa de los derechos humanos, la mejora de la educación, la seguridad pública y la necesidad de hacer eficiente el sistema de justicia que actualmente permite que entre el 95% y 98% de los delitos denunciados queden en la impunidad. Todos estos son temas que impactan profundamente en la sociedad. (Sudamérica Hoy).